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sus últimas ediciones se quedaron en 2019

Macrofestivales y otras citas culturales que la covid ha dejado en 'la retaguardia'

15/08/2021 - 

CASTELLÓ. En el verano de 2021 no se puede cantar mientras se salta. Tampoco hay acampadas ni corrillos de gente esperando a que empiece a tocar el grupo de moda. Los macrofestivales pararon su maquinaria en 2019 y con ellos, un modo de vivir la música muy distinto al de ahora. Los conciertos eran, entonces, más que conciertos, porque un festival era todo lo que pasaba dentro, pero también fuera del escenario. Su ausencia se nota y más en una provincia que en la que en los últimos años lo ha dado todo por los grandes festivales. 

Ahora bien, aunque parezca que un verano sin el Arenal Sound, el Fib o el Rototom no es el mismo en Castelló, hay otras citas que la covid ha dejado en el 'baquillo'. Son varias las propuestas culturales que no han vuelto a celebrarse desde que la pandemia estallase y, posiblemente, muchas no lo harán hasta que no vivamos un momento mejor. Desde Castellón Plaza recordamos algunos de esos festivales que han quedado en standby y que también se echan en falta.

El MIAU de Fanzara

Todo aquel que quiera ver los murales que Fanzara custodia desde hace siete años es libre de ir a este pueblo de Castellón y hacerlo. Precisamente la gracia del Museu Inacabat d’Art Urbà (MIAU) es que consigue que el arte que allí se genera permanezca al aire libre, listo y libre para ser visto en cualquier momento. Ahora bien, otra cosa es la celebración del festival, que no solo nutre de nuevas obras las paredes del pueblo, sino que también programa actuaciones de danza o teatro. Actividades que suelen atraer a centenares de personas en un municipio donde no viven más de 200 personas. 

Pero, no han sido estas las únicas razones por las que el MIAU lleva sin celebrarse desde 2019. Si por algo se identifica a este festival de arte es por el proyecto social que hay detrás. Cada año Fanzara invita a numerosos artistas, en muchos casos, internacionales, para que pinten sus calles pero también para que convivan durante una semana con sus vecinos. Es decir, los artistas invitados se quedan a dormir durante una semana en sus casas. Y es que esta es la única manera de que el pueblo, sin hoteles ni alojamientos turísticos, pueda hospedar a los diferentes creadores. 

Por todo esto, y siendo conscientes de que la situación pandémica todavía no está controlada, el MIAU ha vuelto a cancelar su celebración de este año. "Aunque lamentamos tener que tomar esta decisión, creemos que no asumir riesgos en estos momentos es lo mejor para todos. No obstante, estamos comprometidos desde ya con la edición del Miau 2022", aseguran desde la organización. 

Castelló, sin su festival de cine

Quería la capital de la Plana tener su propio festival de cine y, enfocado en este objetivo, inauguró en 2018 el Festival de Cinema y Música de Castelló (CIM). Una cita que en su primera edición recibió la visita de ilustres personajes como el realizador británico Stephen Frears, las actrices Verónica Sánchez y Natalia Verbeke; y en su segunda edición, al cineasta vasco Julio Meden, así como a la compositora británica Jocelyn Pook, el humorista y compositor, Alex O'Dogherty; y la cantante y actriz musical Roko. 

La meta estaba clara: Castelló quería dejar de ser una ciudad "huérfana en cuanto a cine", y por eso puso todos sus esfuerzos en ello. Diseñó un festival que además iba a "explotar" la tradición musical tan importante que hay en la provincia. El CIM no iba a ser, por lo tanto, un festival solo de cine. Además de reunir a importantes figuras de la industria, proyectaba films, en su mayoría musicales, e incluso entregaba sus propios galardones a Mejor Cortometraje y Mejor Banda Sonora. Pero también durante los días que se celebraba había coloquios, espectáculos urbanos y conciertos de música en directo. 

Una propuesta, sin duda, potente, que se desconoce cuándo volverá. El CIM iba a contar en 2020 con la participación de Dexter Fletcher, director de films como Rocketman o Bohemian Rhapsody, e Icíar Bollaín, con su décimo largometraje, La boda de Rosa, el cual fue grabado en diferentes localizaciones de la Comunitat, entre ellas Benicàssim. Sin embargo, ahora poco, o nada, se conoce de su celebración. Ni la organización ni Cultura han dado alguna información sobre su vuelta.

El Arrankapins del Grau

Por su parte, el Pinar de Castelló ha sonado este verano a indie, a rock y también a pop, pero no a Arrankapins. El festival de música más rockero de la ciudad también tiene que esperar, al menos, hasta el año que viene para volver a celebrarse. La concejalía de Cultura, organizadora del evento, decidió posponer la quinta edición del festival y en su lugar, programó un ciclo de conciertos llamado Concerts al Pinar. 

Se prefirió esperar, antes que ofrecer conciertos con distancia de seguridad y público sentado, puesto que desarrollar un Arrankapins así hubiera sido, según Cultura, como "quitarle su identidad". Y es que en su corta vida, el festival del Grau ha ido aumentando su aforo, año tras año, hasta llegar a 'desbordarse' en los directos de 2019, con llenos en la mayoría de sus conciertos. Esto es así, porque el festival no pide ninguna entrada. 

En cambio, els Concerts al Pinar, que sí pusieron a la venta entradas, se celebraron siguiendo muy escrupulosamente los protocolos sanitarios. Con público sentado, mascarillas puestas y sin poder comer o beber cerca de la pista. Tampoco claro, sin poder bailar.  

Foto: Carlos Pascual

El Fen Festival de Vila-real

Conseguir que la fiesta de cierre de una discoteca de Vila-real termine llevando a una cantante internacional de la talla de Becky G, es algo, sin duda extraordinario. El Fen Festival lo consiguió en su última edición de 2019. Cada año, los propietarios de la discoteca Touché o Namala (como se llamaba en sus comienzos), despedían la temporada otoñal con 12 horas ininterrumpidas de conciertos. Una fiesta que, poco a poco, fue atrayendo a más público. En su última edición la 'fiesta de cierre' consiguió reunir a más de 3.000 personas. Un aumento notable de público que llevó a sus organizadores, Pascual Arnal y Pascual Tomás, a ambicionar más. 

De hecho, el festival también consiguió ese año entrar dentro de la marca Mediterranean Musix, promovida por la Agencia Valenciana de Turismo. Un hecho que les dotaba, desde entonces, de una mayor promoción y de posibles ayudas económicas, y que colocaba a Vila-real dentro de la red de festivales de la Comunidad Valenciana. Algo que hasta el momento no había sucedido.

No obstante, el festival que se planteaba para el año 2020 aumentar a dos los días de su celebración y contar incluso con una zona de acampada de más calibre, no ha vuelto a dar noticias desde que la covid apareció. Una ausencia que en el caso del FEN Festival tiene más sentido si cabe, teniendo en cuenta el mal momento por el que atraviesan las discotecas.

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