CASTELLÓ. Alejandro Marín-Buck afronta el reto de presentarse a las elecciones municipales de Castelló por Ciudadanos. El aterrizaje en política de este médico de profesión no ha podido ser más turbulento. Su candidatura se registró in extremis ante la Junta Electoral, frustrando las aspiraciones de Jesús Merino, a quien se daba como alcaldable de la formación naranja. La situación interna del partido ha deslucido el inicio de campaña. Aún así, se muestra ilusionado por encabezar un proyecto con el que pretende liderar el centro. Abierto a pactos con todos, desde Ciudadanos aspira a recoger el voto del electorado descontento con el PP, como sucedió el 28-A.
- ¿Por qué un médico con una carrera consolidada decide embarcarse en una candidatura municipal con Ciudadanos?
- Estoy harto de ver que la política se ha profesionalizado de tal manera que la gente está creando carreras de ello. En la política tiene que entrar la gente de la calle, los que nos levantamos cada mañana y nos esforzamos por trabajar y vivimos en primera persona esos problemas que tanto nos afectan. Queremos dar una nueva visión a la política, entrar con ideas renovadas que no se reflejan en partidos antiguos.
- ¿Qué puede aportar usted al grupo municipal?
- Frescura y proximidad. Tengo mi trabajo, mi plaza y tengo una visión distinta a la que puedan tener los políticos hasta ahora y, sobre todo, no tengo miedo ni necesidad de esto. Cuando no llevas una mochila, puedes decir lo que sientes, cómo lo ves, no estás condicionado, y eso es muy importante. Ciudadanos es un partido que representa a los ciudadanos, a la gente de la calle, y esa es nuestra fortaleza.
- Es un candidato recién llegado a la política y eso le hace partir en desventaja…
- Los candidatos de otros partidos tienen muchas tablas. Han estado ya en el consistorio, con lo cual conocen de primera mano todos los problemas. Pero nosotros tampoco somos novatos, tenemos conocimientos del Ayuntamiento, de la problemática de la ciudadanía, las inquietudes que no han sido respondidas. Traemos profesionalidad al consitorio, tenemos la visión de fuera, no de dentro, y esa es la frescura que puede cambiarlo todo. Venimos de ramas distintas: turismo, comercio, sanidad, asuntos sociales... Tenemos un proyecto muy bueno y potente.
- ¿Se siente legitimado como candidato tras lo sucedido con Jesús Merino?
- Me siento más que legitimado. Dentro de todos los partidos hay normativas y una serie de cargos que proponen y disponen, y siempre van a buscar lo mejor para el partido. Tenemos la suerte de que en Ciudadanos hemos podido contar con innumerables personas de un altísimo nivel. Han valorado a distintas personas desde distintas posiciones del partido y finalmente, tras negociaciones y valoraciones, se ha considerado que la mejor opción era la mía. Desde luego, estoy respaldado completamente. Habría que ver cuáles son las razones personales de él o de su entorno por las que siguen haciendo ruido. Es el partido el que dispone al candidato, no una persona anónima el que tiene que hacer una lista.
- ¿Su candidatura entonces está avalada por la dirección autonómica y nacional con todas las garantías?
- En todo momento. Yo no me puedo presentar aquí con una hoja de Ciudadanos diciendo que soy el candidato si no estoy avalado. Entiendo que a este señor, no sé desde qué puntos, le pudieron dar una información que a lo mejor no era verídica. De hecho, yo hablé con él y me sorprendió mucho porque creía que tenía claro cómo iban las cosas. Lo que no entendí es que se retirase en ese momento y de esa manera.
- ¿Y por qué esperaron hasta el último minuto para presentar su candidatura?
- Porque en un principio se había valorado la posibilidad de que fuese Jesús Merino quien liderase el proyecto y estábamos todos de acuerdo. Pero, por lo visto, Jesús quería una serie de condiciones con las que el partido no estaba de acuerdo, y rehusó liderar el programa. Se retiró, pero no sé realmente la causa. Él tenía claro en todo momento cuáles eran las condiciones que se le ponían para liderar el programa de Ciudadanos, no hubo ningún desencuentro. Lo que no entendemos es porqué esperó al último momento para decidir una cosa u otra cuando tenía toda la información.
