CASTELLÓ. Uno de los sectores productivos en los que más fuertemente ha impactado el proceso de transición hacia una economía más sostenible es el cerámico, debido a su elevado consumo de energía, principalmente proveniente del gas.
La hoja de ruta de sostenibilidad marcada por la UE y la tendencia global sostenible ha derivado en un nuevo marco regulatorio que va terminar afectado a toda la economía, entender que este nuevo marco regulatorio tiene riesgos, pero también oportunidades es clave para abordarlo con éxito, y es que “no estamos ante un cambio normativo sino de mercado cuyo impacto en las empresas será estratégico y transversal”, ha señalado Begoña Pastor, responsable de Marco Regulatorio y Alianzas Estratégicas en Ângela Impact Economy, empresa del grupo ATTRIM.
Pastor ha realizado estas declaraciones durante la jornada que ha acogido este martes el ITC 'El futuro presente de la sostenibilidad corporativa en el sector cerámico: cómo abordar las nuevas exigencias de manera competitiva'. Una sesión diseñada con el objetivo de dibujar la realidad a la que ya se enfrenta el sector para proporcionar información de calidad sobre la hoja de ruta normativa y el impacto que ésta tendrá en sus empresas, así como recomendaciones para gestionarlo de manera competitiva.
Durante su intervención, Juan Vicente Bono, presidente de ITC-AICE, ha puesto el acento en las dificultades por las que atraviesa el sector y, en concreto en el caso del ITC, ha recordado que pese a que a que todavía no tiene obligación de emitir un informe de sostenibilidad “en un ejercicio voluntario decidimos elaborar nuestra memoria de sostenibilidad”.
Por su parte, el Secretario Autonómico de Industria de la Generalitat Valenciana Felipe Carrasco ha querido poner de manifiesto que, pese a estar muy afectados por la política medioambiental de Bruselas, “el sector ha hecho sus deberes y ahora es el gobierno Valenciano quien debe hacer políticas reales de apoyo”. Carrasco también ha querido destacar que ya no es necesario elegir entre sostenibilidad y competitividad, “al revés, son dos factores que deben ir intrínsecamente unidos y cada vez es más apreciado no sólo por el consumidor sino por los propios trabajadores”.
Los tres riesgos más inminentes que este sector clave para la economía española debe hacer frente son la reducción de emisiones y eficiencia energética, el acceso a financiación e inversión para pagar la transición y mantener la competitividad y la obligatoriedad del sistema de reporting y gobernanza corporativa.
Uno de los de mayor envergadura es la reducción de emisiones y la medición de la eficiencia energética, lo que pasa por la obligatoriedad para el sector del cálculo verificado y publicación de su huella de carbono, así como el establecimiento de planes de reducción.
Además, para cumplir con la directiva CSRD, la industria cerámica estará obligada a dar información con respecto a la descarbonización, elaborar un plan de transición, diseñar políticas contra el cambio climático e informar de los efectos financieros sobre sus cuentas de los riesgos climáticos.
Es aquí donde Begoña Pastor apunta, en clave de oportunidad, que el sector financiero, receptor de esa información, está generando cada vez más productos verdes para financiar esa transición, por lo que las empresas que presenten información solvente tendrán mayores oportunidades de acceso a ella.
Por tanto, para abordar el reto de obtener financiación para pagar la transición hacia un modelo más sostenible y mantener la competitividad, será necesario recoger y reportar multitud de datos de manera sistematizada y fiable.
En cuanto al reporting y gobernanza corporativa, Begoña Pastor ha puesto el acento en el análisis de doble materialidad que obliga a reportar cómo la empresa impacta en el medio ambiente además de su impacto a nivel financiero en nuestra empresa.
Como experta en la materia, ha apuntado tres soluciones para atender este tsunami regulatorio: apostar por una gobernanza coherente que priorice el compromiso con los distintos aspectos de la sostenibilidad, tener visión a largo plazo y priorizar la cultura del dato.
En el transcurso de la mesa redonda celebrada en esta jornada, distintos agentes del ámbito cerámico han aportado su punto de vista. En el caso de Yolanda Reig, secretaria de Consejo Rector (ITC-AICE), ha apuntado que el Instituto se ha visto afectado como proveedor de servicios a informar sobre estos aspectos.
Por su parte, Luis Guaita, director of Sustainability & Innovation de Keraben-Victoria Ceramics, ha comentado que el sector sabe “que la sostenibilidad va más allá de cumplir con la normativa” y “no sólo nos tenemos que preocupar por los números sino por los efectos de nuestra actividad”, abordando los retos con un trabajo conjunto de toda la cadena de valor.
Noelia Martínez Lillo, directora Cambio Climático y Sostenibilidad Levante de SGS, ha querido lanzar el mensaje de que el sector lleva mucho trabajo hecho, “ya llevamos años verificando el consumo de CO2 pues fuimos de los primeros que nos vimos afectados por la normativa que nos obligaba a reportarlo”.
La buena noticia es que el sector “tiene una gran capacidad para medir esos datos y minimizar lagunas e incertidumbres en torno a ellos” recordando que todo ese trabajo ya está hecho, “llevamos mucho tiempo con este enfoque, por lo tanto, sólo hemos de ordenarlo, sistematizarlo y comunicarlo como nos va a pedir Europa en esos reportings”.
Por último, María Jesús Muñoz miembro del Grupo de investigación SoGReS-MF-UJI, ha recordado que “hacer las cosas bien generan resultados positivos en el ámbito de la sostenibilidad” y que aquellas empresas que ya vienen trabajando en ello han impulsado, junto al regulador, el cambio hacia un modelo más sostenible.