MADRID. Sin duda, este año será recordado como el año de la inteligencia artificial en el frente tecnológico. Todavía estamos en fase de exploración de las infinitas aplicaciones de este sistema, pero una cosa es cierta: para expresar plenamente su potencial, la IA necesitará infraestructuras capaces de garantizar la máxima reducción de la latencia, es decir, el tiempo entre pregunta y respuesta de los datos, indispensable en aplicaciones como la conducción autónoma. Pero sobre todo necesitará redes capaces de soportar un flujo de datos cada vez mayor: por ejemplo, en Italia, el tráfico de datos en la red fija se ha duplicado en solo tres años, pasando de 25,1 zettabbyte -o un billón de bytes- en 2019 a 46,5 Z bytes en 2022, según el observatorio de comunicaciones Agcom. En el frente de las infraestructuras estratégicas, como las redes, Europa está sin embargo rezagada.
En un sector excesivamente saturado como el de las telecomunicaciones (TLC), en los últimos veinte años la competencia se ha cebado en los precios de los servicios ofrecidos. Esta dinámica ha erosionado progresivamente los márgenes de los operadores, comprometiendo su capacidad de inversión. En el viejo continente existen todavía hoy más de 100 operadores frente a los tres de Estados Unidos, donde los precios medios de los servicios equivalen a más de 60 dólares, valor que puede compararse, por ejemplo, con los 25 euros de media en Italia tomando datos de Bloomberg.
Los bajos márgenes no son el único problema al que se enfrentan las empresas europeas de telecomunicaciones: el apalancamiento financiero del sector alcanzó un nivel récord en 2022, equivalente a 2,8 veces la deuda neta agregada del sector respecto al EBITDA. Además, la actual fase de subida de los tipos de interés hace más onerosa tanto la deuda como su refinanciación con datos también de Bloomberg.
El rendimiento bursátil del sector en los últimos 5 años es una consecuencia directa de esta dinámica: los TLC europeos han registrado, de hecho, un marcado rendimiento inferior, igual al -35%, en comparación con los mercados bursátiles del Viejo Continente, según los el Europe Telecom Service Index Industry frente al índice MSCI Europe. La infravaloración es aún más acusada y alcanza el -50% si se compara el sector con el mercado mundial comparando ambos índices referidos anteriormente.
En este escenario, el desarrollo estratégico de las infraestructuras de red podría pasar en parte por la evolución de los modelos de negocio, lo que podría conducir a la creciente difusión de las 'redes como servicio'. Se trata de un modelo flexible de utilización de la infraestructura de red abierto a los socios que apoyan su desarrollo, en particular en la denominada última milla, que debería llevar a los distintos agentes de la cadena de suministro a colaborar de forma más eficaz en la utilización del capital, al tiempo que siguen compitiendo en materia de servicios.
Al mismo tiempo, en el sector se observa una tendencia creciente a la separación entre la infraestructura física y los servicios, ya que los compradores de las redes disponen de la capacidad financiera necesaria para soportar inversiones en infraestructuras que garanticen un rendimiento a 10-12 años.
En Plenisfer, sin embargo, creemos que el futuro sostenible de las telecomunicaciones europeas y el consiguiente desarrollo correcto de las infraestructuras estratégicas pasa por el inicio de una fase crucial de consolidación del sector, como ya ha ocurrido en EEUU -donde los operadores móviles han pasado de 5 a 3-, así como en China.
Durante más de 15 años, el Gobierno chino ha impuesto importantes recortes en los precios de los servicios, pero ante la necesidad de apoyar el desarrollo de la 5G, desde 2020 ha facilitado las alianzas necesarias para construir dos redes: junto a la dominante China Mobile se ha producido la fusión entre China Telecom y China Unicom y asociaciones para el desarrollo de infraestructuras en zonas suburbanas.
A la luz de este cambio de ritmo, el sector chino de las telecomunicaciones ha vuelto a crecer y a generar liquidez con evidentes beneficios también en términos de rendimiento bursátil: en los últimos 3 años China Mobile y China Telecom se han revalorizado un 87% y un 48%, superando al MSCI China en un 120% y un 84% respectivamente, según Bloomberg.
En Europa observamos intentos de consolidación tanto en Italia, con el renovado interés de Iliad por Vodafone, como en España (donde los operadores podrían pasar de seis a cuatro) y en el Reino Unido, donde podría cerrarse la fusión entre Vodafone y TRE.
La consolidación parece un camino inaplazable en un sector escasamente dinámico como el de las telecomunicaciones, que se caracteriza por altas barreras de entrada y salida, relacionadas con las inversiones necesarias para poner en marcha el negocio - desde la compra de licencias hasta el desarrollo de la infraestructura de red. La fase de consolidación necesitará el apoyo de la normativa que, sin embargo, hasta ahora ha ido en dirección contraria, apoyando la multiplicidad de ofertas y operadores y la consiguiente presión a la baja sobre los precios de los servicios.
Como inversores, estamos convencidos de que el desarrollo de infraestructuras estratégicas ya no puede aplazarse y de que el sector podrá desempeñar un papel decisivo. Pero también creemos que debemos mantenernos al margen: es necesario vigilar la evolución de la dinámica descrita. Si se produce un cambio en la actitud del regulador hacia la consolidación del sector, podrían abrirse interesantes oportunidades.
Marco Mencini es gestor de cartera senior equity en Plenisfer Investments SGR, parte del ecosistema de Generali Investments
Las telecomunicaciones están comenzando a adoptar grandes modelos de lenguaje de IA generativa para transformar todas las partes de su negocio