El consistorio promueve adosados contra la despoblación en Torrechiva... frente al rechazo vecinal

CASTELLÓ. La guerra contra la despoblación se afronta con estrategias muy diversas desde los municipios del interior de Castellón. En Torrechiva, el Ayuntamiento pretende orientar la localidad como un destino de segunda residencia gracias a su relativa cercanía al triángulo azulejero, a unos 30 minutos por carretera de Onda.

Para ello, el ejecutivo que preside el popular Esteban Salas ha aprobado un Plan de Ordenación Pormenorizada (POP) que sienta las bases para impulsar 61 nuevas viviendas en los próximos 20 años. La intención es generar nuevo suelo residencial al este del casco urbano, hasta la piscina municipal, el edificio del Ayuntamiento y el local sociocultural que fueron edificados a las afueras por la falta de suelo disponible en el centro de la localidad.

Torrechiva ha sufrido en las últimas décadas un imparable proceso de despoblación. El 1 de enero de 2020 apenas contaba con 89 habitantes censados frente a los 466 que llegó a tener en el año 1910. El padrón tocó suelo en 1986, con apenas 56 vecinos, pero el ligerísimo repunte al alza de los años posteriores se ha estancado en la última década.

Numerosas alegaciones en contra

El consistorio sometió el año pasado a consulta popular la conveniencia de abrir la localidad al urbanismo residencial con un apreciable rechazo vecinal a esta opción, pero el Ejecutivo municipal optó por seguir adelante con la idea. El Plan de Ordenación Pormenorizada ya aprobado contó con 15 alegaciones, de las cuales 7 fueron aceptadas. Una de las alegaciones rechazadas sumaba 94 firmantes contrarios al POP. 

Fuentes municipales consideran que esos firmantes son ciudadanos ajenos a Torrechiva, quizá pertenecientes a algún colectivo ecologista. Y es que desde el consistorio defienden la necesidad de expandir la malla urbana, ya que la mayoría de las 192 edificaciones existentes en el pueblo superan los 50 años de antigüedad y presentan un estado de conservación deplorable. Además, hay escasos solares y mucha casa abandonada, lo que ya obligó años atrás a construir la Casa Consistorial fuera del casco urbano.

Las dos nuevas bolsas de suelo residencial que grafía el POP suman 11.756 metros cuadrados y reservan una parcela de 669 m² para la construcción de un colegio, la aspiración de cualquier pueblo que desee garantizar su supervivencia. En la zona más próxima al núcleo urbano se construirían las manzanas residenciales más compactas, mientras en el lado próximo a la Casa Consistorial irían las viviendas unifamiliares.

Asimismo, el Plan de Ordenación Pormenorizada contempla la progresiva eliminación de todas las viviendas anexas a la torre medieval de la calle San Antonio para restaurarla y abrir un museo.