BRUSELAS. La Comisión reforzará los controles de los cítricos que vienen de Sudáfrica y Argentinas con inspecciones en origen para evitar que lleguen a la Unión Europea (UE) con plagas a partir del próximo año. El aumento de importaciones de naranjas y limones, tras el acuerdo comercial de eliminación de aranceles de 2016, ha demostrado fallos en los controles fitosanitarios de los puertos europeos, como el de Rotterdam, lo que ha provocado la entrada de plagas y la consiguiente contaminación de los campos de cítricos que ya ha llegado a la Comunitat Valenciana.
Una pregunta parlamentaria dirigida a la Comisión Europea por las eurodiputadas socialistas Inmaculada Rodríguez-Piñero y Clara Aguilera ha dado como respuesta la decisión de controlar, por primera vez, las importaciones de cítricos en los puertos de origen, en concreto los de Sudáfrica y Argentina. La respuesta de la Comisión ha sido que, a partir de 2021, realizará inspecciones de cítricos en estos pares para controlar las importaciones y el uso de plaguicidas.
Ambas eurodiputadas alertaron de la presencia de plaguicidas prohibidos en cítricos importados a la UE desde Sudáfrica. Esta pregunta se une a otras que durante los últimos cinco años se han realizado sobre el tema y sobre el impacto de las importaciones de cítricos de fuera de la Unión. La inspección en origen la realizará la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, dentro del Programa de Auditorías y Análisis del departamento para 2021, y se llevará a cabo tanto en Sudáfrica como en Argentina.
Los trabajos de los inspectores europeos en origen incluyen “verificar el cumplimiento de la legislación, del sistema de control de requisitos fitosanitarios y de interceptación de plagas”, según consta en el capítulo “Condiciones fitosanitarias para la exportación de cítricos a la UE” del informe de auditorías. Se trata de la primera inspección en origen de este tipo en cítricos y también la primera tras la aprobación en 2016 del acuerdo comercial con Sudáfrica. Antes, solo se habían realizado inspecciones en origen en Sudáfrica sobre restos de plaguicidas en manzanas y peras, en 2014, y sobre sanidad vegetal otras dos en 2015 y 2016 muy específicas, por la plaga de la mancha negra en cítricos.
El origen de esta pregunta parlamentaria está en la detección de plaguicidas prohibidos en cítricos procedentes de Sudáfrica en la Comunitat Valenciana. La Generalitat denunció que se habían detectado residuos de hasta 14 sustancias plaguicidas en cítricos importados de Sudáfrica, dos de las cuales están excluidas de uso en la Unión Europea. Las autoridades sanitarias confirmaron que en las naranjas, limones, mandarinas y pomelos procedentes de Sudáfrica había presencia de «carbendazima» y «propiconazol», dos sustancias activas de uso prohibido en la producción citrícola europea, según la última lista publicada por el Ministerio de Agricultura, basada en la Directiva comunitaria.
Las diputadas Rodríguez-Piñero y Aguilera expusieron a la Comisión que “el uso de estos plaguicidas supone una competencia desleal para los agricultores europeos, que sí cumplen con la normativa sanitaria y medioambiental”. Por ello, preguntaron a la Comisión si estaba dispuesta a “compensar económicamente” lo que suponía una competencia desleal y el incremento de costes para los agricultores europeos, por el uso desigual de productos fitosanitarios respecto a terceros países. Además, insistieron en la posibilidad de “llevar a cabo una nueva inspección en origen, para controlar el uso de plaguicidas en los cítricos de Sudáfrica”. Por último, preguntaron si se habían detectado en la UE “más partidas de Sudáfrica con presencia de sustancias prohibidas”.
La respuesta, firmada hace tres días por Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Política de Consumidores, en nombre de la Comisión Europea, acepta la responsabilidad y asegura que “la seguridad de los consumidores europeos es una prioridad para la Comisión. Y apela a continuación a la regulación de los plaguicidas, que garantiza que se apliquen las mismas normas de seguridad tanto a los alimentos producidos en la UE como a los importados de terceros países, para que los consumidores estén plenamente protegidos.
Por ello, explica Kyriakides, “la Comisión tendrá en cuenta los aspectos ambientales al evaluar las solicitudes de tolerancias en la importación para sustancias plaguicidas que han dejado de estar aprobadas en la UE”. Y añade que la Comisión “colaborará activamente con los socios comerciales, especialmente con los países en desarrollo, para acompañar la transición hacia un uso más sostenible de los plaguicidas”.
Al mismo tiempo recuerda que los Estados miembros son responsables de llevar a cabo “controles oficiales de los alimentos y piensos importados en la UE”. En este sentido, la Comisión ya ha realizado auditorías en Sudáfrica en relación con la sanidad vegetal en otros productos hortícolas, y la siguiente está prevista para 2021.
El último informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, sobre el seguimiento de los residuos de plaguicidas, explica que en 2018 se analizaron 1.154 muestras procedentes de Sudáfrica. Excepto en el caso de los cítricos, sólo algunas partidas contenían residuos de sustancias no autorizadas en la UE, por ejemplo los melocotones (clorfenapir, en una muestra) y las uvas de mesa (clorpirifós, en tres muestras).
En verano del año pasado, la UE exigió a Sudáfrica que investigara y controlara la producción de naranjas para exportación, con destino a puertos europeos. Los agricultores valencianos advirtieron que estaban llegando naranjas y limones con plagas peligrosas que podían propagarse a los cultivos autóctonos.
Bruselas reforzó su normativa a partir de diciembre de 2019 para armonizar los controles fitosanitarios de la fruta y verdura importada de terceros países, dando competencias a los Estados para que prohiban su entrada en el mercado europeo e incrementando la potestad sancionadora. Esta decisión también fue el resultado de otra pregunta a la Comision Europea, que trasladó la eurodiputada valenciana Rodriguez-Piñero tras una reunión con Ava-Asaja. Los agricultores dieron la voz de alarma ante la detección de cargamentos de cítricos contaminados, procedentes de Sudáfrica, en varios puertos europeos.