El Acord de Fadrell vuelve a sentarse para reactivar el presupuesto pendiente desde hace mes y medio

CASTELLÓ. El Acord de Fadrell vuelve a sentarse para reactivar el presupuesto del Ayuntamiento de Castelló, que está pendiente desde el 13 de enero, cuando los tres socios (PSPV, Compromís y Podem-EUPV) anunciaron un principio de acuerdo, cifrado en 190 millones de euros. Salvo sorpresa en forma de desconvocatoria, el tripartito tiene previsto reanudar las conversaciones este jueves, a partir de las 17.30 horas. En principio, resulta complicado que pueda alcanzarse un acuerdo conclusivo al existir ligeras diferencias con las inversiones y algunos capítulos menores, pero desde los grupos minoritarios se confía en avanzar lo suficiente como para considerar totalmente encauzadas unas cuentas que "necesitamos ya desde hace semanas", recuerda el líder valencianista, Ignasi Garcia.

Es posible que la aquiescencia definitiva se produzca en el marco de la comisión de seguimiento del Fadrell. Compromís prevé estrenar su mandato como coordinador en la primera quincena de marzo, con una reunión para abordar diversas cuestiones relacionadas con el funcionamiento interno. En este sentido, a nadie se le escapa que el ejecutivo local no atraviesa por su mejor momento, a pesar de que en las últimas semanas el tono parece otro distinto respecto la tirantez vivida a finales de enero. Al menos, de puertas hacia afuera.

No obstante, las distintas posiciones esgrimidas por unos y otros han impedido progresar según la hoja de ruta marcada. Los mensajes cruzados solo han evidenciado un estancamiento que repercutirá en la aprobación del presupuesto, como ya ocurrió en 2020. Casi por estas fechas el gobierno tuvo que rediseñar el borrador al irrumpir la pandemia. Entonces, divergencias entre las correlaciones representaron una carga demasiado pesada. Ahora, un año después, se repite la misma historia.

Sin haberse cerrado el proyecto económico, pronunciarse acerca de posibles fechas supone construir castillos en el aire. De hecho, ni siquiera el portavoz del ejecutivo, el socialista José Luis López, se aventura a hablar de plazos pese a que en noviembre, interpelado sobre el pacto a tres bandas, advirtió que ya se estaba en la fase del debate político, esto es, del encaje de bolillos.

En este escenario, es evidente que las cuentas municipales entrarán en vigor a partir de primavera, como pronto. Al margen de que los tres socios sellen de manera concluyente su pacto financiero, sigue incompleta la negociación del PSPV con Ciudadanos, enmarcada en ese contexto de buscar el mayor consenso posible con la oposición. Descartados el PP y Vox por cuestiones varias, el grupo socialista insiste en incorporar a la formación liberal como aliado, una idea que no comparten los otros dos socios.

Los tiempos de la tramitación

Independientemente de cómo acabe ese flirteo, los tiempos que marca la tramitación del presupuesto auguran que la aprobación se alargará en el tiempo. Una vez exista fumata blanca entre los componentes del equipo de gobierno, transcurrirá aproximadamente un mes hasta que Intervención y Tesorería dispongan de un borrador para que las fuerzas de la derecha puedan presentar enmiendas. El posterior aval de la corporación, aceptándose o desechándose las aportaciones, abrirá un periodo de exposición pública al objeto de que asociaciones y otros colectivos estén en disposición de realizar sus contribuciones. En el caso de que se formulen objeciones, será necesaria una valoración de los técnicos, con lo que se volverán a consumir semanas en el calendario.

Visto ese farragoso procedimiento, no se descarta que incluso la validación del proyecto económico coincida en el tiempo con la admisión de las alegaciones al Plan General. Actualmente en fase de estudio por los técnicos, todo hace indicar que habrá que esperar hasta mayo o junio para la celebración del pleno. Cabe recordar que, tras la finalización de la consulta pública, el Ayuntamiento contabilizó 570 reparos. En concreto, 193 al documento Estructural y 377 al Pormenorizado.