CASTELLÓ. El Acord de Fadrell busca esquivar la enésima polémica a propósito de un proyecto cofinanciado con fondos europeos. Se trata de la reforma de la plaza de la Paz, cuyo diseño definitivo se consensua desde hace semanas con los vecinos y comerciantes. De hecho, este lunes tanto el Ayuntamiento, a través de la alcaldesa, Amparo Marco, y el concejal de Urbanismo, José Luis López, como la empresa adjudicataria, Pavasal, mostraron el resultado final tras incorporar algunas de las propuestas de mejora planteadas en reuniones anteriores.
Como elementos más destacados del proyecto, y siempre en sintonía con los implicados, cabe destacar la construcción de un jardín vertical, la utilización de pavimento cerámico que imite al que existe en el entorno del Teatre Principal y la reubicación del baño y parte del mobiliario, como bancos y fuentes. Asimismo, se eliminan los bolardos luminosos.
Otra modificación importante respecto a la solución inicial corresponde al emplazamiento de la parada de autobús. Para evitar el colapso circulatorio por la reducción de los carriles en la plaza (de dos se pasa a uno), el apeadero se mueve hacia la esquina del edificio administrativo de la Subdelegación con Escultor Viciano. Ese nuevo enclave minimiza la afección sobre el tráfico, en vista de que además el punto de recogida y bajada de pasajeros resulta especialmente conflictivo al confluir muchas de las líneas del transporte público de la ciudad.
Fuentes de la asociación de vecinos Raval de la Trinitat señalan que los ajustes introducidos en el proyecto satisfacen, en líneas generales, a la inmensa mayoría de residentes y comerciantes. Esto significa que existe un elevado grado de complacencia en relación al proceso de participación ciudadana.
La reforma de la plaza de la Paz contribuye a disminuir el tráfico rodado, rebaja las emisiones de CO2 e incrementa el protagonismo del peatón y ciclista. El nuevo diseño implica la eliminación de las macetas en altura y el empleo de sistemas de iluminación más sostenibles. La actuación tiene una duración de 10 meses y un presupuesto de 834.357 euros.
Siempre que no existan contratiempos, la previsión del equipo de gobierno sobre el proyecto pasa por, una vez pactado con los afectados, llevarlo a la Junta de Gobierno en las próximas semanas. A partir de ese momento comenzará la cuenta atrás de la obra civil, cuyo punto de inflexión se producirá con la firma del acta de comprobación de replanteo, es decir, el acto jurídico por el que el Ayuntamiento entrega a la adjudicataria los terrenos.