CASTELLÓ. La petrolera BP no acaba de concretar en qué consistirá el proceso de transición verde de la refinería del Serrallo. La firma sigue anunciando su iniciativa para la fabricación de hidrógeno verde en Castelló, en línea con una de sus principales líneas de trabajo en todo el mundo, pero tras medio año de su gran presentación, poco más se sabe sobre su ejecución.
De hecho, de forma oficial desde la compañía trasladan a Castellón Plaza que, para llevar a cabo la primera fase de este proyecto de descarbonización de su actividad, a través de un electrolizador de 25 megavatios de potencia, todavía se ha firmar "la joint venture con Iberdrola", algo que se está "acabando de definir". Esto resulta curioso, puesto que las dos compañías anunciaron su acuerdo hace más de un año y este todavía no se ha plasmado en un proyecto concreto.
Pese a ello, desde la firma aseguran que las obras de este primer electrolizador comenzarán "en 2024 y estará en marcha a finales de 2025". En un principio estaba previsto que arrancase la producción en 2024, pero siempre a expensas de la llegada de los fondos europeos. Y ya en noviembre del año pasado, el presidente de BP Energía, Andrés Guevara de la Vega, retrasó la puesta en marcha a 2025, aunque por entonces se hablaba de una potencia de 60 MW, más del doble de la prevista actualmente.
Una vez esta primera fase esté completada, desde la firma trasladan a este diario que se escalará la planta de producción de hidrógeno "hasta 200 MW de potencia de electrólisis". Según señaló el pasado 1 de marzo en la presentación de la iniciativa Guevara, en ese 2027 la firma espera producir cerca de 31.200 toneladas anuales de hidrógeno verde y 400.000 toneladas de biocombustible gracias a ese electrolizador de 200 MW.
Pero la verdad es que de todo esto poco se sabe, más allá de los grandes anuncios. De hecho, recientemente la compañía, en la jornada organizada por la Autoridad Portuaria de Castellón con el nombre Retos del transporte marino, expuso a otras empresas la iniciativa y sus beneficios a medio y largo plazo. Pero en su exposición, el jefe de Finanzas de la refinería de BP en Castelló, Vicente Mut, tampoco dio a las compañías más detalles.
Así, en la cita Mut expuso a los asistentes cómo las instalaciones de El Serrallo van a convertirse en uno de los "grandes motores" de la firma, que tiene como "gran reto" la neutralidad en emisiones en 2050, pero sin dar más detalles sobre los próximos pasos ni sobre el estado de la iniciativa.
Así, tal y como detalló Mut, la estrategia general de la firma es, por un lado, seguir apostando por el mercado de los hidrocarburos fósiles -"la sociedad todavía los demanda, el mundo se pararía si dejásemos de consumir hidrocarburo fósil", apuntó en su charla-, mientras se potencia el de "la energía baja en carbono", donde entrarían los biocombustibles, las energías de origen renovable y el "gran vector" del hidrógeno. De este modo, dijo Mut, España "ha sido seleccionada como uno de los ocho grandes países donde BP va a invertir".
Así pues, la compañía desarrollará a nivel mundial iniciativas para la producción de hidrógeno en Estados unidos, Australia, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Omán, Gran Bretaña, Holanda y en España, concretamente en Castelló.
"En la refinería de Castelló llevamos casi 60 años manejando hidrógeno de manera masiva en nuestros procesos productivos y de alguna manera somos conocedores del hidrógeno", aseguró el directivo, quien detalló que el que se ha empleado hasta ahora es hidrógeno gris, de origen fósil.
En la transición de un paradigma a otro, explicó, es importante que exista demanda, así como que los precios sean competitivos para los consumidores. Por ello, es posible el cambio de paradigma porque "como refinería y como sector tenemos una demanda alta", aseguró: "Diariamente estamos consumiendo una cantidad muy grande de hidrógeno y eso nos va a permitir descarbonizar nuestros propios procesos". Un camino que se iniciará con un proyecto a pequeña escala y que luego se irá ampliando.
El primer hito, el de 2025, cuando la firma espera tener instalado un "pequeño" electrolizador de 25 MW, obligaría a la refinería a ampliar la necesidad de consumo de energía renovable. Esto le permitirá producir unas 3.900 toneladas de hidrógeno renovable al año. Así, ya podría reducir las emisiones de CO2 en 39.000 toneladas. Dado que la refinería emite 1,2 millones de toneladas anuales, esto supondría apenas el 3,25%. Se tratará, así pues, de una suerte de "experiencia piloto" cuyas destinatarias ya podrían ser compañías cerámicas de Castellón.
A partir de ahí, y si todo va bien, el trabajo se centraría en ampliar el electrolizador hasta los 200 megavatios -multiplicar la potencia por ocho- al objeto de "reemplazar la totalidad" del hidrógeno gris consumido por la refinería por hidrógeno verde.
El objetivo final es que todo esto vaya más allá, porque este paso, según Mut, hará que bajen los costes unitarios de la producción de hidrógeno renovable. "Estamos trabajando con sectores termointensivos -el sector cerámico es un consumidor masivo de gas natural porque requiere de altas temperaturas- en un proyecto de innovación tecnológica para ver hasta dónde se puede aplicar este hidrógeno verde en la combustión de los hornos cerámicos". Esta línea de trabajo es fundamental, explicó Mut, ya que la maduración de la tecnología, tanto en el sector cerámico como en las industrias petroquímicas provocaría una bajada progresiva del precio del hidrógeno verde y que este "tuviera otros usos sociales como la movilidad", refiriéndose al transporte pesado.
Más tarde, y ya en 2030, la iniciativa tendría una tercera fase para ampliar el electrolizador hasta los 2 gigavatios y no solo abastecer a la industria local, sino poder exportar el combustible a otras partes de Europa y del mundo. Especialmente aprovechando nuevas infraestructuras como el gasoducto H2Med proyectado para conectar la península ibérica con el continente europeo, "donde claramente son demandantes" de combustible, indicó Mut.