Iberdrola tiene que autorizar la puesta en funcionamiento de los puntos de recarga. Foto: IBERDROLACASTELLÓ. El Ayuntamiento de Castelló busca una fórmula legal para poner en marcha las ocho electrolineras instaladas desde 2019. Aunque en la actualidad existen 9 repartidas por diferentes distritos de la ciudad, lo cierto es que solo funciona la que el gobierno de Alfonso Bataller (PP) colocó en 2015 en el parque Ribalta junto a la Tenencia de Alcaldía Oeste.
El resto de puntos de recarga eléctrica permanecen inutilizados por cuestiones administrativas. Además de carecer de la correspondiente autorización por parte de la suministradora (Iberdrola), no existe un plan de mantenimiento y una tarificación que garanticen el funcionamiento de las estaciones. En este punto, el portavoz suplente del ejecutivo local y concejal de Transición Ecológica, Fernando Navarro, desliza la posibilidad de regularizar el servicio a través de una ordenanza fiscal. Sin embargo, admite que se trata simplemente de una sugerencia que, a corto plazo, no tiene visos de convertirse en una realidad.
"El problema es que para recibir las subvenciones había que justificar la instalación de las electrolineras, sin tener resuelto todo lo demás", explica. Esa celeridad por acreditar las instalaciones eléctricas ante la Unión Europea contrastaba con la indeterminación respecto al citado proceso administrativo.
En efecto, los últimos cinco surtidores se implantaron en noviembre de 2020 gracias a la cofinanciación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). Castelló reforzó su modelo urbano sostenible con la distribución de electrolineras ubicadas en Río de la Plata, frente a la estación de tren; en la travesía Benifazar (zona del Hospital General); en la calle Gaibiel; tenencia de Alcaldía del Grau; y en la avenida Chatellerault, a la altura del Palau de la Festa. El presupuesto del proyecto rondó los 125.000 euros con un plazo de ejecución de dos meses.
La actuación se enmarcó dentro de las políticas eficientes del Ayuntamientos para combatir el cambio climático. En paralelo, se renovó la flota de vehículos, con 19 nuevos turismos, furgonetas y ciclomotores 100% eléctricos, y se sustituyeron con tecnología LED 1.400 puntos del alumbrado público.
Ninguna de esas estaciones, como tampoco las instaladas anteriormente en Asensi, calle Navarra y Rey Don Jaime (datan de 2019), ha funcionado nunca. Ahora, el Ayuntamiento se ve abocado a buscar una solución para activarlas por el real decreto de regulación de los servicios de recarga para vehículos, aprobado por el Gobierno el 21 de diciembre de 2021 y que obliga desde el 1 de enero de 2023 a que los municipios cuenten con surtidores públicos.
Otras poblaciones de la provincia sí disponen de terminales para facilitar la recarga. En septiembre de 2021, la Diputación impelió un plan provincial para crear una red de 20 puntos con una inversión por encima de los 300.000 euros. Atendiendo a la premisa de instalar un proveedor eléctrico a partir de los 20 kilómetros de distancia, las electrolineras se implantaron en Peníscola, Cabanes, Alcalà de Xivert, Morella, Benasal, Xilxes, Atzeneta, Catí, Vistabella o Sant Joan de Moró. Así, hasta completar ese cupo de 20 localidades.
