CASTELLÓ. Se avecina reunión entre el Ayuntamiento de Castelló y los propietarios de las tascas. El equipo de gobierno del PP y Vox, en su firme apuesta por impulsar el sector, recoge el guante lanzado por los hosteleros la semana pasada y busca fechas en su agenda para mantener ese encuentro cuanto antes.
Como publicó este diario el pasado 7 de noviembre, los empresarios ven con preocupación el cierre de la tienda de Zara en la plaza Santa Clara. Los efectos negativos de perder un edificio tan emblemático genera inquietud, más cuando la situación de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) en las calles Barracas e Isaac Peral sigue sin resolverse desde que el Acord de Fadrell anunciara, hace ya más de un año, el inicio del expediente para cambiar el marco jurídico por los prometedores resultados de la monitorización.
Fuentes municipales aseguran que la voluntad del ejecutivo local pasa por abordar con los empresarios tanto la ZAS como la declaración de espacio gastronómico, dos cuestiones recogidas en la moción que se aprobó en 2022, a instancias del PP, para amparar las tascas.
En aquella iniciativa, los grupos con representación en la corporación aprobaron por unanimidad en el pleno incluir el sello de calidad en la tramitación administrativa con vistas a eliminar la Zona Acústicamente Saturada. El compromiso, recogido en un acuerdo de tres puntos, estableció además la necesidad de crear una mesa de negociación con los distintos agentes implicados al objeto de pactar las nuevas medidas.
En efecto, el equipo de gobierno pretende trasladar a los hosteleros que a partir de ahora cualquier acción que se lleve a cabo surgirá del diálogo y el consenso. Asimismo, se tendrán en cuenta las distintas necesidades para conciliar el ocio y el reposo.
Las mismas fuentes ponen como ejemplo lo sucedido con la reapertura de la plaza Santa Clara, que desde finales de septiembre vuelve a acoger ferias de naturaleza social, cultura o deportiva. Las normas establecidas para el usufructo del dominio público consideran las diversas problemáticas derivadas de una excesiva flexibilidad. De ahí que se hayan fijado limitaciones horarias o ciertas prohibiciones, como la realización de actuaciones musicales.
En esa línea, el objetivo con las tascas estriba en blindar la continuidad y supervivencia de los locales sin afectar al descanso de los vecinos. Los propietarios de los negocios de Barracas siempre han defendido su compromiso con esa armonía al adoptar medidas de mayor calado a las impelidas por el Ayuntamiento, cuando en septiembre de 2019 la sentencia del TSJCV obligó a modificar la ordenanza de Convivencia Ciudadana a fin de garantizar el consumo de alcohol en vía pública. Incluso, en su momento, plantearon soluciones eficientes para reducir el ruido como la instalación de un techo inteligente de láminas.