CASTELLÓ. El alcalde de Vila-real, José Benlloch, ha participado esta mañana en el ciclo Esmorzarets del Termet, organizados por Ó Televisión con la colaboración del Ayuntamiento de Vila-real, acompañando al conseller de Hacienda y Modelo Económico, Arcadi España. Durante el debate, que ha reunido en la Sala de les Cavallerisses del Termet a empresarios y entidades de la provincia como la Diputación o la Cámara de Comercio, entre otros, Benlloch ha llamado la atención sobre la necesidad de una moratoria en la aplicación de las zonas de bajas emisiones en ciudades de más de 50.000 habitantes. “De lo contrario”, advierte, “estamos condenando el centro de nuestras ciudades. No podemos aplicar las mismas medidas en grandes urbes como Madrid o Barcelona que en una población como Vila-real, con 52.000 habitantes”, lamenta.
“No nos oponemos a trabajar contra el cambio climático; al revés, estamos haciendo importantes esfuerzos por reducir las emisiones: el autobús Groguet, el primero de la ciudad y completamente gratuito, la primera red de carriles bici y ciclocalles, la renovación del servicio de préstamo de bicicletas urbanas Vilabici, la regulación de los Vehículos de Movilidad Personal, la flota de Servicios Públicos completamente eléctrica…”, recuerda Benlloch. “La movilidad sostenible y la reducción de emisiones es una de nuestras máximas y tenemos muchos más proyectos en mente para seguir avanzando en esta línea”, agrega el primer edil, para puntualizar: “No tiene sentido tratar a todas las poblaciones mayores de 50.000 habitantes por igual sin tener en cuenta las condiciones de cada una, nuestra idiosincrasia o lo que se está haciendo ya para frenar el cambio climático. No se puede pretender aplicar en Vila-real las mismas medidas que se piden a grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia, que tienen una infraestructura de movilidad mucho más compleja, con metro, autobuses y otros servicios como taxi, más asentados”.
Para Benlloch, la aplicación de esta restricción de circulación que plantea la zona de bajas emisiones contemplada por la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética puede comportar “graves perjuicios para nuestros centros urbanos y para nuestro pequeño comercio, que es el alma de nuestras ciudades”. “En Vila-real tenemos 1.068 comercios, a pesar de nuestra proximidad con Castelló y con Valencia; cifra que da cuenta de la importancia vital del sector para nuestra economía; comercios que pueden verse gravemente impactados por la aplicación de esta zona restringida”, concluye. Por todos estos motivos, el alcalde ha aprovechado la presencia del conseller España en los Esmorzarets del Termet para reclamar el apoyo de la Generalitat y reivindicar una moratoria a la aplicación de la zona de bajas emisiones en el año 2023.
Durante el encuentro, el conseller España ha trasladado a los agentes socioeconómicos locales y provinciales algunos ejes de los Presupuestos de la Generalitat del próximo año, que prevén para Vila-real en torno a 13 millones de euros y una línea de 110 millones de euros para la cerámica que el conseller confía en que el Gobierno refuerce con las ayudas prometidas al sector antes de finalizar el año. Tanto Benlloch como España han abogado por la colaboración público-privada, entre las administraciones y el tejido productivo para impulsar acciones que den estabilidad y arrojen optimismo a la complicada coyuntura actual.