CASTELLÓ. La estación depuradora de Almassora pasará del 54% al 90% de su capacidad máxima cuando reciba las aguas fecales de la EDAR Vora Riu de Vila-real. Ese mayor nivel de caudal imposibilitará que la localidad pueda desarrollar nuevas zonas residenciales de gran envergadura (aunque sí actuaciones concretas) hasta el momento en que la Generalitat amplíe la infraestructura. Así lo refleja el informe redactado por los técnicos del Ayuntamiento de Almassora para avalar la Declaración de Impacto Ambiental de las obras de conexión de las dos depuradoras.
La Conselleria de Emergencia Climática pretende clausurar la EDAR Vora Riu de Vila-real debido a su estado obsoleto y repartir sus 5.494 metros cúbicos diarios de caudal entre la depuradora de Almassora y la mancomunada que presta servicio a Onda, Betxí, les Alqueries y la propia Vila-real.
Para ello, y en un proyecto que se prolonga más de tres años ya desde que fue desbloqueado, el Ayuntamiento que gobierna José Benlloch ya ha culminado el proceso de expropiación a 31 propietarios de terrenos para ejecutar los trabajos, con el pago de 104.567 euros en indemnizaciones.
La Generalitat trazará una nueva tubería de 170 metros de longitud desde Vora Riu a la futura estación de bombeo Primer Sedeny, que se construirá en Vila-real para impulsar las aguas fecales hasta la depuradora de Almassora y la mancomunada. El viejo edificio de Vora Riu será transformado en una nueva estación de bombeo para dar servicio al colectivo de regantes de Vila-real. Por último, se construirá un nuevo colector de alivio en el Barranquet.
Una vez resueltas las expropiaciones, es la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR), dependiente de la Generalitat, quien debe ahora licitar las obras, cifradas en 2.810.902 euros e incluidas en el II Plan Director de Saneamiento y Depuración de la Comunitat Valenciana. El acuerdo firmado en 2019 entre la entidad autonómica y los consistorios de Vila-real y Almassora da de plazo hasta este año 2023 para ejecutar el proyecto, que ya recibió el aval a la declaración de impacto. En esta situación, el tiempo apremia.
Una vez Almassora asuma el caudal de aguas fecales de Vora Riu y alcance el 90% de su operatividad máxima, la Generalitat deberá plantearse una solución para que la limitada capacidad de la depuradora no perjudique el desarrollo urbanístico de la localidad. Esa solución deberá pasar por la ampliación de la depuradora de Almassora o la mancomunada.
Hay margen de tiempo para ello, porque actualmente el Ayuntamiento no tramita ningún proyecto residencial de gran envergadura. Por ejemplo, en octubre del año pasado anuló el Plan de Reforma Interior Meridià, que preveía prolongar la avenida Mediterrània y construir nuevas viviendas en la zona norte de la playa, en el entorno del Camí Om Blanc. El PRI se aprobó en 2006 pero descarriló en 2012 con la crisis inmobiliaria y murió en 2014, cuando la empresa urbanizadora Prolan 2005 se declaró insolvente.
Además de absorber el caudal procedente de Vora Riu, la depuradora de Almassora se enfrenta al reto medioambiental de reducir las concentraciones de amonio y la mala calidad del agua justo en la desembocadura del río Millars, donde vierte el líquido depurado. También debe dar respuesta a la erradicación de la planta invasora arundo.