CASTELLÓ. Podem Castelló y EUPV empiezan a atascarse en su negociación para reeditar la confluencia y concurrir juntos a las elecciones municipales. A pesar de que ambos partidos llevan semanas tratando de consensuar la candidatura, lo cierto es que la falta de un acuerdo estable impide avanzar con la celeridad que cabría esperar en vista de que el tiempo apremia. Si bien existe coincidencia respecto a las principales líneas programáticas, los desencuentros surgen a la hora de definir la lista.
A tres meses de los comicios, las dos formaciones ni siquiera han cerrado su número uno, ya que el debate sobre la mujer escogida parece no tener fin. Encima de la mesa están las opciones elegidas por cada formación en arreglo a sus procesos orgánicos, esto es, Marisol Barceló, por la fuerza morada, y Silvia Peris, en lo que se refiere a la organización de izquierdas.
El único punto de sintonía en este tema es que la candidata que no sea escogida como alcaldable ocupará el puesto número dos. Más allá de esa consideración y de priorizar la discriminación positiva, así como la paridad, la disonancia imposibilita incluso plantear nombres acerca del resto del equipo.
La idea de ambos partidos pasa por desbloquear el actual estancamiento cuanto antes. De hecho, se mantiene ese horizonte como tope de finales de mes con vistas a sellar la convergencia. Y es que existe el convencimiento de que la suma de fuerzas se trata de la única alternativa que garantiza y aumenta las posibilidades de conservar al menos uno de los dos concejales en el Ayuntamiento de la capital de la Plana. La opción de encarar la cita plebiscitaria por separado se considera una decisión desacertada por los efectos negativos a la hora de captar votantes.
Al respecto, la dirección regional de Podem anunció este martes su acuerdo con Alianza Verde para afrontar conjuntamente las elecciones autonómicas. Ese pacto se supone también válido en clave municipal, con lo que de alguna forma, una vez publicitado, puede contribuir a que la fluidez interna con EUPV (incluso con Compromís) mejore para consensuar, en este caso, la lista de Castelló.
Las próximas semanas se vislumbran fundamentales ante la necesidad de arrancar la precampaña. A diferencia de las demás formaciones con representación institucional, la confluencia sigue sin oficializar su alcaldable, lo que, al mismo tiempo, frena cualquier acción a pie de calle o de forma más multitudinaria en busca de visibilizarse.
El papel de Podem-EUPV tiene especial importancia para la coalición de izquierdas. En 2015, Castelló en Moviment (marca blanca del partido morado), desequilibró la balanza para que el PSPV y Compromís gobernaran en el consistorio, desbancando al PP. Como socio sin competencias, constituyó el denominado Pacte del Grau. En la actual legislatura, desde 2019, la convergencia cuenta con un mayor protagonismo al asumir delegaciones de concejalías (Transición Ecológica y Viviendas). Sus dos ediles permiten una mayoría absoluta de 15 concejales (10 socialistas y tres nacionalistas).