Foto: Carme RipollésVILA-REAL. El Villarreal vio este fin de semana ante Osasuna cómo su racha de seis victorias consecutivas, entre Liga y Europa League, se frenaba en seco en una semana clave para el conjunto dirigido por Unai Emery. No en vano, el próximo jueves los groguets afrontan un duelo decisivo ante el Dinamo de Zagreb en la vuelta de los cuartos de final de la Europa League.
El club castellonense, que en las últimas semanas había logrado encadenar seis encuentros imponiéndose a su rival, tres en liga (Eibar, Cádiz y Granada) y otros tres en Europa League (Dinamo de Kiev por partida doble y Dinamo de Zagreb), volvió el domingo a irse de vacío. Lo hizo justo en un momento clave de la temporada, en el que debe certificar su pase a semifinales de la Europa League y, en la competición doméstica, cerrar su participación continental para el próximo curso.
Después de la buena dinámica exhibida en las últimas semanas, en las que la sala de máquinas comandada por Gerard Moreno había funcionado a la perfección, el técnico vasco decidió dar descanso ante Osasuna a sus piezas clave pensando en el partido del próximo jueves. Este fue uno de los motivos de la derrota, que no obstante no ha sido tan grave como pudiera tras los empates del Betis y la Real Sociedad.
Con todo ello, el jueves el Villarreal recibirá al Dinamo de Zagreb en el Estadio de la Cerámica con intención de rematar la faena que empezó en la capital croata para así estar entre los cuatro mejores equipos de la Europa League. Todo justo después de una derrota liguera que no debería mermar la confianza del conjunto amarillo.
