El abogado y mandatario municipal admite su temor de que el Ayuntamiento de Vila-real sea intervenido por "la herencia urbanística recibida", pero se ve ilusionado para seguir y "llegar a acuerdos con todo el mundo"
CASTELLÓN. José Benlloch no tiene reparos en manifestar sus convicciones y creencias y así se presenta en su triple faceta de cristiano, socialista y apasionado de la ciudad a la que, dice, tiene el honor de ser su alcalde desde el 2011. Llegó con un proyecto para ocho años. En 2015 arrasó con una mayoría absoluta que no le impidió un pacto de gobierno con quien habían sido sus socios en la anterior etapa, Compromís. Tras una profunda reflexión a lo largo del pasado verano, decidió aspirar a la reelección. El partido respiró y apoyó sin fisuras, y eso pese a los jirones desatados en las entretelas de unas primarias que resultaron adversas para este abogado vila-realense.
Su principal temor: ser intervenido por la mala digestión que les ha dejado la herencia urbanística del gobierno anterior del PP, de la década anterior, pero él tiene muy presente en cada notificación judicial con demasiados ceros el temor a una intervención de las cuentas municipales. "Seguimos en riesgo y hay que seguir gestionando con responsabilidad". "Escribir a los Reyes Magos lo sabe hacer cualquiera. Otra cosa es gestionar". ¿Sobre el resto de partidos? ¿Sobre la oposición?. "No tenemos alternativa. No hay nadie al otro lado".
El ya candidato socialista a la alcaldía lo tiene claro: "No voy a presentarme a las elecciones como hacen los demás, multiplicando los panes y los peces. Creo mucho en Jesucristo y solo él lo sabe hacer". Eso sí, ya anuncia que buscará "acuerdos con todo el mundo", aunque reconoce haber estado cómodo con sus actuales socios de Compromís.
- En estos tres años y medio de legislatura ¿qué promesas ha cumplido y cuáles no al frente del Ayuntamiento de Vila-real?
- Mi idea cuando llegué al cargo de alcalde en 2011 era que el proyecto durara ocho años. Con toda una serie de objetivos marcados de cambiar nuestra ciudad, mejorarla, de ponerla en el mapa de la modernidad, de luchar especialmente contra el desastre económico que suponía para una ciudad tener más de 6.000 parados, casi un 30% de desempleo, con industrias de toda la vida desapareciendo, convirtiéndose en chatarra. Se destruyeron miles de puestos de trabajo con una exclusión social histórica. Muchas dificultades que, gracias a todas las entidades que nos ayudaron, fuimos capaces de superar, gracias al ayuntamiento y a la sociedad civil. Pensaba que culminar el proyecto para preparar la ciudad para encarar el horizonte del 2030, en unos ocho años, sería posible.
Sin embargo, tras una profunda reflexión a lo largo del pasado verano, y especialmente escuchando a mucha gente en la calle, como asociaciones, empresas, comercios… la sociedad civil me animaba a seguir para completar estos cambios que siguen pendientes.
Entre estos proyectos está la Ronda Suroeste, el colegio infantil Carlos Sarthou, que fueron compromisos del actual presidente de la Generalitat en aquellos paneles electorales de la pasada campaña. Eran proyectos por los que peleamos de manera incansable frente a un gobierno del PP en València -del 2011 al 2015- del que no conseguimos nada. Nos encontramos anuncios, no estaban ni los proyectos hechos. Eran falsedades continuas. Incluso nada más llegar a la alcaldía ese primer año tuvimos que pagar casi 7 millones de euros entre los costes e intereses de las expropiaciones de los terrenos para poder construir la ronda.
Estas dos grandes infraestructuras demuestran la cantidad de cosas importantes que quedan por hacer, pero también demuestran que uno, desde el ámbito local, no puede hacer todo lo que quiere, que tiene que tener en cuenta tres cosas: la situación económica que le han dejado, la situación económica en la calle, la ayuda de otras instituciones de las que dependen muchas competencias, como es el caso de las infraestructuras, que solos es imposible hacer. Bajo estas tres premisas, nosotros nos hemos encontrado el peor de los escenarios posible, la peor situación de las arcas municipales con una deuda del 74% y un largo rosario de empastres e ilegalidades fruto de la gestión urbanística del PP convertida en un gran monopoly de desaciertos. Nos encontramos la peor crisis en la calle, y la falta de colaboración con una Generalitat gobernada por el PP.
- Ya, pero eso fue en la anterior legislatura...
