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feria de arte contemporáneo 

De Manises a Marte: un viaje cerámico con parada en Castelló

16/06/2022 - 

CASTELLÓ. La única condición que la Feria de Arte Contemporáneo de Castelló, Marte, puso a los artistas cerámicos invitados este año es que sus obras tenían que contener colores azulados y dorados. Una estética que a los visitantes valencianos les resultaría especialmente familiar, ya que ambos colores representan la cerámica de Manises, tan presente en la Comunitat. 

Se dice que el color azul, hecho con óxido de cobalto, apareció en el siglo XIV, en Andalucía, con el mundo nazarí de la mano de los alfareros mudéjares. Después fue gracias a Pere Boil, señor de Manises, por sus relaciones con el walí de Málaga, que los alfareros nazaristas se asentaron en Valencia. A raíz de esto, en Manises empezó a fabricarse opus terre picte consimilis operi maleche, obra de tierra pintada del mismo modo que las obras malagueñas. Una visión artística que caló y permaneció hasta día de hoy.

"Lo que la propuesta pretende es traer a la feria lo que ven los valencianos en los alicatados de sus edificios, en los museos con la cerámica suntuaria y en la calle con la alfarería popular. Además, servirá para que conozcan el origen de esta estética que les envuelve diariamente", señala Teresa Calbo, comisaria de la muestra que hasta este domingo 19 de junio podrá visitarse en el Auditorio de Castelló. 

El espacio, que contiene obra de hasta siete artistas, se plantea como un viaje de tres siglos por Mesopotamia, Túnez, Almería, Murcia, Granada, Málaga hasta volver a Valencia. Y es que, para ahondar en el origen de la cerámica azul y dorada de Manises, los artistas y la comisaria han tenido que profundizar en la cerámica nazarí, el mundo hispano-árabe y la alfarería mudéjar. Como resultado, en sus creaciones se produce un "diálogo entre el mundo cristiano y el musulmán". Obras que se inspiran en la Alhambra de Granda, pero sobre todo en el desarrollo que la cerámica suntuaria en azul y dorado tomó tras su llegada al puerto de València. 

Sus influencias en el presente

Creada específicamente para la feria Marte, la colección cuenta con el sello propio de Álvaro Albaladejo, Raquel Algaba, Paloma de la Cruz, Iván Forcadell, Montserrat Gómez Osuna, Virginia Paradise y Sandra Val. Ahora bien, lo realmente interesante es que cada artista ha decidido hacer suyo este momento histórico. Así, Iván Forcadell en 'Tarde Mediterránea' ha querido recrear, en clave de humor, una escena costumbrista típica de las tardes de verano de la costa mediterránea. En ella, se incluye la aparición inesperada de un ser deforme que nunca podría haber ocupado los diseños de los alfareros del siglo XIV. 

 


Por su parte, Montserrat Gómez decide con su obra recrear cómo estas piezas se transportaban en grandes tinajas protegidas con paja y esparto. "Lo primero que me llamó la atención es el prestigio que tuvo esta cerámica y su difusión por toda Europa y el Mediterráneo por su refinamiento y calidad. Otras de las piezas que he hecho han surgido directamente de la contemplación de la decoración de los ajuares nazaríes, con motivos geométricos, vegetales o representación de animales", explica la artista, que en 'Pensamiento Nazarí' representa una cabeza que sostiene varios platos o fragmentos de otras vasijas. 

En su caso, Paradise toma como referencia fundamental el ornamento, un distintivo presente en la cerámica de Manises del siglo XIV. Se trata de diseños plagados de flores, geometrías y formas ondulantes que se entrecuzan. "La cerámica de Manises fue símbolo de poder debido a la utilización de materiales como el óxido de cobalto y el dorado para sus acabados. He querido enlazar estos conceptos a través de pequeñas incrustaciones de Lapislázuli haciendo  referencia al azul de cobalto y al dorado", cuenta la artista.

Mientras que otra de las piezas que se podrán ver, 'Oro azul' de Sandra Val, toma como origen principal el Palacio de Comares, situado en La Alhambra de Granda. En especial, se inspira en el agua que, además de sus funciones básicas para la vida, tenía otras funciones más místicas y, tratada como materia constructiva, sirve para crear paisajes, estructuras espacios y proyectar reflejos que permiten multiplicar la arquitectura. 

 

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