- Pero se le intentó imponer al resto del equipo…
- Eso no es del todo así, todas las listas se eligen en base a la agrupación de una localidad. Lógicamente, el que va a liderar el proyecto tiene voz y voto, y debe de participar en la elaboración de la lista. Pero finalmente es el partido, no el candidato, el que la hace y la aprueba. Por lo menos en Ciudadanos es así. Se decidió desde arriba, yo no he participado, a mí simplemente se me preguntó si quería formar parte de la lista y en el puesto que se me ofrecía. Dije que sí y, en el momento que Jesús declinó la posibilidad de ir de primero, pasé yo a ser número uno. Jesús, además, es compañero mío, amigo mío, una persona muy válida, y yo iba a ir con él, de la mano.
- ¿Son ustedes amigos?
- Sí, no hay ningún problema.
- Algunos de los candidatos han llevado el tema ante la Fiscalía, ¿teme consecuencias legales si prospera la denuncia o que se pueda invalidar su candidatura?
- Soy médico, no abogado, pero por lo que me han dicho los compañeros que entienden de esto, no tiene ningún recorrido legal. Aquí las cosas hay que trabajárselas y ganárselas, y si apuestan por ti tienes que dar el do de pecho. No creo que tenga ningún recorrido legal porque es el partido y no el candidato el que tiene que hacer la lista, y esa es la base de todo. Por mucho que yo quiera poner a alguien en mi lista, si no me da el visto bueno el partido no lo puedo hacer. Otra cosa es que tú propongas.
- ¿Quién ha elegido a su equipo?
- Mi lista ha sido consensuada por el partido, entre todos. Fue elaborada pensando en esta persona en un principio, y ante la posibilidad de que no estuviese tenía que dar yo el paso adelante. Pero ha sido una lista elaborada por el partido, no por mí. A mí me preguntaron si me parecía bien y considero que desde el número 27 al 1 son igual de importantes. Me encantó porque precisamente en la agrupación de Castelló somos una piña. Se ha intentado difundir que el partido está dividido, pero para nada. Y gracias a ellos, no es que me sienta legitimado, me siento honrado, porque han sido los que realmente han hecho que pueda estar hoy aquí. Me dan su apoyo en todo momento. Es duro, no soy político pero me tengo que hacer político, y con su apoyo es todo más fácil.
- ¿A qué achaca entonces esta guerra abierta?
- La verdad es que no lo entiendo. No entendemos cuáles son las intenciones de todo este ruido. Yo, si hubiera estado en el otro lado, simplemente me habría retirado. No sé qué interés hay. De todos modos, hasta donde yo sé, Jesús se ha desmarcado de todo esto, realmente son otras personas, que creo que querían controlar esto, las que están haciendo ruido.
- ¿Cómo describiría la gestión de Ciudadanos en el Ayuntamiento durante este mandato?
- Estar en la oposición es muy complicado. Ante el gobierno del Pacte del Grau con la connivencia de Podem, es complicado presentar alegaciones para que luego puedan ser aprobadas. Aún así, nuestro grupo municipal ha hecho un trabajo honesto, se han roto los cuernos para cuatro que son. Han hablado con la ciudadanía para saber su opinión y se han posicionado siempre del lado de los vecinos.
- ¿Cómo valora el mandato del Pacte del Grau?
