CASTELLÓ. Los residentes del Grau de Castelló todavía tendrán que soportar las incomodidades de las obras en el parque de La Panderola, al menos, hasta principios de 2020. Aunque la reforma debía concluir el 2 de octubre, de acuerdo con la previsión inicial, lo cierto es que los trabajos se prolongarán varios meses más, sin que el Ayuntamiento de la capital de la Plana maneje actualmente una nueva fecha de finalización, eso sí, siempre en el horizonte del primer semestre del próximo año.
La UTE (Unión Temporal de Empresas) adjudicataria de la actuación, denominada con el mismo nombre del famoso "tren que vola" e integrada por Vivers Centre Verd (empresa del grupo Simetria), Telecso y Jujosa, se ha visto obligada a paralizar la ejecución ante la imposibilidad de seguir avanzando por la acumulación de contratiempos. De hecho, habrá que modificar el proyecto, lo que podría concretarse en septiembre, para adaptarse a la realidad de la inesperada situación.
Según explicó este jueves, 8 de agosto, el portavoz del equipo de gobierno, Rafa Simó, las contrariedades se centran en dos súbitos hallazgos. Por un lado, la escasa profundidad de la losa de la Acequia del Fil. "Al estar demasiado superficial es incompatible con las canalizaciones, por lo que será necesario un nuevo trazado", precisó el munícipe. Sin embargo, resulta más problemático el tamaño de las raíces del arbolado que se localiza en la franja central del parque. "Si mantuviéramos el actual proyecto, aparecerían entre 40 y 50 centímetros por encima del suelo, ya que se había ideado que el espacio estuviera completamente plano", prosiguió.
Se trata de ejemplares de tres especies con un sistema radicular muy desarrollado: el plátano de sombra, el acer negundo y el ficus australiano. Si bien abunda más el primero, con 56 portes adultos (en el caso del segundo suman 13), es el tercero (12 árboles) el que más dificultades ha ocasionado a la UTE a la hora de culminar la renovación. Por ello, la solución que se plantea pasa construir parterres, de manera que, con la elevación del terreno, "sea posible cubrir las raíces y eliminar el problema". El recurso, ni mucho menos novedoso en paisajismo, mejora sustancialmente el aspecto del jardín. No solo por evitar que las cepas queden al descubierto, sino porque el amontonamiento de tierra incorpora lechos de flores o de hierbas como complemento, lo que dota al espacio verde de un mayor encanto y atractivo.
El detenimiento de las obras aliviará parcialmente las molestias de los vecinos de la avenida del Puerto, donde se localiza el parque de La Panderola. Y eso es así por una cuestión muy sencilla. A pesar de la inactividad durante las próximas semanas, disminuyendo considerablemente el ruido, el jardín mantendrá las protecciones actuales en forma de vallas como medida preventiva. Por lo tanto, será inviable su disfrute como un recinto emblemático por parte de vecinos y visitantes. "No se abrirá por seguridad", subrayó Simó, quien se mostró convencido de que la modificación del proyecto contentará a todos en el futuro.