CASTELLÓ. El Grup d’Estudi i Protecció dels Rapinyaires – Ecologistes en Acció (GER-EA) junto con las actuaciones de los agentes medioambientales de la Conselleria de Medi Ambient, están posibilitando que no desaparezca el águila perdicera (Aquila fasciata) de la provincia de Castellón; especie catalogada “En Peligro de Extinción” en la Comunidad Valenciana.
Este tipo de águilas son un eslabón imprescindible en la cadena trófica. Mantienen a especies consideradas plaga en unos niveles que no produzcan daños a la agricultura. También regulan la proliferación de enfermedades en los conejos de campo (mixomatosis, hemorragia vírica, etc.), dado que tienden a consumir los animales más débiles o enfermos.
En la provincia de Castellón y según los datos de nuestro grupo, desde principios de la década de los ochenta del siglo pasado, el número de parejas de águila perdicera disminuyó un 58%, pasando de 41 parejas a 17 parejas en el año 2019. Desde entonces, y gracias al seguimiento de las parejas territoriales y actuaciones realizadas por el GER-EA, se ha constatado un ligero aumento en los últimos cuatro años, contabilizando en la actualidad 22 parejas reproductoras en toda la provincia de Castellón.
Recordamos que la disminución de las parejas en el siglo pasado era debida principalmente a la persecución directa, matando parejas territoriales con disparos, trampas, veneno, etc. En cambio, esta persecución directa disminuyó desde principios de este siglo, pero empezaron a aumentar las muertes por electrocución, ahogamiento, colisión con cables eléctricos, etc. De hecho, en la actualidad se consideran que el 65% de las muertes están relacionadas con electrocuciones y colisiones en cables eléctricos.
Esta disminución por causas directas y la reducción de muertes que se observa por electrocuciones, consideramos que ha sido gracias al aumento del conocimiento de la especie por los cazadores, agricultores y columbaires, entendiendo que este tipo de águila no es un competidor y si una especies necesaria para la regulación de los ecosistemas donde vive.
Por otra parte, las empresas eléctricas han entendido que deben ir rectificando todos los apoyos eléctricos peligrosos y marcando los cables de forma preventiva y eficaz con elementos anti-colisión y anti-electrocución, aspectos que pueden ser la causa de revertir la tendencia de las continuas muertes de águilas reproductoras y evitar la extinción de esta especie en las comarcas castellonenses.
Aún produciéndose un ligero aumento de las parejas reproductoras provinciales en los últimos cuatro años, desde el GER-EA consideramos que no debemos bajar la guardia ya que en cualquier momento pueden volver a aumentar las rapaces muertas de forma directa por el hombre o indirecta por electrocuciones, ahogamientos, etc., debido a un mal conocimiento y una relajación en la gestión del águila perdicera.
Por ello, el GER-EA considera que se debería seguir invirtiendo esfuerzos para intentar alcanzar el objetivo óptimo, volviendo a tener más de treinta parejas reproductoras en la provincia. Para ello, se debería actuar en:
1.- Aumentar el ritmo de corrección de todos los apoyos y cables eléctricos peligrosos, colocando elementos anti-electrocución y anti-colisión en todos los tendidos ubicados en zonas de cría, alimentación, campeo y dispersión de las águilas perdiceras, aspecto que ha sido efectivo en el águila imperial y en esta misma especie en otras regiones españolas.
2.- Aumentar mediante repoblaciones de especies presa como el conejo (especie clave para la supervivencia de los mamíferos carnívoros y aves rapaces en peligro de extinción), en las zonas importantes de la provincia como la Serra d’Espadà.
3.- Seguir con los controles anuales que hacen los agentes medioambientales y los grupos naturalistas, como el GER-EA, ya que es necesario tener información de muchos años para ver la evolución de la población y actuar en consecuencia, trabajos que realizan los miembros del GEREA desde 1982 hasta la actualidad; más de cuarenta años.
4.-Seguir y aumentar el ritmo de aplicación de acciones directas. No debemos conformarnos en saber que la población de águilas va mal y las medidas propuestas se queden en papel, algo que se ha hecho toda la vida mientras éramos testigos del descenso continuo de la población de águilas. Es hora de actuar, de visualizar lo que pasa en los nidos y territorios de cría, para actuar rápidamente ante posibles problemas.
5.- Recuperar los territorios abandonados donde criaban las águilas hace años, mediante la colocación de nidos artificiales en los lugares donde han desaparecido, disminuir las agresiones especialmente electrocuciones y aumentar el alimento, en concreto la población de conejo.
A todas estas acciones, se deben unir campañas de información y sensibilización tanto de la sociedad como especialmente de las personas que consideran las águilas como competidoras, y también a los usuarios del monte (agricultores, excursionistas, cazadores, naturalistas, columbaires, escaladores, etc.).
Podemos resumir que gracias a las actuaciones directas realizadas por los miembros del GER-EA (denuncias de torres peligrosas, construir un nido artificial, seguimiento exhaustivo de rapaces, etc.), el buen trabajo del grupo GIA (Grupo de Intervención en Altura de la Conselleria), de los agentes medioambientales en acciones y seguimiento de ésta especie, salvamiento de pollos enfermos y huevos en nidos cuyos padres han muerto y al apoyo del Servicio de Vida Silvestre a nuestro grupo, podemos tener esperanza fundadas en frenar la desaparición de este tipo de águila y pensar en la recuperación de la población de águila perdicera en Castellón.