CASTELLÓ. La Generalitat ha firmado con los ayuntamientos de Vila-real y Almassora el acuerdo que desbloquea el proyecto de derribo de la estación depuradora de Vora Riu. De esta forma, las aguas fecales serán desviadas a la EDAR de Almassora y a la mancomunada que presta servicio a Onda, Betxí, Les Alqueries y la propia Vila-real.
El acuerdo, que otorga un plazo de 4 años para ejecutar las obras de desvío de caudales, incluye en su cláusula décima la principal exigencia del Ayuntamiento de Almassora, que provocó el bloqueo del proyecto en el último año: que la Generalitat asuma una eventual ampliación de la depuradora de la localidad en el caso de que un hipotético desarrollo urbanístico desborde en el futuro la capacidad de la EDAR.
Por tanto, la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) tiene ya manos libres para licitar las obras, cifradas en 2.810.902 euros, más otros 100.468 en expropiaciones de terrenos. El proyecto consiste en la construcción de una canalización de 4 kilómetros de longitud para desviar los 5.494 metros cúbicos diarios de aguas fecales a ambas depuradoras. Según la Epsar, la EDAR de Almassora funciona en la actualidad al 54% de su capacidad mientras la mancomunada lo hace al 40%, por lo que entre ambas pueden repartirse el caudal procedente de Vora Riu.
La EDAR Vora Riu fue construida en 1978 en la zona de Darremur. Según admiten desde la Generalitat, además de su evidente deterioro por el paso del tiempo, presenta otras graves deficiencias como el incumplimiento sistemático de los parámetros de nutrientes, la generación de malos olores y ruidos que provocan molestias vecinales, su obsoleta tecnología de depuración o los vertidos incontrolados que se producen en períodos de lluvias desde el colector general hasta alcanzar las vías del ferrocarril y el propio casco urbano de Vila-real.
Para Vila-real, la canalización de sus aguas residuales a las otras dos depuradoras garantizará futuros desarrollos urbanísticos. De hecho, el concierto previo del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) esboza una ciudad que alcanzaría los 95.000 habitantes con todo el nuevo suelo urbanizable residencial desarrollado.