CASTELLÓ. El presidente de la patronal azulejera Ascer, Ismael García, calificó 2025 como “un año estable dentro de la inestabilidad” durante la asamblea empresarial celebrada el viernes. El sector ha vivido altibajos a lo largo del ejercicio debido al contexto internacional, pero, si no hay sorpresas de última hora, cerrará el año con cifras ligeramente mejores que las de 2024, ejercicio que ya supuso una estabilización tras dos años de crisis provocada por el fuerte aumento de los costes energéticos.
Los datos de la Seguridad Social y de producción del Institut Valencià d’Estadística (IVE) confirman la mejora del clúster cerámico en los dos últimos ejercicios. En concreto, el sector ha recuperado cerca de un millar de empleos desde 2024, mientras que la producción aumentó un 1,3% en 2024 y, en lo que va de 2025 hasta octubre, registra un crecimiento del 3,3%.
Según las cifras de la Seguridad Social, al término del mes de noviembre las empresas azulejeras contaban con 14.317 trabajadores. Desde 2024, el mercado laboral se ha ido recuperando de forma gradual: el sector emplea 400 personas más que en diciembre de 2024 y 999 más que hace dos años.
Dos meses de crecimiento de la producción
Por su parte, el índice de producción se disparó en el primer semestre de 2025, alcanzando un incremento del 10% en abril. Durante el verano se produjo una desaceleración, coincidiendo con la aplicación del plan arancelario en Estados Unidos, pero en septiembre y octubre se encadenaron dos meses positivos consecutivos, manteniendo la actividad de las fábricas al alza, con un crecimiento acumulado del 3,6%.
En 2023, la industria azulejera había caído hasta los 13.311 cotizantes como consecuencia del fuerte impacto de los costes energéticos, lo que supuso la destrucción de 1.326 puestos de trabajo. En paralelo, la producción se había desplomado un 21% en 2022 y un 20% en 2023. A partir de 2024, el sector inició un proceso de recuperación constante que se mantiene en la actualidad, pese a las nuevas políticas arancelarias impulsadas por Donald Trump.
El repunte de las ventas en el mercado nacional, una tímida reactivación en la Unión Europea y la resiliencia en Estados Unidos explican la buena salud de la industria cerámica castellonense. En el caso del mercado estadounidense, según un estudio de Ascer, el azulejo español ha ganado cuota hasta alcanzar el 20% de las importaciones, arrebatando a India la primera posición como proveedor, tras verse este país más penalizado por los aranceles, superiores al 60%.
En este contexto, patronal y sindicatos han firmado con rapidez un nuevo convenio colectivo por tres años, que contempla una subida salarial acumulada del 8% entre 2026 y 2028.
La amenaza del nuevo mercado de emisiones de CO₂
Pese a la evolución positiva, el sector afronta 2026 con incertidumbre ante el recorte de asignaciones gratuitas de derechos de emisión de CO₂ propuesto por la Unión Europea para el periodo 2026-2030. Según la patronal, esta medida supondría un sobrecoste de alrededor del 40%, que podría alcanzar los 200 millones de euros, un esfuerzo que podría derivar en cierres de fábricas.
La patronal provincial también se ha manifestado en contra de este planteamiento europeo y ha solicitado al Gobierno que intervenga para frenarlo. Subraya el papel estratégico de la industria cerámica en Castellón: el azulejo, junto a los sectores auxiliares de esmaltes y maquinaria, suma 20.489 trabajadores, lo que representa el 48,8% del empleo industrial provincial, integra 157 empresas y alcanza una facturación de 7.634 millones de euros. Además, genera un tercio del PIB industrial de la provincia.
Este peso industrial convierte a Castellón en un territorio comparable a regiones industriales punteras de Europa como Lombardía o Baviera, según la patronal autonómica CEV, que reclama a las administraciones públicas un apoyo decidido al sector cerámico.