CASTELLÓ. Sin prisa pero sin pausa. El PP y Vox siguen explorando puntos de encuentro programáticos para lograr un pacto de gobierno en el Ayuntamiento de Castelló. En la segunda reunión celebrada en menos de una semana, los dos equipos negociadores mostraron este jueves el deseo común de alcanzar "grandes acuerdos por la ciudad", como insiste en advertir la futura alcaldesa, Begoña Carrasco, en cada comparecencia pública, antes de debatir el reparto de "sillones".
No obstante, y según ha podido saber Castellón Plaza, la delegación del partido de extrema derecha, con Antonio Ortolá como altavoz, puso sobre la mesa la necesidad de abordar la distribución de competencias. Así, a las exigencias de Cultura y Educación que había traslado anteriormente, sumó el área de Turismo y la primera tenencia de Alcaldía. Dicho de otra manera, ostentar tres concejalías y el primer puesto de suplente de la alcaldesa.
Esas nuevas condiciones, además de otras menores, dilataron las conversaciones, lo que hizo que la cumbre se alargara durante cinco horas. De hecho, se comenzó a trabajar en la elaboración de un documento conjunto a partir de las propuestas presentadas por cada fuerza política.
Algunos de los aspectos del borrador generaron sintonía casi desde el primer momento, como la bajada de impuestos, la regulación de la Marjaleria o la modificación de la Zona de Bajas Emisiones. Otros se enquistaron por las alejadas posturas o simplemente por no ser de competencia municipal, como la inmigración, la cruz de Ribalta o la reducción de la plantilla de funcionarios. Eso sí, como ya publicó este diario, Vox exhibió su voluntad de apoyar a Carrasco en la investidura de este sábado para conseguir una mayoría absoluta de 15 concejales, siempre a expensas de la última palabra de Madrid.
Ante la importancia de sellar un alianza compacta y con contenido, los dos partidos políticos quedaron en seguir viéndose en los próximos días para profundizar en aquellos temas que producen más concomitancia. Asimismo, se planteó lo imperativo de arbitrar una fórmula que permita desbloquear los puntos que originan más confrontación.
A escasas horas para que se celebre la investidura, parece muy complicado que el PP y Vox pueden llegar a un pacto exprés. A diferencia de Les Corts, donde existía un peligro de tener que repetir las elecciones autonómicas, no hay una manifiesta urgencia por concretar el concordato de gobierno. Carrasco será sí o sí nueva alcaldesa de Castelló este sábado, como así señala la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General (Loreg). El artículo 196, referido a la elección del alcalde (en este caso, alcaldesa), deja muy claro que en el supuesto de no producirse una proclamación electa, esto es, con una mayoría absoluta, resultará elegida la candidata del partido con mayor respaldo en las urnas.
Esto significa que, sin un acuerdo cerrado con Vox, la futura primera munícipe popular iniciará la legislatura con un equipo de gobierno compuesto por 11 ediles. En función de que al final la fuerza de extrema derecha se incorpore al ejecutivo local, habrá un reajuste en relación al diseño inicial de las concejalías.
Carrasco tiene en mente crear tres grandes ramales de gobierno, a partir de las cuales se estructuren y desarrollen los distintos ejes de actuación. En principio, dos están definidos en su esquema. Se trata del área económica y urbanismo. La tercera va a depender de la posibilidad de añadir un socio.