CASTELLÓ. Las ayudas anunciadas este martes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para el azulejo y el resto de industrias gasintensivas no han alzado, de momento, una gran expectación entre el sector cerámico.
Desde la patronal azulejera Ascer no han querido valorar la medida, que incluye 450 millones de euros en subvenciones directas y una nueva línea ICO para materializar préstamos por valor de 500 millones, hasta no ver publicada la orden en el Boletín Oficial del Estado. Y el secretario general de su homóloga de fritas y esmaltes, Anffecc, Manuel Breva, se postula en un sentido parecido: "Tenemos que esperar a que salgan publicadas las medidas y ver la letra pequeña, porque a día de hoy no sabemos qué condiciones se van a tener que cumplir para acceder a las mismas".
Hasta el momento, la información respecto a la concesión de las ayudas es escasa. Desde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo tan solo han podido concretar que se atenderán "parámetros vinculados al consumo intensivo de gas, a la evolución de precios y beneficios de las actividades industriales y a su impacto medioambiental", sin poder detallar más.
En cuanto a la línea ICO, lo único que recoge la referencia del Consejo de Ministros es que se tratará de préstamos "con un aval de hasta el 90% para mitigar sus actuales problemas de liquidez y avanzar en la descarbonización y eficiencia energética de este importante sector, en línea con la puesta en marcha del nuevo Perte de descarbonización de la industria".
De ahí que la noticia, largamente esperada y reivindicada, haya sido recibida con disparidad de opiniones. La ministra de Industria, Reyes Maroto, ha recalcado el compromiso del Gobierno "con los sectores más afectados por la guerra de Ucrania" y la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, ha puesto de manifiesto que los 950 millones se suman "al tope a la electricidad y al gas y al Perte para la descarbonización de la industria".
Por su parte, antes de conocer las cuantías, el conseller de Hacienda y Modelo Económico, Arcadi España, había remarcado su esperanza de que el Gobierno igualase "las ayudas a las empresas de la provincia de Castellón que dan otros gobiernos europeos como el italiano". Esta misma ambición la han expresado el diputado de Compromís en el Congreso de los Diputados, Joan Baldoví, y el portavoz adjunto de la formación en Les Corts, Vicent Marzà, que se han felicitado por la "buena noticia para el sector, fruto del acuerdo propiciado por Compromís la semana pasada en el Congreso", en palabras del primero.
Pero pese a suponer un salto respecto a los 125 millones para el conjunto de sectores gasintensivos aprobados en marzo, hay quien incide en que los 950 millones no son solo para el sector azulejero, sino que incluyen también a las otras industrias grandes consumidoras de gas, a diferencia de lo que ocurre en Italia.
De hecho, Breva incide en que los 950 millones "nos parecen a todas luces insuficientes para la situación que están viviendo nuestras empresas, más aún si los comparamos con las medidas que se han dispuesto ya hace meses en otros países competidores, como Italia". A su vez, la presidenta del PPCS, Marta Barrachina, también los ve insuficientes y señala que desde el PP "siempre hemos apostado por el máximo que permite la Unión Europea de 150 millones por empresa en ayudas directas, no a través de préstamos".
Así las cosas, una de las claves que esperan conocer los empresarios es la cantidad de ayuda a la que pueden optar, una vez se amplíe el marco temporal que permite la Unión Europea y que en marzo quedó fijado en 400.000 euros. En virtud del nuevo tope, y si finalmente los fondos del Estado no cubren toda la cuantía permitida, una vía para aportar oxígeno podría estar en los 50 millones de euros que la Generalitat ha reservado. Pero de momento Arcadi España insiste en que la parte más importante tiene que venir por parte del Gobierno: "Así lo ha reivindicado el presidente de la Generalitat al lado de todo el clúster cerámico".
La concreción de la medida definirá de esta manera el futuro de la principal industria castellonense. Solo el sector azulejero (sin contar las fritas y esmaltes) cerrará el año con una factura energética de unos 2.600 millones de euros.