Adrián Novella y Salva Rocher estrenan este distópico espectáculo de danza el 6 de junio en Vila-real | Más adelante, en Santa Pola, Alicante (31 de junio) y en Burjassot, Valencia (3 de octubre)
CASTELLÓ. Es muy posible que a no ser que seas un apasionado del tema, no estés al corriente de todos los avances que ha ido haciendo la NASA sobre Marte a lo largo de los años. Las ganas por descubrir si hay vida más allá de la Tierra han derivado en numerosas investigaciones por parte de la agencia norteamericana. Pero sí hay uno que ha logrado captar la atención no solo de científicos, esa es la llegada del robot Perseverance al 'planeta rojo'. El pasado 18 de febrero aterrizó en el espacio el que dicen ser el robot más sofisticado de los nunca antes enviados. Una máquina capaz de encontrar evidencias sobre si hay o hubo alguna vez vida en Marte. Y en esas anda, a 480 millones de kilómetros de casa, explorando rocas para averiguarlo.
Mientras tanto, la ficción hace su propio trabajo adelantándose a cualquier respuesta. Y es que en la nueva producción que ha preparado el dramaturgo castellonense Adrián Novella, sí hay vida en Marte. Tanta, que serán en realidad los marcianos que allí viven quienes alucinen con todo lo que pasa en nuestro planeta.
Perserverance, cocreada junto a Salva Rocher -director y coreógrafo de la compañía de danza Marroch, productora de la obra- sigue la expedición de un robot enviado al planeta rojo que recabará información sobre si es posible habitar, o no, Marte. La diferencia, que en este espectáculo de danza, como decíamos antes, sí hay vida. Unos seres que se comunican a través del movimiento. Mientras Perseverance emite sus mensajes de manera audiovisual, los marcianos asimilan lo que se les dice con el cuerpo. Pero no todo lo que ha de contarles este robot será positivo. Muchos de ellos contienen una dura realidad. El planeta que quiere 'conquistar' otros planetas está, en realidad, siendo poco a poco destruido. La guerra, la contaminación y la escasez de recursos naturales ha provocado que su futuro se vaya agotando.
Por esto, como dicen sus creadores, este no solo es un espectáculo visual sobre el espacio y los planetas, en realidad pretende hacer reflexionar a niños y mayores sobre "la necesidad de conquista de otros planetas cuando estamos destruyendo el nuestro". Habla pues de ecología, contaminación, crisis, clima...y lo hace desde un punto de vista externo. Es decir, a través de la mirada de unos seres completamente ajenos a algo que para nosotros no deja de ser una costumbre establecida. "Estamos acostumbrados a comer con las noticias puestas, mientras vemos como matan a gente en la franja de Gaza. Pero en este espectáculo, todo esto es nuevo. Los protagonistas de la historia lo ven por primera vez. Invitamos a la gente a que haga lo mismo, a que traten de mirar la Tierra como si no la conocieran", señala Novella.
Dirigido a un público familiar, los espectadores podrán ver a astronautas y marcianos bailar junto a un pequeño robot tipo Wall-e. Perseverance pretende así concienciar sobre un problema que cierne a generaciones presentes y futuras. "Aunque es un espectáculo para todos los públicos, no seremos nada amables con la visión del ser humano, no dulcificamos el mensaje", asegura Novella, que agrega: "Es urgente y necesario hacerlo así, porque los espectáculos sobre reciclaje acostumbran a tener una mirada muy naif y para nada nuestra intención es esta. Un espectáculo infantil siempre está construido sobre la esperanza, pero no les taparemos los ojos cuando salen cosas feas".
A partir de aquí, la propuesta ha sido planteada como un espectáculo de calle. Una decisión que para nada está hecha al azar. Según señala Salva Rocher, la crisis que vive el sector cultural por la covid-19 ha provocado que la programación de espectáculos se desplome por completo en teatros y auditorios. Algo que, por contra, ha convertido a la calle en el principal vehículo para hacer llegar las últimas creaciones escénicas. "Desde las empresas valencianas de danza nos comentaron que a partir de ahora los teatros no van a programar tanto como antes, por eso es mejor hacer un espectáculo para la calle y familiar. Nosotros hemos apostado por ambas cosas".
Aun así, el bailarín asegura que la calle no ha supuesto ningún problema para desarrollar su potente escenografía. Es más, multiplica sus posibilidades al ser un escenario tan versátil. "Tenemos un planeta Marte y un planeta Tierra que podemos trasladar de plaza en plaza. Además, creemos que al espectador le van a dar más ganas de adentrarse en este mundo. La energía te va llevando hacia el planeta rojo y eso lo genera el estar a pie de calle. La pantalla que a veces hay en un teatro, esa división, aquí desaparece, y puede parecer que un robot va completamente hacia ti".
Perseverance experimentará esta conexión por primera vez con el público el próximo 6 de junio en Vila-real, como parte de la programación del festival de danza municipal. Más tarde, les esperan otras dos actuaciones ya confirmadas en Santa Pola, Alicante (31 de junio) y en Burjassot, Valencia (3 de octubre). Melodía García, Diana Huertas, el mismo Salva Rocher y Ángela Waidele serán los encargados de, junto a un robot grande y otro pequeño, dar alas a esta historia distópica que nos sumerge en el 'planeta rojo' para hacernos despertar de todo lo que aquí no está bien.