CASTELLÓ. Que el sector azulejero castellonense vive, en general, un proceso de auge y expansión no escapa a nadie. Grandes grupos lideran, desde la provincia, el sector en Europa y en el mundo; y las ventas, sobre todo en el extranjero, crecen desbocadas. Y lo mejor de todo ello es que las empresas manejan previsiones de que este crecimiento continuará al menos durante dos o tres años... si no hay sobresaltos inesperados.
De hecho, el último ha venido muy bien a la industria castellonense: la pandemia ha puesto de relieve las cualidades higiénicas de los pavimentos y revestimientos cerámicos. Esto, por ejemplo, hace prever que los ejercicios venideros serán todavía mejores en mercados como el americano, donde la moqueta era hasta ahora el recubrimiento preferido -y donde además España es el exportador que más se beneficia del bloqueo al producto chino por la cláusula antidumping-.
"No hay más remedio"
En estas circunstancias, con perspectivas optimistas sobre todo para los grandes actores castellonenses, al sector se le presenta ahora un reto que pocas veces ha afrontado: trasladar este auge a la cuenta de resultados vía incremento de precio. Pero es que esto, además, se ha convertido en una necesidad. "No hay más remedio", reconocen a Plaza Cerámica fuentes del sector debido al inusitado incremento de costes que está experimentando el azulejo.