CASTELLÓ. El sector azulejero recuperó prácticamente toda su actividad en mayo. Al menos así lo apuntan las estadísticas del Índice de Producción Industrial, publicadas este lunes por la Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo. Según los datos, en el quinto mes del año la actividad fabril del sector fue un 5,1% menor a la de mayo de 2019. La cifra está muy lejos de la registrada en abril, cuando cayó cerca de un 60% (concretamente un 57% tras la última actualización), en buena parte debido al paro forzoso decretado por el Gobierno.
Tras el derrumbe de abril, y a pesar de que en un principio a las industrias azulejeras les costó arrancar, las estadísticas oficiales marcan que finalmente las compañías han recuperado casi totalmente su actividad. De hecho, el alza de la fabricación respecto a abril ha reducido la caída acumulada en lo que va de año del 16,6% al 14,1%, según el índice elaborado por la Generalitat.
Y es que el dato de mayo es incluso mejor que el de marzo, el mes en el que se declaró el estado de alarma y cuando las compañías cerámicas ya comenzaron a solicitar expedientes de regulación de empleo y a reducir su actividad debido a la caída de pedidos.
Esto podría inducir a cierto optimismo en el sector, pero fuentes del mismo señalan que todo está a expensas de cómo evolucionen los diferentes mercados en los próximos meses. No en vano, las últimas cifras de exportación recogen una caída, en abril, del 39%, con lo que la pérdida momentánea de ingresos debido al impacto de la covid-19 ronda los 330 millones, según la patronal Ascer.
Más dura está siendo la recuperación del subsector de fritas, esmaltes y colorificios cerámicos. Si ya en abril la caída de su actividad fue algo más pronunciada, en mayo su recuperación no fue tan notable como la de los fabricantes cerámicos. Y es que, al 62% de bajón productivo que las esmalteras sufrieron en el cuarto mes ha seguido un descenso interanual del 35,4%. Es decir, han recuperado alrededor de la mitad de la actividad que habían paralizado.
Y es que, junto a la incidencia del sector cerámico local, los fabricantes de fritas también se ven afectados por la caída productiva en otros puntos del mundo. Con ello, igual que su industria hermana, estas compañías también están pendientes de la evolución global de la pandemia.