CASTELLÓN. ¿Qué ocurre cuando nada ocurre? (Que la crispación va en aumento). Las salas de conciertos en Castellón siguen sin encontrar una salida con la modificación que se hizo a principios de año de la Ley de Espectáculos. Un documento que revisó el artículo 13 de la misma, a expensas de brindar mayores facilidades a los diferentes espacios culturales -ya sea bares o salas- que habitan en toda la Comunitat. No obstante, en Castellón no se habría ni siquiera abierto una puerta a una posible interpretación de la ley autonómica, puesto que ni el Ayuntamiento ni los dueños de los establecimientos han mantenido reunión alguna para determinar la redacción de la ordenanza municipal. "Llevamos un cuarto de temporada y sin noticias de nuestra regidora, mientras estamos agonizando", expone Toni Porcar, dueño de Veneno Stereo, quien añade que las pocas pautas que conoce de la misma legislación le han llegado por parte de la policía, tras recibir una multa -la primera en diez años- por una inspección a su local.
Fue el pasado mes de agosto cuando la regidora de Cultura, Verónica Ruiz, manifestaba su intención de poder analizar el nuevo documento junto a los diferentes propietarios de los establecimientos privados y con el responsable de actividades de la ciudad, considerando además el mismo como una oportunidad para ir hacía "un futuro mejor". Sin embargo, tal encuentro ni se ha producido ni parece que se vaya a producir, al menos de momento. En este sentido, desde este diario se ha intentado contactar con el Ayuntamiento -a fin de conocer los motivos- sin demasiado éxito.
Por su parte, Álex Bachero, programador del Pub Terra- negocio que habita en el corazón de Castellón una treinta décadas, reitera que "no hay ninguna novedad" al respecto, mientras "la producción de las salas baja". "Todo este encaje legal está haciendo daño a la creatividad de la oferta y fomentando que se abran solo determinados tipos de establecimientos que no hacen nada de "ruido". Nuestro malestar sigue porque no se tiene en cuenta el tipo de locales que había hasta entonces", añade Porcar.
Igualmente, la falta de soluciones por parte de las instituciones no es solo cosa de Castellón. Si bien en València sí se produjo una reunión, el pasado mes de julio, entre el Ayuntamiento y la asociación de bares culturales (Abacu) que concluyó con la redacción de diversas propuestas, como el tipo de actividades que podría desarrollar cada sala; desde entonces no se ha vuelto a hablar de su aplicación. Por ello, ante la falta de respuesta, los miembros de Abacu- compuesta por una quincena de bares- pretenden virar hacia una asociación de ámbito autonómico que facilita la comunicación y destaque la aplicación de la Ley de Espectáculos en distintos territorios. Así mismo, la agrupación abre su puerta a establecimientos no solo de la capital valenciana, sino también al resto de la província y a Castellón y Alicante.
Desde que se iniciase la nueva temporada en septiembre, la capital castellonense ha acogido -a contra pronostico- el nacimiento de nuevos locales, la mayoría con licencia hasta las diez de la noche, situándose en el grupo denominado de "tardeo". Entre otros, se halla Because, que ocupará el espacio del Four Seasons -sala que cerró este verano tras diez años de actividad- y que especializa su actividad en las bandas de versiones. También, abierta desde el 4 de octubre, se encuentra Atlantis, establecimiento que durante siete años ocupó D’Leyend, otro de los afectados por la bajada de clientes. Tras trabajar como camarero en la sala y conocer la cultura musical de Escocia, Víctor Moreno decidió "lanzarse a la piscina" e invertir en su propio negocio con el que pretende ofrecer conciertos de rock a la par que otros eventos culturales. "Sigue siendo un pub y no un bar, pero se harán tantos y tantos conciertos. Al igual que la gratuidad, o no, de los espectáculos dependerá del coste de los mismos", señala Moreno. Así mismo, con tal solo un mes y medio de vida, el promotor es concierte de las dispares diferencias entre la ciudad inglesa y Castellón: "En Escocia las salas están llenas todo el día. Mientras que aquí la gente prefiere ir a los bares tradicionales, es incuestionable".
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