CASTELLÓ. El PP y el PSPV se enzarzan a cuenta de la reforma de la plaza de la Paz. Ambos partidos cruzan recriminaciones por el resultado final de la remodelación sin estar todavía finalizada la obra (la previsión apunta a principios de noviembre). El rifirrafe entre los dos grupos mayoritarios en el Ayuntamiento de Castelló (el primero al frente del gobierno y el segundo, en la oposición) no es nuevo, ya que los concejales de uno y otro lado llevan semanas intercambiando reproches. Sin embargo, la porfía adquiere una nueva dimensión tras las declaraciones de este viernes.
Con algunas coincidencias sobre determinados elementos que faltan por colocarse, como los arbustos de las jardineras, los aparcabicis o el parking de recarga para patinetes eléctricos, el PP y el PSPV ofrecen dos versiones ligeramente distintas acerca del diseño y de los requisitos para reabrir la plazoleta antes de la recepción definitiva. El edil de Desarrollo Urbanístico e Infraestructuras, el popular Sergio Toledo, asegura que no resulta imperativo "una recepción parcial" para permitir el acceso de viandantes y vehículos, "porque se dan las condiciones de seguridad". Asimismo, recuerda que, si bien en el proyecto existen planos en los que aparecen bancos con respaldo, lo que realmente "cuenta" es la memoria, que solo recoge tres mobiliarios completos. "Hay una contradicción", agrega.
"No es nuestro proyecto y se tiene que acabar tal y como estaba previsto pero, después, lo adaptaremos para que sea más verde y accesible a toda la ciudadanía", remarca Toledo. Entre los cambios previstos, el regidor destaca "la incorporación de respaldo a todos los bancos, la búsqueda de soluciones para las zonas en las que se ha instalado césped artificial para que den una imagen más viva y la instalación de baldosas direccionales para las personas invidentes".
Frente a este discurso, el PSPV acusa "al gobierno municipal de ser una fábrica continua de bulos y mentiras". En la comparecencia de sus portavoces, Patricia Puerta y José Luis López, acompañados por la senadora y exalcaldesa de Castelló, Amparo Marco, el grupo socialista exige que "se ejecute el proyecto tal y como estaba previsto", lo que incluye vegetación, el jardín vertical de los aseos y los bancos con respaldo.
López, concejal de Urbanismo en la última legislatura, subraya que "queda constatado con los planos todo lo que debía hacerse y que el PP y Vox, por el ansia de la actual alcaldesa, Begoña Carrasco, de lucirse, obvió a la hora de abrirla", en referencia la reapertura de la plaza en septiembre.
El Partido Socialista insiste en que la decisión se tomó sin una recepción parcial, aunque el PP discrepa y advierte que no es preceptiva para evitar retrasos por cuestiones administrativas. "Ni se hace ahora ni con el PSOE", matiza Toledo, quien pone como ejemplos las reformas de la avenida del Mar, el Castell Vell o el Camí La Plana. De hecho, adelanta que con las obras de la Zona de Bajas Emisiones las calles afectadas se abrirán si las condiciones de seguridad lo permiten. "Estarán cortadas el tiempo mínimo para que las actuaciones no afecten ni a los vecinos ni a los negocios. Y lo haremos sin la recepción, pero con las garantías de seguridad porque en la operativa habitual nunca se cierran calles si están asegurada la seguridad", subraya.
Respecto a la supermanzana, el PSPV mantiene su diatriba sobre el peligro de perder los fondos europeos tras el rediseño del nuevo ejecutivo local. "Vemos como la derecha y la ultraderecha se suman al populismo más rancio, haciendo como que escuchan a la ciudadanía y proponiendo levantar restricciones al tráfico en la Zona de Bajas Emisiones, lo que nos puede llevarnos al caos económico y a perder los fondos europeos", señala Puerta.
En este punto, Marco pone en valor "las oportunidades que se abren ahora de nuevo con el trabajo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por ser un referente en Europa. En concreto, la ex primera munícipe destaca el reciente acuerdo de la Comisión Europea para aprobar una adenda al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, una adenda que supone unos 163.000 millones de euros para para impulsar la economía española: 25.600 millones en 2024, 44.600 en 2025 y 44.300 en 2026. "Todo para transformar la economía española en una economía mas verde, mas digital y más social, sin dejar a nadie atrás".