CASTELLÓ. Hace poco menos de dos semanas que Cris Cavaller se convirtió en la nueva cara visible de La Exprimidora, la Asociación de Diseñadores y Creativos de Castellón. La profesional fue elegida como presidenta de una plataforma que reúne a los principales estudios y diseñadores de la provincia y lo hace en un momento clave para la profesión. "Aunque es algo de València, la Capitalidad Mundial del Diseño de 2022 va a irradiar a toda la Comunitat Valenciana", asevera. Fue en septiembre del año pasado cuando se hizo oficial la noticia: València se convertirá en epicentro del diseño, un reconocimiento bienal que es otorgado a una ciudad que demuestra sensibilidad por el sector, desde la industria, sus diseñadores y la administración. Por eso, Castellón no quiere aprovechar este hito solo para servir de 'puente' de algunas actividades que se realicen en la capital valenciana, sino para aprender de este proceso y producir su propio caldo de cultivo. Así lo explica Cris Cavaller, con quien nos citamos para hablar de los retos y oportunidades del sector
-Hace cinco años que entraste en La Exprimidora. ¿Cómo veías la asociación entonces y cómo la ves ahora?
-Los primeros años en los que el estudio estuvo dentro de la asociación no tuvimos casi actividad. Entramos porque lo vimos como una oportunidad para estar al día y colaborar con otros profesionales. Fue más un tema de apoyo que de una intervención activa. Pero a nivel general lo que veía tanto entonces como ahora es que los estudios están muy unidos. Todas las acciones se hacen entre todos.
-Una de las grandes demandas de la asociación durante este tiempo ha sido la de contar con un centro donde poder reuniros, al menos, mensualmente. ¿Seguís sin sede?
-No, tenemos sede en el espacio de coworking Cow, que es donde habitualmente hacemos las reuniones. Pero tampoco creo que necesitemos una gran infraestructura porque trabamos mucho online. Hoy en día no hay ningun estudio o freelance sentado 24 horas en una oficina, y menos para trabajar en una asociación. Es cierto que estaría bien tenerla para almacenar cierto tipo de materiales, pero tampoco es una prioridad. Es más importante invertir el presupuesto en otras cosas.
-¿Como cuáles?
-En los eventos sobre todo, pero también en la formación o en la difusión del trabajo que hace cada uno de los estudios. Así como en todo lo que ayude a dar visibilidad e importancia al diseño y a su estudio.
-¿Sabe la sociedad cuál es realmente el papel del diseño? Cuando surgió la noticia del posible plagio del cartel de la Magdalena se originaron en redes sociales comentarios como este: "Con tantos pintores que tiene la provincia y el cartel ganador es de diseño gráfico..."
-Hay que entender que no todo el mundo tiene un conocimiento de base sobre este sector. Es parte de nuestra responsabilidad que lleguen a entender que no es lo mismo el trabajo de un artista que de un diseñador, porque ni siquiera tienen los mismos objetivos. El arte no tiene un propósito de comunicación a nivel marca. En este caso la Magdalena sí lo tiene porque al final es un evento.
-Una de vuestras principales bazas para involucrar a la gente de a pie es el Besing Fest, pero no deja de ser una cita bienal. ¿Qué otras acciones pueden ser útiles?
-Una de las cosas que más me han gustado de lo que hemos hecho hasta ahora es el PechaKucha en la calle, porque mucha gente no sabía lo que era pero se acercaron a curiosear y al final se quedaron. El diseño nos afecta a todos, estamos rodeados por elementos o objetos a los que da sentido. Por eso, cuando empiezas a escuchar a un diseñador gráfico o industrial hablar sobre el proceso de trabajo de algo a lo que tu le sacas un beneficio, causa interés. Son cosas que no se habían planteado antes y ven que es importante para tener una calidad de vida mejor.
También nos estamos preparando de cara a 2022 porque la capitalidad mundial del diseño de València va a ser un empuje para todos en cuanto a eventos y a la difusión de todo lo relacionado con nuestro trabajo.
-Aun así, con todas las tareas pendientes que tiene la provincia, ¿no puede quedar su participación en algo anecdótico? ¿Servirá esta experiencia de cara al futuro?
-Es una oportunidad super buena. Aunque es València, va a irradiar a toda la Comunitat de alguna manera. De hecho ya se valora traer parte de los eventos hasta aquí. Lo importante es hacer difusión porque cuanto más se muestre el peso que puede tener Castellón, es probable que más cosas que hagan.
-Hace unas semanas os reunisteis con la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV). ¿De qué hablasteis en el encuentro?
-Nos gusta mantener contacto con la ADCV porque llevan más tiempo trabajando que La Exprimidora y por lo tanto tienen más experiencia sobre cómo funcionar a nivel interno.
También habido una primera reunión para trasmitirles que queremos participar con las actividades paralelas que propongan para la Capitalidad. Fue un poco como ¡hola!, estamos todos interesados y queremos hacer alguna cosa. Iremos hablando poco a poco, pero la sensación es que la ADCV también está interesada. Lo que quieren es que se cumpla la realidad de que la asociación no es solo algo de València, sino de toda la Comunitat Valenciana. Además, como han percibido que tenemos ganas y que nuestro trabajo está funcionando, siempre será mejor unir fuerzas y trabajar las tres provincias juntas.
-Hemos hablado de la asociación, de la sociedad... ¿Qué ocurre con las instituciones?
-Ahí se va peleando... Hay que ir con calma porque con las administraciones el funcionamiento es más lento. Tienen sus procesos establecidos y cambiarlos es complicado, pero sí que se va avanzando. Solo con la selección del cartel de la Magdalena se ha dado un pasito, ya que el año anterior su selección fue a través de las redes y este año con un jurado.
-¿Tenéis pensado reuniros para motivar algún otro cambio más?
-Sí. La idea es presentarles propuestas de mejora, porque al final es positivo para ellos, pero también para el público, porque logran tener un producto de calidad.
-A modo resumen, ¿cuál es tu visión del sector?
-Cada vez hay más estudios implicados que no se quedan solo en su propio trabajo, sino que aportan cosas más sociales. Esto es positivo para que la ciudad esté más profesionalizada. También, se están haciendo más cosas de sostenibilidad. La gente está cada vez más concienciada y esto se refleja desde dentro. Aunque como es evidente, se tiene que trabajar más.
-¿Cómo podemos diferenciar un buen diseño de un mal diseño?
-Esto se nota sobre todo en su uso final. Un mal diseño es aquel que provoca una mala comprensión del mensaje que se está emitiendo. Si tienes unos objetivos y la gente ha comprendido otra cosa, es una pérdida tanto de tiempo y dinero, como de oportunidad. Por eso es importante que la gente que nos dedicamos a esto seamos profesionales.