- Desde luego, pero este lastre nos ha impedido afrontar los proyectos y nos ha limitado la capacidad de crecimiento, ni siquiera podemos disponer de más solares para el cuarto instituto o para la escuela oficial de idiomas. Son tantas las cosas que había pendientes, tanta la dificultad económica que nos encontramos. Incluso los alcaldes pagábamos lo que tenía que pagar la Generalitat. Esos fueron los cuatro años del PP en el Consell.
Ahora llevamos tres años y medio con el presidente Puig y de las dos cosas que se comprometió, tengo que decir que, el PP ha sido incapaz en 20 años de llevar adelante estos proyectos y en tres años, con el PSPV en el Consell, no tengo ninguna duda en comprometerme y en afirmar que hoy son una realidad. La Ronda Suroeste se ha licitado ya en la Unión Europea, en el diario oficial, lo que significa que los 9,5 millones ya están ahí. Este ayuntamiento que presido ha pagado ya a los propietarios de terrenos, casi 7 millones de euros. Será una infraestructura que costará, entre lo que pondrá la ciudad y la Generalitat, más de 15 millones de euros, la más importante de la historia de Vila-real, y ahora verá la luz.
De otro lado, del Carlos Sarthou le diré que el proyecto está hecho desde el Ayuntamiento. Lo ha aprobado la Conselleria y ahora está en Intervención de la Generalitat y me confirma el presidente Puig que en las próximas semanas va a salir a licitación.
Es decir, las dos grandes obras a las que se comprometió el presidente de la Generalitat serán ya una realidad. No puedo enmendarle nada.
Por otra parte, reclamábamos a la Generalitat 10 millones en pleno, incluso nos apoyaba el PP en la otra legislatura. Hoy estamos recibiendo 10 millones de euros desde Generalitat, en distintas iniciativas; cerca de 5 millones para el fomento de empleo, además de otras ayudas que jamás podíamos imaginar. En el festival de teatro de calle, Cineculpable, en innovación, como es el caso de la feria Destaca, como ha sido este año, que aporta la mitad del presupuesto, 120.000 euros. a través de la Agencia Valenciana de Innovación...
- Y todo ello le ha servido para tomar la decisión de optar a la reelección...
- Esta reflexión es la que me ha animado a volverme a presentar. Es decir, la situación económica, la situación en la calle, la necesidad de seguir superando una etapa negra para el Ayuntamiento como fueron los gobiernos del PP en el urbanismo, además del maltrato de otras instituciones, como pasó con el Estado con un gobierno popular. Ahora en cinco meses de gobierno socialista, vemos ya acelerarse proyectos como la mejora del acceso norte a la ciudad, la comisaría de la Policía Nacional, la pasarela de la estación de tren... son cuestiones que empiezan a cobrar vida con un compromiso claro de que se actuará en todos los casos.
Hay proyectos que como dependían de otros no he podido avanzar, pero yo quiero ver abierta la Ronda Suroeste. Es verdad que se está licitando, pero será una realidad si se gestiona bien y se impulsa y si no se trabaja, lo mismo pasa con el Carlos Sarthou.
Si un gobierno nuevo entra y no tiene el conocimiento de todos estos proyectos y de las dificultades a las que nos hemos encontrado, de los continuos pleitos a los que nos hemos visto abocados por estos empastres, se corre el riesgo de no seguir en esta buena línea de mejora que hemos emprendido tras superar tantos obstáculos.
¿Qué la herencia recibida nos seguirá poniendo las cosas difíciles? Desde luego, pero sabemos cómo gestionar y estamos esperanzados para aprobar cosas y poder liquidar definitivamente este asunto de nuestro pasado. Nos costará uno, dos años, los que sean, pero sé que nuestro modelo es viable, pero necesito tiempo para poderlo desarrollar porque, evidentemente, en ocho años me he dado cuenta que hay que continuar. La gente me ha pedido que lo intente, me ha animado y eso ha sido fundamental para tomar la decisión de seguir. El que mejor está en condiciones de encarar los nuevos retos y peligros son aquellos que han sabido resolver el que ha sido el peor momento económico de la historia de Vila-real.
- ¿Ha temido que el Ayuntamiento tuviera intervenida sus cuentas?
