El Fadrell acelera con el presupuesto de 2023: cierra el reparto de los gastos por concejalías

CASTELLÓ. El Acord de Fadrell encara unas semanas cruciales para culminar el borrador del presupuesto de 2023. La Concejalía de Hacienda, como responsable de aplicar el equilibrio financiero, ultima con los distintos grupos del equipo de gobierno el reparto de gastos por concejalías, de acuerdo con los ingresos previstos. Aunque hace unos meses, cuando en junio se inició el debate político, el encaje de bolillos parecía una misión casi imposible, lo cierto es que se ha avanzado considerablemente en esta cuestión desde finales de septiembre.

Tanto es así que el PSPV, Compromís y Podem-EUPV confían en llegar a un acuerdo definitivo a partir de la segunda quincena de noviembre. Con ello, la idea pasa por aportar el documento a la oposición a finales de mes, de manera que tenga tiempo suficiente con vistas a presentar sus enmiendas antes de someter las cuentas a votación en el pleno, previsiblemente, de diciembre.

El gran obstáculo que se han encontrado los tres socios del ejecutivo para cuadrar los gastos e ingresos obedece al incremento salarial de los funcionarios y al encarecimiento de los contratos de servicios. En el primer caso, se trata de cumplir las directrices marcadas desde el Ministerio de Hacienda. En el segundo, la guerra de Ucrania ha tenido un efecto demoledor sobre el precio de las materias primas. Todas las administraciones públicas se han visto obligadas a elevar ostensiblemente los expedientes de licitación para evitar la falta de concurrentes.

Más variables

Asimismo, ha habido que contemplar otras dos variables para ajustar los capítulos. Por un lado, el contexto del propio presupuesto, el último de la legislatura, con todo lo que significa para completar el programa de gobierno. Por otro, las limitaciones en relación a los ingresos. Con casi las mismas transferencias de capital respecto al año anterior y sin haber aumentado la recaudación (no se han tocado los impuestos), ha sido necesario encorsetar determinadas partidas para garantizar unas cuentas lo más expansivas posibles.

Con estos antecedentes, y tras haber superado la fase más compleja (el citado debate político), la hoja de ruta diseñada por el Fadrell es la misma que siguió en 2021 para aprobar el presupuesto antes de finalizar 2022. Si se toma como referencia la evolución alcista desde 2020, las postreras cuentas del mandato deberían aproximarse o superar los 200 millones de euros. Sin embargo, la constricción económica invita a pensar que podría moverse entre las mismas cifras del presente curso, esto es, 197 millones de euros, tres más que el ejercicio anterior (194 millones) y siete más que en el primer año completo de la coalición de izquierdas (190 millones de euros).

Los primeros precedentes

Hasta 2021, la aprobación del borrador económico siempre se le había atragantado al Fadrell. En 2019, la crisis originada por la moción de fiestas lastró la negociación. Aunque semanas después de aquel episodio las relaciones se recondujeron, la falta de sintonía resultó evidente en los siguientes meses. Sin un acuerdo real, la covid-19 acentuó la demora, por lo que el gobierno municipal tuvo que esperar hasta agosto para activar el presupuesto.

La misma historia se repitió prácticamente en 2020, aunque el conflicto contó con otros protagonistas. El coqueteo del PSPV con Cs, al que buscó para asegurarse una mayoría, enervó a la formación valencianista y a Podem-EUPV. La posibilidad de un entendimiento rápido sobre las cuentas municipales se difuminó con el paso de los días. Además, el ciberataque agravó aún más el retraso. Tanto es así que el proyecto económico se impulsó durante el verano.