CASTELLÓ. El PSPV de Castellón ya tiene sus grandes alcaldables para concurrir a las elecciones municipales de mayo de 2023. Todos repiten, a excepción de la alcaldesa de Benicarló, Xaro Miralles. La también diputada provincial confirmó este jueves, en el cierre del plazo de formalización de candidaturas para los municipios de más de 20.000 habitantes, lo que era un secreto a voces: su renuncia a buscar el tercer mandato. Como ya había comunicado internamente tiempo atrás, da un paso al lado por el desgaste sufrido desde que en 2015 logró la alcaldía.
La ejecutiva local de la localidad del Baix Maestrat celebra este viernes una asamblea con el objetivo de perfilar el recambio. Se trata de apostar por una persona de confianza de Miralles y que pertenezca al grupo municipal (o su entorno). La idea es evitar la celebración de primarias a fin de iniciar cuanto antes la precampaña, en vista de que el sustituto o sustituta necesitará un periodo de transición y rodaje.
En las demás poblaciones importantes de la provincia donde gobierna el partido socialista no ha habido sorpresas. Amparo Marco, José Benlloch, Maria Josep Safont, Tania Baños, Guillem Alsina y Merche Galí aspiran a continuar otros cuatro años más en los Ayuntamientos de Castelló (172.589 habitantes), Vila-real (51.130), Burriana (34.902), la Vall d'Uixó (31.549), Vinaròs (28.862) y Almassora (26.878 residentes), respectivamente.
En otra de las ciudades con más de 20.000 habitantes, Onda (24.979), el PSPV evita el atolladero de una votación al haber llegado a un acuerdo con la alcaldable. Silvia Cerdà, actual directora general de Industria, coge el testigo de Ximo Huguet, que finalmente descarta presentarse a los comicios para recuperar la alcaldía que perdió en 2019 después de la amplia victoria de Carmina Ballester (PP) en las urnas.
A pesar de que todos los líderes socialistas adquieren desde este jueves la condición de candidatos, lo cierto es que su proclamación todavía tardará unas semanas. En realidad, más de un mes. El calendario de primarias aprobado por el PSPV establece que la totalidad de alcaldables de la Comunitat se oficializarán el 27 de octubre, una vez el proceso orgánico haya llegado a su fin.
Aunque en la provincia se ha evitado la consulta en los grandes municipios, se prevé que en muchas localidades de menos de 20.000 habitantes habrá plebiscitos al presentarse al menos dos postulantes. Esto significa que la militancia tendrá que acudir a las urnas. Incluso, en segunda vuelta, lo que alargará la tramitación hasta el final.
La incógnita que la Ejecutiva Federal sigue sin despejar está relacionada con el plazo para definir las candidaturas. Varias federaciones, entre ellas la valenciana, insisten en concretar las listas en febrero o marzo y no antes de Navidad, como plantea Ferraz. El motivo de solicitar la moratoria se debe a los problemas de gobernanza que puedan surgir en la recta final del mandato en aquellas poblaciones donde se ostenta la alcaldía por uno o dos ediles. El riesgo de sufrir algún episodio de transfuguismo resulta mucho mayor en diciembre que a escasos meses de las elecciones. Al menos, así lo consideran desde distintas agrupaciones.
Con márgenes más o menos estrechos, el PP se impuso en 8 de las 9 demarcaciones electorales de la capital de la Plana, cediendo por apenas 75 votos el distrito 6, el segundo más populoso de la capital. Compromís solo logró superar a Vox en los barrios del norte de la ciudad mientras Unides Podem apenas podía ser quinta fuerza y el estreno de Som Castelló relegaba a Ciudadanos a la séptima posición. Los resultados en cada barrio al detalle, a través de gráficos interactivos.
Los resultados electorales en el siglo XXI en los distintos barrios de la capital de la Plana muestran el declive del bipartidismo y cómo el PSPV-PSOE forjó su victoria de 2019 apoyándose en su fuerte crecimiento en los populosos barrios de la periferia, mientras el PP solo mantenía la hegemonía en el céntrico Distrito 1