CASTELLÓ. La muestra Empieza el espectáculo. George Méliès y el cine de 1990 llega a la plaza Sète del Grau de Castelló para explicar el nacimiento del cine y rendir homenaje a quien ha sido considerado como el primer ilusionista del cine. La alcaldesa, Amparo Marco; la concejala de Cultura, Verónica Ruiz; el presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Simó; la responsable de la Fundación 'la Caixa' en la Comunitat Valenciana, Soraya Casado; y el comisario, Sergi Martín, han presentado este miércoles la muestra, impulsada por el Ayuntamiento, la Autoridad Portuaria y la Fundación 'la Caixa'.
Tras la organización de una gran retrospectiva sobre el cineasta francés que pudo verse en los dos últimos años en los centros CaixaForum que la Fundación 'la Caixa' tiene repartidos por el territorio español, ahora la entidad presenta un nuevo e innovador proyecto expositivo, un viaje en el tiempo para trasladar a los visitantes a los años en los que el cine se convirtió en un espectáculo popular, gracias, en buena medida, a los inventos y técnicas desarrollados por Georges Méliès.
Hijo de un empresario del calzado, Méliès (1861-1938) fue dibujante, mago, constructor de artefactos, director de teatro, actor, decorador y técnico, y también productor, realizador y distribuidor de más de 500 películas entre 1896 y 1912. Reinó en el mundo del género fantástico y del trucaje cinematográfico durante casi veinte años, y su contribución al séptimo arte fue fundamental: introdujo el sueño, la magia y la ficción en el cine cuando este aún estaba en pañales y era únicamente documental.
Frente al cine de carácter documental de los hermanos Lumière, el acto fundacional de Méliès consistió en combinar el universo de Jean-Eugène Robert-Houdin, el padre de la magia moderna, con la cinematografía de Marey, y también en dar un decidido impulso al cine como espectáculo. Como genio de los efectos especiales, Méliès aplicó al cine trucos de magia y la técnica de la linterna mágica: pirotecnia, efectos ópticos, desplegables horizontales y verticales, paradas de cámara, fundidos encadenados, sobreimpresiones, efectos de montaje y de color, entre otros. Es como si este virtuoso de la técnica lo hubiese inventado y utilizado todo.
Méliès vivió unos cuantos años dorados, de extraordinaria popularidad, que culminaron con el estreno, en 1902, de Le voyage dans la Lune (El viaje a la Luna), film que fue visto por millones de espectadores. Desgraciadamente, la expansión de la industria cinematográfica y la aparición de grandes empresas como Pathé y Gaumont llevaron a Méliès a la ruina y al olvido. En 1923, totalmente arruinado, destruyó los negativos de todas sus películas y acabó vendiendo juguetes en la parisina estación de Montparnasse. El periodista Léon Druhot lo reconoció en la estación y, a partir de aquel momento, su obra empezó a ser valorada y recuperada de nuevo.
Empieza el espectáculo. Georges Méliès y el cine de 1900 traslada a los visitantes a una feria en el cambio de siglo, con sus barracas y su ambiente de fiesta. Fue en ese entorno donde el cine tomó forma como espectáculo: diversión y emociones. Y, en buena medida, fue gracias a un hombre, Georges Méliès, que supo entender qué quería la gente y cómo hacerla soñar y distraerse. Sus películas marcaron el camino que siguieron los primeros cineastas, en Europa y en Estados Unidos.
Los distintos espacios y recursos expositivos de la muestra descubren cómo era el mundo y el ocio de aquella época, así como las claves para entender la importancia de Georges Méliès. La exposición incluye varias películas de Méliès _que se complementan con una selección de films de los hermanos Lumière, audiovisuales, copias de fotografías de la época y reproducciones de carteles, dibujos y una maqueta del estudio de Méliès en Montreuil, algunos objetos de época, como la carpeta fantástica de Houdin, y aparatos como el cinematógrafo de los hermanos Lumière.
La Fundación 'la Caixa' ha producido varias piezas audiovisuales que ayudan a entender el mundo de Méliès y su influencia. Destacan tres audiovisuales en los que los visitantes podrán escuchar la opinión de reconocidas figuras del cine actual sobre este tema, como los directores Juan Antonio Bayona y Javier Ruiz Caldera, el guionista y director Oriol Capel, el escenógrafo Ignasi Cristià, la crítica de cine Desirée de Fez, el director de fotografía Óscar Faura, la actriz Greta Fernández, el productor Enrique López Lavigne, el director publicitario Fernando Mainguyague, el especialista en maquillaje y efectos especiales David Martí y el montador Jaume Martí.
Empieza el espectáculo. Georges Méliès y el cine de 1900 se divide en tres ámbitos. El primero presenta el contexto de Georges Méliès, una primera aproximación al cambio de siglo y a los principales aspectos sociales, políticos y populares del mundo de 1900. Una vez los visitantes han cruzado el telón, un segundo ámbito presenta el mundo de Méliès y los acerca a la experiencia propiamente cinematográfica. Los puestos de feria remiten al cine del cambio de siglo y a la importancia de Georges Méliès en esos primeros momentos del nuevo espectáculo.
El último ámbito está dedicado a Le voyage dans la Lune, la primera película pensada, creada y distribuida para alcanzar el éxito, en 1902. A partir de aquí, se profundiza en cómo ha cambiado el cine desde la época de Méliès y cuál ha sido la influencia de este pionero en la creación del lenguaje cinematográfico primigenio y en la concepción popular del cine. También se explica su trayectoria, cómo acabó regentando una tienda de juguetes en Montparnasse y cómo fue redescubierto en 1926 y reivindicado hasta hoy como una de las figuras clave del cine.
La exposición también incluye Participa Méliès, una actividad educativa y participativa relacionada con la exposición, abierta a todo el mundo -público general, familiar y escolar- y que ofrece a los visitantes la posibilidad de demostrar su ingenio y su creatividad inspirándose en los fantásticos trucos del inventor de los efectos especiales. Solo se necesita un dispositivo que pueda grabar -cámara, vídeo, móvil o tableta- y usar alguno de los trucajes característicos del cine de Méliès, como pueden ser la sustitución, la sobreimpresión o los juegos de escala. Algunos de los vídeos ganadores en las tres ediciones anteriores del concurso se proyectan en la exposición.