CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló ha reducido el endeudamiento al nivel más bajo de la última década al cerrar el ejercicio de 2022 con un porcentaje del 16,76%. En concreto, el Ayuntamiento acabó el año con una deuda a largo plazo de 29,65 millones de euros. La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, ha destacado este “buen dato” que refleja “la óptima gestión de este gobierno municipal y el saneamiento de las arcas municipales que llegaron a registrar un endeudamiento del 90% en 2012”.
En este sentido, Marco ha señalado que el Ayuntamiento salió del plan de ajuste a finales de 2021 tras haber reducido el endeudamiento que, en 2012, era de 130 millones de euros. “Este gobierno municipal ha continuado esta senda de la buena gestión de los recursos, puesto que incluso tras haber salido del plan de ajuste seguimos reduciendo deuda, lo que repercute también en una mayor confianza hacia la institución y seguir mejorando la marca ‘Castelló”, ha indicado.
La alcaldesa ha agregado que esta reducción del endeudamiento “se ha conseguido al mismo tiempo que se han incrementado notablemente las partidas para políticas sociales y para fomento del empleo, impulsado ayudas a pymes, familias, autónomos y para el comercio, y en un periodo en el que incluso hemos aprobado medidas fiscales más justas y progresivas, con rebajas consecutivas del IBI y del ICIO”.
De esta manera, la deuda a largo plazo se sitúa a cierre de 2022 en 29,65 millones (16,76%), frente a los casi 33 millones (18,73%) de la deuda registrada al finalizar el ejercicio anterior. Hace diez años, la deuda se situaba en 130 millones (89,3%).
La alcaldesa ha manifestado además que “la buena gestión económica” se refleja también en la deuda municipal a corto plazo. En este sentido, ha anunciado que el Ayuntamiento va a liquidar la cuenta de crédito de 28 millones de euros, dejando a cero la deuda a corto plazo. Un hecho posible gracias a que el consistorio cuenta con 32,7 millones de fondos líquidos de Tesorería.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara