CASTELLÓ. Al Acord de Fadrell se le agota el margen para cumplir el objetivo de retirar la cruz de Ribalta antes de Navidad. A poco más de 15 días de la Nochebuena, el próximo 24 de diciembre, no existe una fecha oficial sobre el comienzo de los trabajos. Al ser preguntado por ello, el portavoz del gobierno local, José Luis López, se limita a señalar que "será cuanto antes".
Desde que el pasado 21 de noviembre la plataforma de Contratación publicara la adjudicación en favor de la mercantil Vainsa Infraestructuras, no ha vuelto a haber ninguna novedad. De acuerdo con el procedimiento administrativo, todavía faltan tres trámites con vistas a autorizar la realización de la obra. El primero obedece a la aprobación del plan de seguridad. La empresa presentó el documento la semana pasada y los técnicos municipales lo están analizando desde entonces. El segundo se trata de la rúbrica del contrato, supeditado siempre al anterior, mientras que el tercero se refiere a la firma del acta de comprobación de replanteo, acto jurídico que marca la ejecución.
Estos dos últimos pasos, según advierte López, se pueden concretar al mismo tiempo por la urgencia del expediente. No obstante, evita entrar en detalles respecto a los plazos pese a que a principios del pasado mes, cuando se confirmó el resultado de la licitación, parecía relativamente inminente el arranque de la actuación.
El traslado del monumento a su nuevo emplazamiento y la restitución del jardín que existió en 1926 tienen una duración de seis semanas. La fase más compleja corresponde a la separación de la estructura, su izado, posterior carga en un camión y el transporte hasta la explanada Santo Tomás de Villanueva. El propio portavoz del ejecutivo asegura que Vainsa cuenta con la logística necesaria para realizar estas operaciones, sin que surjan contratiempos de última hora, como ocurrió con Solaris Purgaret. Además de disponer de una grúa tipo pluma, garantiza el encofrado recogido en el contrato a fin de proteger el lábaro durante su manipulación.
De hecho, López da a entender que, "al estar la empresa al tanto de todo [el contrato]", no se descarta que la retirada de la cruz se produzca en un solo día. Dependerá del estado de conservación del monumento, ya que en el informe técnico que figura en el expediente se advierte que, por el paso de los años y la falta de mantenimiento, la armadura interna presenta oxidaciones, lo que incrementa el peligro de desprendimiento y rotura del hormigón. Dicho con otras palabras, lo que se vaya a encontrar la mercantil al cortar y levantar la pieza resulta una verdadera incógnita.
En la primera semana de trabajo (al menos, hasta sacar la estructura del parque Ribalta), el Ayuntamiento de Castelló reforzará la presencia de agentes de la Policía Local. Lo hará para garantizar la integridad tanto de los trabajadores como de los ciudadanos que se concentren en la zona. En agosto, cuando hubo el conato de retirada de la cruceta, las protestas a favor y en contra se repitieron. La concentración de distintos colectivos provocó momentos de tirantez.
El importante despliegue de las fuerzas de seguridad frenó cualquier tipo de incidente. También es verdad que contribuyó a rebajar la tensión la desidia de la adjudicataria, la citada Solaris Purgaret, que nunca tuvo intención de acometer la obra. Pasados unos días, se desenmascaró al solicitar la paralización de la ejecución, lo que derivó en un conflicto con el consistorio, que acabó decretando la resolución del contrato. Además, el equipo de gobierno abrió a la mercantil un expediente sancionador, que tendrá que pagar el 5% del presupuesto de adjudicación sin impuestos.