CASTELLÓ. El Gobierno ratifica lo que era una evidencia: no prolongará la CV-10 entre Vilanova d'Alcolea y la provincia de Tarragona. Pese a que ya no aparecía en los Presupuestos Generales del Estado desde hace años y también pese que ha pasado más de una década desde que el 22 de octubre de 2010 la Generalitat Valenciana inaugurase oficialmente el último tramo de esta autovía, el comprendido entre la Pobla Tornesa i Cabanes, hasta ahora no había habido pronunciamiento oficial del Ejecutivo estatal acerca del futuro de esta carretera... y ahora ya se conoce que no prevé ejecutar la mejora.

Ha sido en una respuesta escrita al senador de Compromís Carles Mulet en la que el Ministerio de Transportes reconoce (sin decirlo de forma tajante) que no duplicará los 45 kilómetros que quedan por mejorar entre Vilanova d'Alcolea y Traiguera. Y lo achaca a la liberalización de la autopista AP-7. 

"Muy costosa"

De hecho, hace casi dos años y medio el Ministerio ya condicionó, también en otra respuesta a Mulet, la continuidad de los trabajos al tráfico que pudiera captar de la AP-7. Y ahora, en su nueva respuesta, Transportes señala que "la construcción de la autovía A-7 entre Vilanova d’Alcolea y l'Hospitalet de l'Infant (Tarragona) tendría un potencial de captación de tráfico reducido frente a una autopista AP-7 libre de peaje como la actual". 

Además, insiste, se trataría "de una infraestructura muy costosa tanto de construcción como de mantenimiento, con una demanda no elevada", lo que derivaría en "una rentabilidad socioeconómica reducida, además de causar notables impactos sociales y ambientales". Y ello pese a que en 2019 los estudios redujeron la inversión necesaria en 70 millones de euros: de los 349,7 millones que se estimaban en un principio, el cálculo se fijó en 281,1.