CASTELLÓ. La filial española de la petrolera Bp mantiene un pulso con la Agencia Tributaria por el pago del IRPF y el Impuesto sobre Sociedades relativo a diversos ejercicios. La compañía energética pugna con el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, cuyas inspecciones han hecho que la firma haya llegado hasta los tribunales ordinarios para defender su criterio fiscal aplicado en la tributación por el impuesto sobre sus beneficios durante cuatro años, así como en las retenciones del IRPF y el mismo Impuesto de Sociedades otros cuatro años más.
Tal como explica la misma Bp España en las cuentas consolidadas de 2021, las liquidaciones de impuestos no se pueden considerar definitivas hasta que "no hayan sido inspeccionadas por las autoridades fiscales o haya transcurrido el plazo de prescripción" fijado en cuatro años. Pues bien, las inspecciones practicadas por el Ministerio sobre el período comprendido entre los años 2009 y 2016 han sido los que han generado discrepancias entre la autoridad fiscal y la compañía.
Por un lado, las inspecciones desfavorables a sus intereses sobre el período 2009-2012 llevaron a Bp a presentar reclamaciones económico-administrativas ante el Tribunal Económico-Administrativo Central (TEAC), el órgano del Ministerio -pero de funcionamiento independiente- encargado de dirimir disputas tributarias con la administración. El motivo era la capacidad o no de deducir "determinados gastos" del Impuesto de Sociedades. Aunque la resolución del Tribunal no fue la esperada.
Así, tal como reconoce la propia firma, "durante el ejercicio 2020, se recibieron resoluciones del TEAC contrarias a las pretensiones de la compañía". Unas negativas que no dieron por vencida a la petrolera, que tomó la decisión de ir a la justicia. "Se ha procedido a interponer recurso contencioso-administrativo en defensa de sus derechos e intereses en enero de 2021", explica en las cuentas. Un proceso judicial que todavía sigue sin resolución definitiva pero del que Bp "no espera que surjan pasivos que puedan tener un impacto relevante en sus resultados".
Hay que destacar que las autoridades fiscales de España y Reino Unido abrieron tres procedimientos amistosos sobre esta misma inspección (2009-2012) para dilucidar en qué jurisdicción se habían de imputar determinados gastos para calcular el impuesto sobre beneficios para evitar una doble imposición. Sobre este extremo, el acuerdo alcanzado entre ambas autoridades contó con la conformidad de la firma, por lo que no se alargó la disputa, aunque se continuó no obstante "con el resto de reclamaciones económico-administrativas".
Pero además, la firma tiene abierto otro frente con la Agencia Tributaria a cuenta de las inspecciones tributarias del período comprendido entre 2013 y 2016. En este caso, la controversia tiene que ver con "procedimientos sancionadores" relativos a las retenciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y al Impuesto de Sociedades.
Por el momento, la compañía ha interpuesto la reclamación económico-administrativa ante el TEAC, que todavía no ha emitido su resolución. Pese a los numerosos recursos, de todos estos procedimientos no se desprende "una incidencia significativa en su cuantía", según rezan las cuentas de 2021 de la filial española de Bp, por lo que "no se estima que exista una necesidad de registrar pasivos adicionales".
Las cuentas consolidadas del grupo relativas al año 2021 recogen que la firma Bp España, la matriz que aglutina las diferentes ramas de negocio en territorio nacional, facturó más más de 7.700 millones de euros, la gran mayoría en concepto de ventas y unos 15 millones por prestación de otros servicios. Así, cerró el año con un beneficio neto de casi 129 millones de euros tras pagar 29,4 millones de euros en concepto de Impuesto de Sociedades.
La gran mayoría de los ingresos de la compañía proceden de su línea dedicada al refino de productos petrolíferos -algo que en España solo realiza en la refinería de Castellón- y la comercialización de hidrocarburos, con una facturación de más de casi 6.290 millones. El resto, corresponde a la venta de gas natural -1.311 millones-, lubricantes -57 millones- y otros productos y servicios -74 millones-.
Así, la compañía engloba, bajo la denominación bp España, las diferentes filiales, encargadas de diversas actividades, como bp Oil España, dedicada a la explotación industrial y comercial de crudo y de la que depende la refinería castellonense; pero también Markoil, que explota las estaciones de servicio; bp Gas Europe, para la venta de gas natural; y bp Solar España, centrada en la instalación de paneles solares. En total, el número medio de empleados durante 2021 fue de 2.256 trabajadores.
