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Rompiendo las sombras: fotografías que retratan el miedo a la oscuridad

10/08/2021 - 

CASTELLÓ. Quedan muy pocas zonas en la Tierra donde los cielos estén realmente oscuros. Un estudio alertaba en 2016 que solo el 40 por ciento de la población europea puede ver la Vía Láctea a causa de la contaminación lumínica. Pero esta cifra se reducía aún más en España, donde ni siquiera un cinco por ciento de la población vive en zonas de baja contaminación. Así lo alertaba por entonces el equipo de investigadores del ISTIL (Instituto de Ciencia y Tecnología de la Contaminación Lumínica), y así lo alertan hoy numerosos científicos. 

La contaminación lumínica sigue estando aquí. Pese a su impacto negativo en el medio ambiente, en la fauna y, también, en los seres humanos, es un problema que no desaparece. Solo hay que salir una noche de casa para comprobarlo.  

Fotos: Néstor Gil

En Rompiendo las sombras, Néstor Gil retrata varias noches en l'Alcora. Unas noches, donde, no solo el interior del municipio queda iluminado cuando el sol ya no está, sino también en sus exteriores permanece un "manto blanquecino" que nos impide apreciar la oscuridad. "Vemos normal que sin la luna se pueda andar, porque somos diurnos. Nos sentimos seguros con la luz y nos asusta e inquieta la oscuridad. Por eso, entendemos que las calles han de estar iluminadas durante todo el día por seguridad. Sin embargo, esto ha hecho que nuestros paisajes nocturnos se hayan transformado. La dificultad por controlar la iluminación artificial ha provocado su intrusión en nuestras vidas y ha invadido espacios para los que no estaba destinada", expone Gil, quien sobre este tema ha centrado su primera exposición fotográfica. 

Del 21 al 29 de agosto, el alcorino mostrará en la sala de exposiciones de la Caixa Rural de l'Alcora un documento visual que reflexiona sobre cómo la noche, con todo lo que esto significa, ha desaparecido de nuestras vidas al no poder frenar la contaminación lumínica. 

Un exceso que parece no tener fin

Siempre le ha gustado a Néstor Gil retratar la noche. Es entre las doce de la noche y la una de madrugada cuando sale a capturarla. "Se genera un diálogo inevitable entre el exterior, ella y yo", asegura. Lejos de provocarle intranquilidad, al alcorino le ha transmitido mucha calma. Por eso, fruto de esa conexión, ha sido capaz de retratar los excesos que se generan por la luz desaprovechada. "Lo que se observa durante la noche es que hay mucha iluminación con una intensidad muy fuerte y también mucha cantidad de luces. Es un problema que desde finales de los 70 se está tratando de arreglar pero no se ha logrado atajar", agrega. 

En Rompiendo las sombras, el fotógrafo muestra el impacto que la luz tiene sobre un municipio pequeño como l'Alcora, pero su objetivo es continuar retratando más pueblos de l'Alcalatén como forma de concienciación.

 

"No se si habrá más exposiciones de mi trabajo, pero poco a poco voy a continuar documentando la situación actual. No hay duda de que en un futuro próximo volveremos a ver los cielos oscuros y la noche cubrirá de nuevo muchos de los espacios que no debería haber abandonado jamás, de tal modo que estas fotografías pasarán a convertirse en estampas del pasado", dice convencido el alcorino. 

Sin embargo, el cambio aunque se espera que terminé llegando, queda todavía lejos. Como el mismo fotógrafo cuenta, no son pocos los ayuntamientos que en los últimos años han instalado luminarias LED en las calles. Una falsa creencia para erradicar la contaminación lumínica que los datos científicos tumban: desde que empezó su implantación, la contaminación crece a un ritmo medio de más de un 2,% anual.  

Además de esto, aunque los primeros meses de pandemia el "manto blanquecino" disminuyó, nunca ha dejado de estar. "Durante la pandemia se podían ver más estrellas, porque al haber menos partículas en el aire había menos difracción de la luz." Pero en cuanto la contaminación lumínica volvió a sus niveles anteriores, esto se terminó. "Mientras la noche nos siga generando inseguridad, la vamos a seguir supliendo con luces", reitera Gil. 

Ante esto, el fotógrafo pretende retratar pueblo por pueblo el exceso de luz que se genera cuando la población duerme. "Algún día dejaremos de romper las sombras"; es la meta. 

   

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