CASTELLÓ. Volverá a tener la provincia de Castelló arrozales cultivados en los próximos meses. Unos terrenos, con nueve mil metros cuadrados de extensión, de los cuales casi cinco mil se convertirán en arrozal. La idea, como comentan desde La Fundación Global Nature, es recuperar estos terrenos, mediante acuerdos con sus propietarios, para convertirlos en 'cortafuegos verdes' que ayuden a prevenir incendios en El Prat de Cabanes-Torreblanca. Una zona que aunque no es forestal, también padece muchos siniestros al quemarse la caña con gran facilidad.
"Llevamos tiempo observando que cuando hay incendios en esta zona es muy difícil pararlos. Y aunque cortes el carrizo en veinte días ya está otra vez muy alto. Sin embargo, un arrozal se pasa casi todo el año trabajado. Tienes que mantenerlo inundado de noviembre a febrero, por lo que el carrizo ya no crece. Después lo secas y lo trabajas, con lo que vuelves a romper las raíces, y tras ello lo compactas para plantar y lo vuelves a inundar. Pasa más tiempo de esta manera que seco y así es más fácil controlar la vegetación", apunta Sonia Monferrer, técnica que codirige este proyecto mediante el cual si los plazos se cumplen, se empezarán a sembrar tres variedades distintas de arroz en junio.
Ahora bien, la idea es que el terreno vuelva a utilizarse con una finalidad agrícola, aunque el arroz que allí brote no será comercializado. La siembra de variedades servirá, por un lado, para prevenir los incendios que cada año arrasan gran parte de la superficie, y por otro, para crear una zona de parada y alimentación de las aves, lo que facilitará el aumento de la biodiversidad faunística.
Como explica Monferrer, no hay opción al consumo por parte de humanos, puesto que la salinidad del agua es muy alta. "El Institut Valencià d'Investigacions Agràries (IVIA) nos va a ceder semillas de arroz antiguas para ver cómo reaccionan a la salinidad. Así que al mismo tiempo el proyecto servirá de estudio para comprobar si estas se pueden adaptar o no al terreno. No obstante, estamos muy seguros de que no va a salir nada. Quizá una de las semillas aguante, pero en ningún caso se comercializará", añade la profesional.
Para hacerlo posible, la Fundación Global Nature, referente en la gestión y conservación de humedales, ha contado con la ayuda del Ayuntamiento de Torreblanca y la financiación de Fundació Caixa Castelló y CaixaBanc. Así mismo, gracias a la participación de la IVIA se crearán unos protocolos que faciliten la implantación y exportación del proyecto a otras zonas en situación similar.
En efecto, no es este el primer 'cuertafuegos verde' que pone la asociación en marcha. Fue en 2018 cuando empezaron a operar en el Desert de les Palmes, más concretamente en el Barrancde Miravet, una zona con muchos incendios que se limpiaba periódicamente, pero que no lograba atajar los fuegos. Frente a ello, a través de una subvención de Conselleria y con la ayuda del Ayuntamiento de Cabanes, se logró plantar diversos olivos y recatalogar las tierras forestales como agrícolas. El proyecto duró en este caso dos años.
Por lo que hace al Prat de Cabanes, ya han empezado los labores de adecuación del entorno, limpieza de los canales, extracción del carrizo y volteo de la tierra con el tractor para romper y extraer las raíces del carrizo y evitar que rebrote.