- Desde luego. En aquel momento y aún sigo temiendo que sea intervenido. Después de siete años sigo teniendo temor a esa situación. Encontré con el ayuntamiento con un 74,5% de endeudamiento. Si llegábamos al 75 nos intervenían. Desde el ministerio incluso ya comenzaron a preparar el terreno e incluso se despidieron a 40 funcionarios que tuvo una fuerte contestación sindical en la calle. Se subió el IBI más de un 20%, son realidades que se vivieron en el 2009 y 2010…
Así que, cuando llegamos pusimos en marcha un plan de saneamiento brutal hasta el punto de que hasta los tres años no hicimos ninguna infraestructura en la ciudad y en siete años y medio la única infraestructura importante en una ciudad de 50.000 habitantes ha sido la Ciudad Deportiva Municipal, de más de 3 millones de euros. Es que no hemos nada más. ¿Por qué? Porque este gobierno que presido, nos hemos visto abocados a pagar un centro de tecnificación deportiva que no queríamos, una biblioteca universitaria del conocimiento, un palacio de justicia... Y digo que hemos hecho porque estaba proyectado pero sin pagar y hemos tenido que hacer frente a todo esto, como fue la piscina de la Ermita, el pabellón del barrio de Melilla. Después de siete años esto se olvida, pero nosotros nos encontramos esta realidad en la ciudad.
Sí he tenido miedo a ser intervenido, repito, y lo he pasado muy mal personalmente junto al equipo técnico al que agradezco muchísimo su trabajo. Hemos logrado tirar adelante, ser una ciudad líder, que es de nuevo la ciudad de la Comunitat Valenciana con menos paro, mayor de 40.000 habitantes, con un crecimiento industrial y de regeneración de toda aquella deuda brutal, facilitando que estas empresas sigan creciendo, con una actividad cultural que muchos envidian, con una referencia en innovación que nos llevará en unos días a inaugurar un congreso europeo en Rabat (Marruecos), sobre cómo influirá la innovación en las ciudades… estamos presentes en la red Innpulso a nivel nacional, etcétera.
- Y ahora ¿cómo está la situación de las arcas municipales?
- Nuestra ciudad tiene ahora unas condiciones muy buenas pese a toda la problemática que hemos pasado. Pero esto no se ha acabado. Volvemos a tener otras sentencias encima de la mesa que hemos recurrido, que vamos a defender ante el Tribunal Constitucional, porque nunca discutimos con los propietarios a los que se les ha expropiado los terrenos. Si uno disfruta de un jardín construido sobre un solar que no ha pagado, no hay lugar a las dudas. Esto no es una república bananera. Aquí si alguien utiliza algo que no es suyo, no hay duda de dónde está el problema. Aquí lo que hemos hecho ha sido discutir el precio. Y en esto hemos defendido hasta el último euro del Ayuntamiento.
Más del 80% de nuestros pleitos con los propietarios han acabado finalmente en acuerdos, pero acuerdos al final del proceso de negociación, que no ha sido fácil ni para los dueños de esos solares ni para el propio Ayuntamiento.
Pese a la ilusión que me hace continuar en este proyecto político, lógicamente en lo personal también pienso en mi despacho profesional de abogado, como administrador concursal, con cuitas, esperas, con juicios… pero al final la vida te lleva a entender que hay que hacerlo todo con responsabilidad y que aquí lo importante es hacer todo esto viable.
Los riesgos siguen ahí, de un 74% de endeudamiento a un 69, fruto de pagar 4,5 millones a las hermanas dominicas por aquel convenio que ya estaba hecho, el Jardí de Jaume I, propietarios de la avenida de Francia que reclaman… estamos hablando de 9 millones de euros para este año lo que vamos a pagar. No hay ninguna ciudad de España en estos momentos con 52.000 habitantes y su potencial económico e industrial que en sus presupuestos municipales, en el capítulo seis de inversiones, tengan tan poco dinero como tiene esta ciudad. No podemos pagar cosas del presente y para el futuro cuando tenemos que pagar aún el pasado.
Y eso que tenemos el ICIO más barato de la Comunitat Valenciana, con el 2%. Si no se gestiona bien esta herencia correríamos el riesgo de ser intervenidos. Además, le diré que tenemos las tasas del servicio municipal de deportes más baratas de toda España, a tenor de los servicios que prestamos.
Por contra, no tenemos alternativa en esta oposición. No hay nadie al otro lado.
- Sí, pero en otro pleitos se han metido ustedes solos... como el Hostal del Rey.
