El metro de París recrea su cielo con un mosaico de Castelló

CASTELLÓ. "¡La esperanza está aquí! Bajo el cielo de París", decía la artista Soledad Giménez en una de las tantas canciones que le dedicó a la capital francesa. Aunque no describió cómo éste era, contaba la cantante que bajo él puede verse cómo pasea el amor. "Amantes que van mostrando su aire feliz bajo el puente de Bercy [...] El cielo de París siempre llueve de amor y dibuja un arco iris pidiendo perdón". 

Miles y miles de personas cruzan cada día París, de eso no hay duda. Viajeros que llegan por trabajo, en busca de oportunidades, pero también empujados por las ganas de conocer su patrimonio. Hay muchos elementos que convierten esta ciudad en una de las más bonitas e importantes de Europa. Pero también, en cuanto a su clima, es justo reconocer que demasiadas veces su cielo está gris. No sale mucho el sol en París, esto es así. Por eso, resulta curioso que el único lugar en el que todos los días el cielo luce colorido sea, aunque parezca mentira, el interior de una estación de metro. 

La terminal Charles de Gaulle-Étoile, situada justo debajo del Arco del Triunfo, ha querido recrear las diferentes tonalidades del cielo de París cubriendo sus paredes de miles de piezas hechas a medida por la firma castellonense Onix. Teselas azuladas, rosadas, violáceas, anaranjadas o amarillas, todas de mosaico vítreo, que llevan a los viajeros al alba o al crepúsculo. 

"Imaginamos las bóvedas y sus muros como el cielo en el que el viajero puede percibir los matices evocando ciertos momentos del día, suspendidos, en transición”, explican desde Studio Plastac. Este estudio parisino de diseño ha sido el encargado de llevar a cabo la remodelación de los nueve túneles que conectan la estación de metro con el tren. Un trabajo que han realizado junto a los arquitectos ARC y para el que han necesitado las teselas de la empresa castellonense Onix.

Todas las paredes de los pasillos y túneles que conectan la gran estación también se revisten de miles de piezas de mosaico vítreo en blanco, inspirándose en la tonalidad tradicional del metro parisino. El mosaico vítreo de los blancos se utiliza en una combinación muy sutil de mates y brillos, para dar vida a las extensas conexiones. 

En este sentido, para dar forma a los 'cielos' de París, ha hecho falta que Onix adapte su producción y fabrique piezas específicas en un nuevo formato, 18x43 mm y espesor 6 mm, que era lo que requería el proyecto para generar este juego gráfico. Además, el reto también estaba en conseguir un pigmento muy concreto. 

Las transiciones de las tonalidades tenían que ser muy sutiles para poder generar un efecto óptico de movimiento y un cambio de percepción de cada cielo. "A través de la realización de un delicado contraste de tonalidades y de los diferentes diseños de disposición de las piezas, se consigue descomponer los colores", explican sus responsables. 

Así, ahora da igual el tiempo que haga, que quien tome estación de metro podrá decir, aunque sea de manera metafórica, que ha tenido un "buen día".