Cersaie registra un buen ritmo de negocio pese a la total desaparición de los clientes asiáticos

BOLONIA (Enviado especial). La desaparición de clientes procedentes de Asia, Rusia y regiones árabes en el recinto ferial de Bolonia, donde hasta este viernes se viene celebrando Cersaie, no ha hecho especial mella en el ritmo de los negocios y las expectativas de venta que, en el ecuador del certamen, puede calificarse de "muy satisfactorio", explican algunos de los responsables de estas compañías que, según los mismos confiesan, llegaban este año a BolognaFiere sumidos en la incertidumbre tras el año de parón a causa de la covid.

Las restricciones frente a la pandemia, como la falta de homologación de las vacunas inoculadas en estos países ausentes este año en la cita boloñesa, o la necesidad de establecer periodos de cuarentena, han desmotivado a unos visitantes asiáticos cuya ausencia ha sido muy palpable. Por contra, en Cersaie no han faltado los clientes europeos y comunitarios, cuya presencia es notoria, especialmente alemanes, franceses, belgas e ingleses, lo que refrenda el elevado peso de la cerámica española en un mercado europeo que es estratégico para la industria nacional.

Por otro lado, según los mismos testimonios, la presencia de visitantes procedentes de Estados Unidos ha sido menor que en otras ediciones, mientras que sí se ha registrado una "más que aceptable" presencia de profesionales procedentes de Iberoamérica.

En cuanto a sectores, estas estimaciones son compartidas tanto por los fabricantes de baldosas cerámicas como los agrupados en el sector de las fritas, los esmaltes y colores. El propio presidente de la patronal Anffecc, Joaquín Font de Mora, reconoce que las sensaciones son moderadamente positivas, tomando en cuenta que "veníamos envueltos en la lógica incertidumbre de este regreso a las grandes ferias internacionales". Pese a las circunstancias, explica, la actividad "ha sido más que aceptable siempre a la espera de lo que suceda en este tramo final de feria".