CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló vuelve a solicitar al Servicio Provincial de Costas la autorización para que los chiringuitos abran en el Gurugú y el Pinar a partir del 1 de junio. El plan de explotación de servicios de playas aprobado por la Junta de Gobierno Local para 2023 incluye esa fecha como inicio de la nueva temporada, que se alarga hasta el 30 de septiembre.
En realidad, se trata de las datas que el consistorio presenta todos los años para obtener el correspondiente permiso con vistas a facilitar el montaje de merenderos, puestos de hamacas y sombrillas, escuela náutica y zona de embarcaciones con o sin motor. Todas las instalaciones reciben el beneplácito del Ministerio, a excepción de las primeras, cuyas licencias se deniegan en primera instancia por el chorlitejo patinegro.
Esa prohibición está contemplada en el Plan de Acción Territorial de Infraestructura Verde del Litoral (Pativel), que cataloga los dos arenales castellonenses como espacios protegidos al contener fauna sensible. Esto significa que la actividad de los establecimientos queda limitada al periodo que va del 1 de julio al reseñado 30 de septiembre.
Desde 2020, siempre se repite la misma historia. La disputa entre los empresarios y las administraciones implicadas (local, autonómica y estatal) tensa la cuerda hasta el límite. La polémica se prolonga durante varias semanas, hasta que se llega a un acuerdo, a instancias de los técnicos del departamento de Vida Silvestre (dirección general del Medio Natural), responsables de emitir un informe favorable para la ocupación.
En 2022, el Acord de Fadrell consiguió adelantar el plazo recogido en el Pativel para que los chiringuitos comenzaran a montar el 10 de junio. Ahora, menos de un año después, y ante la previsión de que resulte imperativo recorrer un largo trayecto administrativo, el Ayuntamiento ya ha aprobado el nuevo plan de explotación de servicios de playa para informar a Costas con antelación suficiente.
Una vez el Servicio Provincial disponga del documento, se iniciará el habitual proceso. El traslado de la solicitud a la Generalitat Valenciana implicará que los funcionarios vuelvan a realizar una inspección sobre el terreno para determinar la presencia de la diminuta ave y su nidificación. Ese trabajo de campo será esencial a fin de concretar la fecha en que los merenderos podrán ocupar el dominio marítimo.
Como en los últimos años, el Ayuntamiento prevé autorizar la instalación de cuatro chiringuitos. Tres de ellos, por ampliación de contrato, ya que se licitaron en 2022 y, entre las cláusulas del pliego, se incluye la opción de acogerse a una prórroga de otra temporada (lo que se conoce como 1+1). El cuarto saldrá a concurso público en la playa del Gurugú, toda vez que la concesión finalizó el pasado ejercicio.
Además de este merendero, el consistorio ofertará de nuevo cinco puestos de hamacas y sombrillas, uno con posibilidad de alquiler de patinetes; una zona de embarcaciones con o sin motor y otra para la instalación de una escuela náutica. Todos los servicios se plantearán en el Gurugú y el Pinar, dado que el Serradal es una playa protegida por el chorlitejo patinegro.