- Desde luego. Pero no es comprensible que lo que hemos pagado entre todos se pueda vender al mejor postor y, lo más grave, es que se trata de un monumento nacional, el único que tenemos en Vila-real. Cuando se crearon las entidades de ahorro, fue gracias a la aportación de los contribuyentes, y luego éstas fueron intervenidas con dinero también de los ciudadanos, con unos procesos que ha llevado incluso a sentar a todo un vicepresidente del Gobierno de España en el banquillo de los acusados. O todo un ex presidente de la Generalitat. Lo que no es normal es que ahora los ciudadanos de Vila-real, a través de su ayuntamiento, no hayan tenido ni siquiera la opción de hacerse con esta propiedad para dar un servicio público. Es un asunto que está en los tribunales y creo que al final reinará la cordura.
Que el Estado, que no tiene nada en Vila-real salvo la estación de Adif, que es un desastre, coja una cosa que es monumento y está protegido por el Estado, que lo venda al mejor postor sin darle la oportunidad a un ayuntamiento con dificultades económicas… es una de las barbaridades más grandes que se han hecho en la ciudad de Vila-real. Nosotros no queríamos comprarlo. Lo lógico era que el Estado asumiera ese coste como patrimonio, por menos de 600.000 euros, una miseria para el Estado y luego hubiéramos hecho un convenio de uso, como sucede en tantos casos, como es el caso de Castellón, en Tetuán y otros edificios e inmuebles.
Y lo más alucinante es no tener el apoyo de la oposición en este caso.
Estamos en el juzgado defendiendo los intereses de Vila-real que, con su dinero, contribuyó a crear estas entidades de crédito y contribuyó a rescatarlas cuando la arruinaron. Y les parecen mal. Vamos a anular la compraventa y la justicia nos dará la razón.
-Acaban de anunciar que en breve se aprobarán los presupuestos para el 2019. Con todo lo que ha expuesto, ¿les ha cuadrado las cuentas?
- Cómo cuadras el presente y el futuro si tienes la losa del pasado. Vamos a aguantar un año sin hacer inversiones. Ya me gustaría, pero podemos correr en riesgo la situación financiera de la ciudad. Y eso que es la primera vez que a seis meses de elecciones podríamos anunciar grandes actuaciones, pero por responsabilidad lo importante para nosotros es seguir incidiendo en la necesidad de sanear el Ayuntamiento y pasar página a la etapa negra del PP y de sus herencias que tanto daño nos ha hecho.
No voy a engañar a nadie. Tenemos que tragarnos ahora un centro de tecnificación deportiva que nos costó 28 millones de euros –que representarían 28 polideportivos- cuando a nosotros nos hubiera venido mejor un polideportivo con una zona de atletismo que nos permitieran ser referencia.
Eso sí, vamos a explotarlo y gestionarlo, pero que entiendan que hay que pagarlo. Y le diré, yo no voy a presentarme a las elecciones como hacen los demás, multiplicando los panes y los peces. Creo mucho en Jesucristo y es el único que lo sabe hacer.
-Usted sorprendió en el inicio de esta legislatura pactando con Compromís pese a lograr una mayoría absoluta. ¿Volvería a hacerlo? ¿Pactaría con otros?
- Me he sentido muy cómodo con el pacto del 2011 y con el actual con Compromis. Los pactos no deben venir solo cuando uno está obligado a ello. Tengo la idea en mi cabeza -y lo aplico siempre- que es pensar que aquí nada del Ayuntamiento es de los partidos políticos, todo pertenece a los ciudadanos de Vila-real. En la medida que pueda llegar a acuerdos con todo el mundo los llevaré a cabo, independientemente de las broncas que se puedan vivir alguna vez en el pleno.
En el último pleno, por cierto, de los 13 puntos que se debatieron hubo 12 que se acordaron por unanimidad. Hay que analizar la realidad, otra cosa es el circo que cada uno haga, que es lo que dije .
Se ha hablado con todo el mundo, se aprueban mociones de otros partidos. Yo pacto con la sociedad, y la sociedad elige a sus representantes y por tanto estoy abierto a hablar con todo el mundo, independientemente de que la imagen que se quiera trasladar desde el PP y Ciudadanos sea otra. Es lógico, soy el alcalde y el máximo responsable y ellos están para hacer su papel. Pero le diré que escribir a los reyes magos lo sabe hacer cualquiera, decirle a la gente lo que quiere oír también lo sé hacer yo, pero hay que ser responsables con lo que se dice.
Sí le digo que me presto a colaborar con todos y a llegar a acuerdos con todo el mundo, lo reitero. Pero lo importante es que, en la situación en la que está Vila-real, a lo que aspiro es a tener la mayoría suficiente para sacar este proyecto adelante.