CASTELLÓ. Las obras de urbanización de la plaza situada entre la ermita de Sant Blai y el cauce del río Anna concluirán en las próximas semanas con la puesta en valor de los restos históricos del jardín arqueológico.
Fuentes municipales han confirmado a Castellón Plaza que los trabajos, cofinanciados por la Unión Europea con cargo a los Fondos Feder y adjudicados a la empresa Bluedec por 431.514 euros, están casi culminados. Solo falta instalar el mobiliario urbano, así como las barandillas y los paneles informativos. Además del jardín arqueológico, el consistorio pondrá en valor cuatro puntos cuyos restos históricos emergieron durante las catas previas a las obras de urbanización de la plaza: un antiguo pozo árabe, varios muros medievales de tapia de mampostería, el pavimento de la antigua nave anexa a la ermita y, por último, el pavimento de canto rodado del antiguo hospital de Sant Blai.
Según las mismas fuentes, dos paneles explicarán la evolución del área arqueológica y los restos del antiguo hospital, mientras otros dos paneles ofrecerán interesantes detalles interpretativos sobre la Burriana musulmana. Por último, se trasladarán seis lápidas mortuorias al jardín arqueológico cuyo acondicionamiento se ultima estos días. La puesta en valor de la vertiente arqueológica de la plaza supondrá un gasto adicional de 30.450 euros, también a cargo de los fondos europeos.
Durante las excavaciones previas a las obras de adecuación de la plaza se pudo documentar buena parte de la planta del antiguo hospital. También aparecieron restos de estructuras medievales cristianas e hispanomusulmanas, con abundantes piezas cerámicas y óseas. Todos los restos fueron tapados excepto los cuatro puntos que se pondrán en valor en breve.
Las obras de urbanización de la plaza han permitido revitalizar uno de los puntos más degradados de Burriana. Desde el derribo del antiguo hospital para pobres en 2011, la plaza quedó como un improvisado aparcamiento para vehículos.
Además del jardín arqueológico, los trabajos han habilitado un paseo de jacarandas que conecta la ermita con el río y una pérgola de cinco metros de altura para albergar ferias, mercados medievales o conciertos al aire libre. El consistorio pretende reubicar en ese punto la popular Font del Ví que se celebra todos los años desde 1840 para recordar la importancia que llegó a tener la producción de vino en Burriana.