Fotos: ANTONIO PRADAS
CASTELLÓ. Trazar la ruta hacia un azulejo libre de emisiones. Ese es el objetivo que este martes BP ha suscrito con las patronales cerámicas Ascer y Anffecc en un acuerdo de colaboración. Esta transición pasa, según las partes involucradas, por combinar el actual combustible de los hornos, el gas natural, con el biometano y el hidrógeno verde para, a largo plazo, que sea este el único recurso utilizado para la combustión.
Para avanzar en este camino, la empresa propietaria de la refinería del Serrallo ha firmado sendos convenios con las patronales con el fin de colaborar, sobre todo para definir los cambios tecnológicos necesarios en este proceso transformador. Pero no son los únicos condicionantes que necesita el proyecto, también son precisos "un marco regulatorio" adecuado y unos precios del gas y de las emisiones que hagan viables los nuevos combustibles, señala el director de la refinería, Francisco Quintana.
Es decir, toda esta investigación podrá avanzar si el gas natural sigue manteniendo un precio prohibitivo, tal y como está ahora. Por eso, el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, ha pedido al de la Generalitat, que ha estado presente en la firma, ayuda para "salvaguardar la producción" hasta encontrar el combustible definitivo. A esta demanda, Ximo Puig ha respondido que la Generalitat estará "la semana que viene" con el sector en una "reunión en Bruselas" en la que abordar la problemática que le asfixia.
No en vano, pese a que todos han calificado la firma del convenio de algo "importantísimo" para avanzar hacia la descarbonización del sector cerámico -en palabras del presidente de Anffecc, Joaquín Font de Mora- también han coincidido en señalar que el camino que han emprendido tardará "años" en ser recorrido.
De momento, los responsables no han querido apuntar la inversión necesaria -Quintana ha señalado que dependerá "de las circunstancias", entre ellas el "marco regulatorio" y los precios del gas-, ni tampoco han hecho públicos unos plazos marcados para avanzar en este reto. Pero Nomdedeu sí ha pedido "celeridad" a las administraciones: "Nos tenemos que arremangar todos para que no quede solo en una buena idea", ha dicho.
Sobre esto, el director de la planta ha destacado que, de lo que se trata, es de "trazar proyectos creíbles, reales", sobre los que trabajar. Pero no es menos cierto que pasan los años desde que se comenzó a hablar de la necesidad de emprender esta transición y todavía se está en las fases iniciales del proceso. Aunque hay varios proyectos incipientes, y la investigación de empresas individuales también avanza, sobre todo en lo referente a las mejoras tecnológicas, hablar de este salto productivo es todavía una entelequia.
El convenio ahora suscrito, además de favorecer la transición energética del clúster azulejero, también ha de ayudar a la reconversión de la refinería del Serrallo. En este sentido, la iniciativa se alinea con el ya anunciado proyecto de hidrógeno verde en la planta de BP. Sobre este, desde la multinacional de origen británico han apuntado que ya hay fecha prevista para poner en funcionamiento el primer electrolizador de este combustible.
Se trata de un electrolizador de 60 megavatios, que en BP prevén que entre en operación en 2024. Esto debe llegar acompañado de una expansión "significativa en los años" siguientes, apuntan las fuentes. Su producción debería ayudar a complementar el biogás que se vaya obteniendo, cuyo principal inconveniente es la disponibilidad, señala Quintana.
En suma, avances para la descarbonización... habrá que ver si suficientes para cumplir con los requisitos de la Comisión Europea, que prevé en 2030 una reducción de emisiones del 55% en comparación con 1990.