Yeremy Pino y Álex Baena celebran frente a Quique Setién el gol de falta de Baena al Athletic. CARME RIPOLLÉS VILA-REAL. No ha sido una temporada sencilla para el Villarreal. El austero mercado veraniego de fichajes, la inesperada marcha de Unai Emery a la Premier League, el accidentado inicio de Quique Setién en el banquillo amarillo y las numerosas lesiones de jugadores importantes hacían prever un desarrollo de la campaña más bien mediocre. Sin embargo, el equipo ha sabido girar la tortilla hasta el punto de tener todavía opciones de realizar la segunda mejor Liga de la historia del Submarino.
Con 57 puntos en el casillero y cuatro jornadas por delante, aún es posible superar los 67 de la temporada 2016/2017, la segunda mejor de las 22 que ha completado el Villarreal en Primera División. Lejos quedarían, eso sí, los 77 puntos que permitieron al Villarreal ser subcampeón en el curso 2007/2008 con Manuel Pellegrini como entrenador.
Una marca de la que Quique Setién sería el principal responsable, ya que sus números no empeoran a los de su predecesor en el puesto. Mientras que Emery logró 1,64 puntos por partido en las once jornadas que dirigió, Setién cuenta on una media ligeramente superior de 1,7 puntos por encuentro. La media de Unai proyecta 62 puntos en 38 jornadas, tres menos que los 65 que proyecta la de Quique.
Girona y Rayo Vallecano fuera de casa y Cádiz y Atlético de Madrid en La Cerámica son los rivales a los que debe vencer el cuadro de Vila-real para alcanzar el objetivo. Incluso en caso de empatar uno de los cuatro duelos, seguiría siendo posible igualar la marca de la temporada 2016/17.
Aquella campaña el conjunto dirigido por Fran Escribá terminó quinto en la clasificación, pero el Villarreal de este año podría correr mejor suerte y entrar en Champions con la misma puntuación. Para ello, el Submarino debe hacer los deberes y esperar que la Real Sociedad se deje, al menos, cinco de los doce puntos en juego.
