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de la editorial Reino de Cordelia

Pablo Sebastiá publica 'La Tetera de Russell', un viaje a la irracional y modernizada España de 2072

15/12/2020 - 

CASTELLÓ. El filósofo y matemático Bertrand Russell propuso en los años cincuenta, una analogía acerca de la existencia de Dios, con ella quería liberar al incrédulo de la ardua tarea asignada antaño, consistente en demoler los asentados pilares de la religión, a esta se le llama La Tetera de Russell.

Pero la novela de Pablo y la propuesta de Bertrand no solo son homónimas sino que tienen mucho más en común; controversia en estado puro.

Enseguida veremos, que en cada capítulo, y de manera ingeniosa, será colocada como título una de las muchas frases célebres del británico Russell.

Con el trance Covid 19, y una posterior y traumática guerra civil a las espaldas, la política nacional se ha dado la vuelta como un calcetín. Los partidos políticos han dado paso a los filosóficos y científicos, modernizando España. A diferencia de Francia o Italia, que se dedican a la agricultura y el turismo respectivamente, ha arriesgado con la tecnología.

 Alemania (que ha pasado a llamarse Germania), los Países Bajos, Escandinavia y los países bálticos han cambiado sus democracias liberales por teocracias inspiradas en un calvinismo radical, y se sabe que uno de los grandes problemas de los países de la nueva Unión Europea es la inmigración irregular, y para ser exactos, los llamados Caballos de Troya, terroristas religiosos infiltrados.

Al igual que la alejandrina Hipatia (nacida a mediados del siglo IV), nuestra joven y tocaya protagonista, se tiene que abrir paso (a pesar de encontrarnos ya en el año 2072) en una España que claramente no ha conseguido desmarcarse del opresivo e irracional patriarcado empresarial.

Poco a poco, y por méritos propios, consigue el favor del presidente de la gran corporación en la que trabaja, la primera empresa mundial en desarrollos algorítmicos, el Centro Tecnológico sito en Plaza Castilla, Madrid.

Hipatia está al mando del proyecto llamado Deus ex machina, que consiste en, a través de intrincadas fórmulas matemáticas, enviar un mensaje a cualquier parte del universo y recibirlo de manera instantánea, sin que pase ni un solo cronón (tiempo de Planck). Y como todo escollo en la vida, para solventarse habrá que cambiar la manera de ver las cosas, o más bien de percibirlas.

Pero no todo es trabajo, cuando menos se lo espera, entra en la vida de la eminente matemática un hombre que le ayudará, sin saberlo, a corregir su forma de producirse en la vida, y que traerá consecuencias, para bien, o para mal, eso solo lo puede decir ella.

A lo largo de la novela nos encontramos con pequeños guiños y juegos de palabras, como ocurre siempre en la obra de Pablo. Pondré dos ejemplos:

 Uno claro son las siglas FEVE (fuerzas especiales vascas del ejército), que nos recuerdan sospechosamente a FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha).

Y el segundo, y donde igual meto la pata, son los Aerotanques, cuyo modelo T-1000, es terroríficamente parecido al del androide creado por Skynet, para ejecutar misiones homicidas en la secuela de la película Terminator. Aunque curiosamente también es, como dice una conocida marca de sanitarios, «una colección inteligente de grifería termostática para ducha», nunca se sabe… 

Una vez más la maravillosa editorial Reino de Cordelia, acierta de pleno con la publicación de esta novela. No solo por contar con la apuesta segura del autor, también por el cuidado con el que siempre edita. No dejo de sorprenderme cuando al levantar la, ya preciosa, sobrecubierta, me encuentro con las tapas aún más elegantes si cabe. Hasta el aroma que desprende es gratamente diferente y especial.

En la Tetera de Russell, tenemos sombras de novela negra, y luces de ciencia ficción, pero como el propio Sebastiá denomina, nos encontramos ante un thriller matemático.

Conjuga a la perfección los tiempos pasado, presente y futuro, haciendo cuestionarse al lector, en cada momento, ese trinomio indivisible que es la vida. ¿Cómo éramos, en qué nos hemos convertido?, y lo más importante, ¿queremos cambiar de nuevo, o quedarnos como estamos?

Impregnando como siempre con su fina ironía cada uno de los enigmáticos capítulos, el escritor castellonense, consigue una vez más implicar al lector de tal forma, que se siente parte de la obra, y de alguna manera, nos capacita para colocar el broche final.

Sin lugar a dudas tenemos el honor de encontrarnos ante un escritor autóctono que nos retrotrae al más puro estilo Philip K. Dick o Arthur C. Clarke, donde la ciencia ficción y la metafísica se cogen de la mano para pasear por nuestra mente a su antojo. Pero para mí, Pablo Sebatiá Tirado, es el espejo en el que se refleja el espíritu de Stanislav Lem, proyectando novelas que como siempre digo, por su carácter inclasificable, son ya un género en sí mismas.


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