En sus manos estamos, don Alberto. Guste más o menos, sólo usted tiene la llave para acabar con la pesadilla de este Gobierno aterrador. Pero recuerde a Virgilio: la fortuna sólo favorece a los osados.
Acusa al presidente de preparar un escenario en el que podría dar el "autogolpe" de Castillo en Perú y no ser detenido ni juzgado
Da que pensar la unanimidad con que la prensa conservadora ha recibido el advenimiento del discreto Alberto a la presidencia del PP. Nos cuesta verlo como el hombre providencial que necesita la pobre y malgastada España. El gallego confía en la crisis para llegar a la Moncloa sin mancharse las manos
El Pepé se la juega con un señor de Orense. Con el cadáver aún caliente del joven Casado, los gerifaltes del partido han apañado el advenimiento de Feijóo a la presidencia. El elegido presume de gestor moderado, pero no da ni frío ni calor. Lejos está de despertar entusiasmo entre los votantes