- Es un pacto demasiado condicionado. Como todos, entramos en política con unos ideales muy sanos para mejorar la calidad de vida de los vecinos, pero está muy sesgado. Ha hecho cosas bien, como hizo en su momento el gobierno del PP, pero también ha hecho cosas muy mal. La patata caliente de esta legislatura ha sido el Plan General (PG), donde todo se ha hecho con muy buenas intenciones. Amparo Marco conoce bien el problema de la Marjaleria, quiso proponer una serie de ideas que se le habían transmitido por parte de los vecinos, pero luego ha sido un completo fracaso. Es decir, no les ha dado las soluciones prometidas. Si no les das solución, no lleves a cabo el PG tan rápido para acabar esta legislatura sin consenso, porque de esa manera, el plan va a acabar en los tribunales. Esta legislatura se caracteriza por traer problemas a los castellonenses donde no los había. Un ejemplo es la cruz del Ribalta, que en el 79 el alcalde, con la visión de la transición, ya cambió la simbología para todas las víctimas de la violencia. Mis hijos cuando pasean delante de esa cruz no piensan que sea franquista, falangista y que está dañando la memoria histórica. La memoria histórica es respetable, hay que apoyarla, pero no hay que crear conflictos donde no los hay. Con la banda de música y su director, igual. Todo lo que ha tocado la señora Verònica Ruiz ha acabado en los tribunales y eso no puede ser.
- ¿Qué expectativas electorales barajan después del 28-A? ¿Cree que se trasladará ese crecimiento de Ciudadanos a Castelló?
- Cada vez que se abren las urnas, crece Ciudadanos. Y crece de una forma exponencial. Nosotros somos el centro, representamos la mesura y la coherencia. La gente se está dando cuenta de que podemos abarcar todas esas necesidades y frustraciones que otros partidos no han sido capaces de solucionar. Aunamos a toda esa gente. Estoy convencido de que tanto del lado de la izquierda como de la derecha apoyan a un partido como este, más dinámico, que no está condicionado, que piensa en el futuro y en mejorar las cosas independientemente de la ideología. Si una cosa es buena, es buena. Da igual de dónde venga, hay que apoyarla. Si yo estoy posicionado muy a la izquierda, no puedo tomar una medida buena que proponga la derecha, y eso es lo que les pasa a estos partidos. Tenemos la libertad de poder defender proyectos de todo tipo, no estamos esposados.
- Recogen las frustraciones del electorado del PP...
- El PP va dando bandazos, ¡tanto que hablan de nosotros!... el PP no sabe muy bien dónde posicionarse desde la irrupción de Vox, que se supone que es la extrema derecha. No voy a catalogar a ningún partido... pero el PP va dando bandazos porque no sabe muy bien dónde posicionarse, mientras que nosotros lo tenemos clarísimo. Cuando el discurso del PP se acerca tanto al de Vox hay muchísima gente que lo rechaza. Con lo cual, saben que van a estar amparados por nosotros. Lo mismo pasa con el PSOE: mucha gente no es sanchista, no se siente representada por Sánchez ni por Amparo Marco. ¿Cómo podemos quitar la libertad de los castellonenses?, ¿cómo podemos quitarle la 'n' al topónimo de Castelló?. No es justo. Nosotros tenemos una visión muchísimo más abierta de las cosas, no hay que restar, hay que sumar. Para mí la libertad no es quitar algo, sino darle algo más al vecino. Prefiero que mis hijos hablen un tercer idioma, que quitarle el castellano de las escuelas. Me parece fantástica la discriminación positiva del valenciano, es nuestra lengua, nuestra cultura, y hay que fomentarla, pero siempre he dicho una cosa: el idioma se habla por amor, nunca por imposición.
- ¿Con qué partidos estaría dispuesto a pactar? Además del PP, que es su socio natural…
- Yo no lo veo así. Somos un partido que salimos a ganar y ojalá gobernásemos en solitario. Nos vemos con posiblidades de conseguir liderar el ayuntamiento. Es verdad que el gobierno monocolor no se va a dar en ningún sitio y habrá que pactar, pero no nos vamos a cerrar a nada. Veremos los resultados, los proyectos que lleva cada partido… pero eso no depende de ahora, ni de mí, habrá que discutirlo y valorar muchos factores. Somos el centro, la mesura, la coherencia, y desde ahí vamos a intentar defender las necesidades de los castellonenses.
- ¿Pactarían con el PSPV de Amparo Marco?
- Todo hay que verlo, no podemos hablar sin resultados, es hablar por no callar…
- ¿Y con Vox?
