CASTELLÓ. El nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castelló, integrado por PP y Vox, revisará el proyecto de rehabilitación de la biblioteca municipal de la calle Mayor para garantizar su ejecución. Ninguna mercantil ha pujado por el contrato, a pesar del cuantioso presupuesto de 3,8 millones de euros.
Fuentes municipales aseguran a este diario que, tras haberse declarado desierto el expediente, los técnicos reharán el pliego con el propósito de hacerlo más atractivo para las empresas. Las mismas fuentes señalan que esa fiscalización de las distintas cláusulas no significará necesariamente un incremento del coste.
La idea del área de Contratación radica en reactivar la licitación en unas semanas. Esto es, una vez el departamento de arquitectura haya mejorado las bases del contrato. En efecto, siempre que no surja ningún imprevisto, el concurso público podría relanzarse a mediados de octubre.
Es la primera vez, desde el cambio de signo político en el Ayuntamiento, que el ejecutivo local se ve abocado a recomponer un proyecto por la falta de interés empresarial. El anterior gobierno municipal se topó con varios casos de este tipo debido a la inflación y al incremento de las materias primas por la guerra de Ucrania. Algunos ejemplos de procedimientos fallidos en el primer intento son la mejora del Segon Molí y la apertura de un quioso-bar en la casa de aperos del parque Geólogo José Royo.
La rehabilitación de la antigua Casa Andreu cuenta con una notable subvención europea. El 68,42% de la inversión (2,6 millones) está garantizada a través de los fondos Next Generation EU dentro del Plan de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos (Pirep). Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre con los Edusi, no existe una urgencia para la ejecución de los proyectos impulsados con esta línea financiación en vista de la vigencia de la convocatoria se alarga hasta 2026.
La intervención en la construcción de la calle Mayor, denominada Biblioteca 5.0: Una plaza urbana de la cultura, busca generar un espacio abierto e inclusivo conservando la esencia de un edificio del siglo XVIII. El inmueble data de 1962 y alberga el archivo municipal desde 1987.
Con una superficie de aproximadamente 700 metros cuadrados, posee tres salas de lectura y aula específica para consulta por internet. En 2010, sufrió una restauración parcial al mejorarse la accesibilidad, con la eliminación de las barreras y modernización de los aseos. La inversión rondó los 200.000 euros.
La reforma integral que se plantea ahora concibe un intercambiador urbano en la planta baja, mientras que los niveles superiores albergan usos públicos. Se proyecta un sótano en dos pisos para el depósito de libros y se promueve el uso de la escalera como elemento principal de comunicación, introduciendo, además, un ascensor.
Por otro lado, se recupera la composición tripartita de la fachada y se actúa sobre la totalidad de la envolvente del bloque para conseguir un mejor rendimiento energético. En el interior, se elimina parte del muro central, generando espacios amplios y continuos y se crea un gran atrio central, que funciona como un elemento bioclimático clave, ya que permite la correcta ventilación e iluminación del edificio.