CASTELLÓ. El Castellón regresa este sábado a su templo de Castalia para recibir la visita del Málaga, en un partido en el que los hombres de Óscar Cano tratarán de confirmar la buena impresión que causaron en su estreno ante la Ponferradina.
Los albinegros, que sumaron sus tres primeros puntos del curso en El Toralín, se enfrentan a un equipo que no obtuvo premio alguno en su debut liguero ante el Tenerife y que llega a la capital de la Plana con un ambiente de incertidumbre por la inestabilidad económica e institucional que le rodea.
Óscar Cano podría dar continuidad a la base que formó la pasada semana en tierras leonesas, aunque es probable que introduzca varios cambios. Uno podría ser por obligación, ya que el meta Álvaro Campos no pudo acabar el primer partido debido a unos problemas musculares de los que no está plenamente recuperado. En caso de que el valenciano esté indisponible para este sábado, ocupará su lugar Óscar Whalley, fichado este verano y que ya participó en los últimos minutos del choque frente a la Ponferradina.
En el resto de posiciones habrá que esperar, ya que Cano ha dejado caer la posibilidad de algún cambio, pero no ha dado ninguna pista más. Lo que sí parece claro es que no tocará mucho lo que ha funcionado ante el equipo del Bierzo.
El Málaga que entrena el nulense Sergio Pellicer ha tenido que readaptar su relación de jugadores debido a las restricciones que le ha impuesto la Liga por la mala gestión de su ex presidente, Al-Thani. Por ello, el conjunto andaluz ha recurrido a un grupo de futbolistas poco curtidos en la categoría, destacando varios canteranos que han subido al primer equipo.
Una de sus principales bajas, confirmada esta semana, es la del delantero Tete Morente, que ha firmado por el Elche. Para tratar de subir el nivel, el club andaluz se ha reforzado en los últimos días con el lateral izquierdo José Matos, que ha entrado en la lista de convocados, y el centrocampista Jozabed Sánchez, que aún tendrá que esperar para debutar con sus nuevos colores.
El partido de este sábado supone el reencuentro del Castellón con Castalia, donde no compite desde el 8 de marzo. Desde entonces han pasado seis meses en los que ha habido un parón liguero debido al estado de alarma decretado a raíz del coronavirus y un play off exprés en el que los albinegros han logrado el ascenso a Segunda División.
El feudo orellut presentará algunas novedades tras las reformas acometidas para adaptarlo a las exigencias de la Liga de Fútbol Profesional, como la implantación del VAR y la resiembra del césped.
Faltará un elemento diferencial como es el calor de las gradas. Después de tres temporadas en las que el recinto albinegro ha rozado el lleno en casi todos sus partidos, la nutrida masa social del Castellón no podrá vivir en directo el momento que esperaba desde hace tantos años. Pese a ello, Óscar Cano cree que su presencia se sentirá desde la distancia. "A pesar de que no están en el campo, recibimos esa energía diaria, porque de manera invisible siempre hay algo latente alrededor del club, que es su gente. Por lo tanto, nos vamos a seguir dejando el alma por dar lo mejor de nosotros mismos para que tengan el máximo número de satisfacciones", ha declarado.