- Somos un partido constitucionalista y liberal. Muchas propuestas de Vox están probablemente fuera de la Constitución, son aconstitucionales. Probablemente, entrar en gobierno con ellos, no... pero sí podemos llegar a acuerdos. Es mi posición. Habrá que ver si es un partido que todo lo que dice lo hace, o son de mucho ruido y pocas nueces. Ellos tienen un electorado, una ideología, y tienen que defenderla, pero nosotros como Ciudadanos siempre vamos a respetar la legalidad. Todo lo que no cumpla la Constitución y una serie de normas sociales básicas... no podemos entrar ahí, son líneas rojas. Pero para cualquier otro partido, igual. También lo diría para Compromís o Castelló en Moviment. Entiendo que hay que representar todas las ideologías, pero la ciudadanía decidirá con qué porcentaje de participación van a estar este tipo de partidos.
- ¿Cuáles serían las primeras medidas que adoptaría si llega al gobierno?
- Primero haremos lo urgente y luego lo importante. Lo primero es saber con qué recursos contamos, una auditoría del Ayuntamiento para saber cuáles son los gastos y los ingresos y de qué manera se puede gobernar de forma más eficiente y eficaz. A partir de ahí aplicaremos una serie de medidas. El empleo es la política social por excelencia. Queremos dar ayudas a las familias que no pueden pagar el IBI, porque no es de recibo que haya pobreza en una ciudad como esta, con la industria que tiene. Queremos darles facilidades a los desempleados de más de 45 años y a las mujeres que han tenido periodos largos de inactividad laboral. Ayudar al comercio de Castelló, que cada vez tiene más dificultades. Podemos promover políticas para empresarios que motiven la contratación. A las empresas y a los emprendedores, alfombra roja.
- Antes ha mencionado el Plan General y uno de los problemas que se han intentado abordar en él es la Marjaleria, ¿Qué harían en este barrio?
- Junto con los técnicos -porque hay cosas que se pueden hacer y otras que no-, hay que llegar a un acuerdo de mínimos. Vamos a buscar una solución. Lo que no puede ser es que estos vecinos estén pagando servicios que no se les da. O dejan de pagarlos o se los damos, pero habrá que ver técnicamente qué es posible hacer. Hay que dar una solución ya para que no se siga perpetuando el problema.
- Los representantes vecinales piden que se legalicen las viviendas construidas hasta ahora...
- Esta es la patata caliente que van a tener todos los partidos que entren a gobernar. El problema es que legalizar algo que hoy por hoy la ley no te permite legalizar, por muy buena voluntad que tenga el consistorio... esa es la realidad que tienen que asumir. Pero una cosa es legalizar algo y otra es responder a sus necesidades. Estas personas eran conscientes de que era ilegal. Lo que no se puede hacer es construir una casa al lado de un aeropuerto, por ejemplo, y luego exigir que quiten el aeropuerto porque le molestan los aviones. Hay que ser consecuente... y los vecinos lo son, ellos tienen sus exigencias y les gustaría que fuera legal. Hoy por hoy, con el asesoramiento técnico, hay que llegar a un acuerdo de mínimos para que sean cubiertas sus necesidades.
- El CD Castellón es otro de los caballos de batalla del Ayuntamiento, ¿cómo lo resolverían?
- Es una figura emblemática en la ciudad. Soy socio y vivo la afición desde dentro, siento los colores. No hace falta que diga que la dinámica empresarial en estos últimos años ha sido bastante errática. Lamentablemente los resultados no están acompañando y se está evidenciando que la gestión no es tan saludable como pensábamos los socios. Dicho esto, desde el Ayuntamiento tenemos que ayudar al club, y sobre todo preocuparnos de las instalaciones para que la seguridad del estadio cumpla una serie de requisitos. Donde está mi butaca, tengo la barandilla de la grada delante y faltan tres barrotes por los cuales mis hijos de cuatro años se pueden colar perfectamente. Esto es inconcebible. El día que celebremos el ascenso, como se apoyen diez aficionados a esa valla, se cae abajo. Eso es por lo que tiene que velar el ayuntamiento, por mejorar las instalaciones. Además, queremos negociar con ellos, ver qué patrocinadores puede haber para hacer una ciudad del deporte y promocionar el fútbol base.