las desavenencias entre los socios del fadrell dilatan cada vez más el acuerdo difinitivo

El presupuesto de Castelló vive estancado en su enésimo 'día de la marmota'

5/02/2021 - 

CASTELLÓ. El Acord de Fadrell vive un déjà vu con el presupuesto del Ayuntamiento de Castelló. Las desavenencias entre los tres socios impiden cerrar definitivamente el borrador económico y el actual estancamiento comienza a recordar a lo sucedido en 2020, cuando la aprobación de las cuentas municipales se demoró en exceso, hasta el mes de julio. Desde que el PSPV, Compromís y Podem-EUPV anunciaran el 13 de enero un preacuerdo, cifrado en 190 millones de euros, la falta de avances significativos se repite como una constante semana tras semana. 

Los desacuerdos resultan cada vez más evidentes a tenor del distinto mensaje de unos y otros. También es verdad que se insiste en trasladar una voluntad por dialogar. Sin embargo, esa declaración de intenciones no termina de consumarse en hechos. Hace siete días el portavoz del gobierno, el socialista José Luis López, pidió debatir en el seno del ejecutivo para limar asperezas. Una semana después, y sin haberse producido esa cumbre con el propósito de "cada uno plantee sus puntos de vista para llegar a un consenso", señaló entoncesel problema ahora reside en el calendario. "Es una cuestión de agendas. En cuanto los portavoces se puedan sentar, se sentarán", declaró este jueves en la rueda de prensa para dar cuenta de los asuntos tratados en la Junta de Gobierno Local.

Ese argumento dista de la posición de los socios minoritarios. "Compromís está esperando día y hora para sentarnos a cerrar el presupuesto", aseguran en la coalición valencianista. "Desde nuestro grupo municipal hace semanas que estamos pidiendo cerrar las cuentas y cuadrar algunos detalles que están abiertos. Nuestra prioridad ahora mismo es la aprobación del presupuesto y nuestra agenda siempre ha estado disponible en cualquier momento para ese objetivo", subrayan desde la convergencia.

Días atrás, fuentes socialistas subrayaron que "hay mecanismos de coordinación, como la propia Junta de Gobierno Local, donde deben abordarse las cuestiones que afectan al Acord de Fadrell y que algunos grupos no aprovechan para tal fin. La responsabilidad sobre los posibles problemas de funcionamiento depende de la óptica con la que se mire".

Otro ejemplo de la desarmonía interna obedece al conservatorio. Mientras el PSPV supedita la ubicación a lo que decida la mesa mixta de patrimonio (Ayuntamiento, Diputación y Generalitat), Compromís y Podem defienden sin condiciones la idoneidad del terreno de Taxida. Ambos grupos, incluso, comparten argumentario. El socialista, por su parte, se desmarca e insta al president del Consell, Ximo Puig, a convocar la reunión a tres bandas para valorar las alternativas. Eso sí, contempla el emplazamiento en el solar del PAU Gumbau, siempre que se subsanen las objeciones del informe de 2018 sobre el ruido, la inundabilidad y la falta de espacio.

"Se trata de intentar ceder"

"Estamos en un momento donde hay discrepancias", admitió López, en la línea además de lo expresado por el líder de la convergencia, Fernando Navarro, este martes. "Es normal porque hay tres partidos distintos que han llegado a un acuerdo fundamental de gobernabilidad. Lo que no esté en el Acord de Fadrell puede generar distensiones, por lo que se trata de intentar ceder para llegar a consensos", prosiguió, recuperando así parte del discurso articulado la semana anterior.

La única certeza de esta situación es que el presupuesto sigue sin cerrarse, y ese anquilosamiento afecta a su tramitación, aprobación en pleno y posterior entrada en vigor. La posibilidad de que todo este proceso se resuelva antes de acabar marzo, en el mejor de los casos, empieza a ponerse cuesta arriba. Cabe recordar, asimismo, que como último paso el borrador económico debe exponerse al público durante 10 días para facilitar a las asociaciones y otros colectivos la posibilidad de presentar alegaciones. En el caso de que las hubiese, los tiempos todavía se alargarían más. El pasado curso, nadie planteó reparos a las cuentas municipales, con lo que se activaron en agosto tras validarse en el pleno ordinario de julio.

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