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ENTREVISTA CON LA ARTISTA DE CASTELLÓN

Ser mujer, ser bailaora y ser Aloma de Balma: "Yo encajo con un flamenco improvisado"

De cómo es llevar el flamenco por los tablaos de Asia, hasta su mágica actuación con Amaia Romero. Aloma de Balma siempre tiene un proyecto entre manos. Así lo pide -dice la misma artista- una profesión tan apasionada como precaria 

27/05/2019 - 

CASTELLÓ. Aloma de Balma es de Castellón pero ha estado bien poquito en su tierra. La bailaora, como tantos otros artistas adscritos al flamenco, no ha dejado de viajar por todo el mundo para llevar su arte, nuestro arte, hasta tablaos de México, Francia, Nueva York, Chipre o Japón. También, se suma a todos aquellos que cogieron su maleta para buscar oportunidades y formación en la capital de la Cibeles. Titulada en Danza Española, ha dado clases en la escuela Flamenquería de Moscú y en la misma ciudad estrenó uno de los espectáculo de la compañía Sal, Mel i Vida. A su vez, ha trabajado como solista en la Compañía Transit Dansa de María Rovira en homenaje a la gran Carmen Amaya. En resumidas cuentas, desde pequeña supo que su lugar en el mundo era la danza. Poco después, tenía claro que ese lugar se acotaba a los tablaos y al flamenco. Un género que admira y que se vale de mujeres valientes. 

-Dices que para ti el baile es una necesidad, pero también se ha convertido en tu profesión. ¿Termina por esta razón acaparando todo tu tiempo?
-La necesidad y el trabajo van de la mano. Estudié Danza Española en el Conservatorio de València y directamente me puse a trabajar con un contrato en Alemania. Era más fácil moverse en el extranjero. Aunque, más tarde me trasladé hasta Madrid, donde he vivido 14 años. Ha sido mi sede, el lugar en el que me he ido profesionalizando cada día un poco más. 

-Cuando una artista ha recorrido tantos tablaos, tantos países y ha trabajado en tantos proyectos escénicos. ¿Qué visión se tiene del mismo género?
-La encuentro una profesión muy bonita, con muchísimo sacrificio y un poco inestable, al menos aquí en España. Has de estar continuamente moviéndote, estar activo todo el tiempo y no has de dejar de estudiar en ningún momento, porque esto no acaba. Cuando no son coreografías nuevas, es material de cante de flamenco. Continuamente estas desarrollándote. Aun así, también cuentas con muchas ventajas, porque no deja de ser un arte con en el que disfrutas muchísimo. Cuando trabajas en lo que te gusta, parece que no estás trabajando. Aunque no siempre estemos en teatros o sitios que nos encantan, siento que es así.  

-Resulta chocante escuchar que en España es más difícil ser bailaora.
-Porque se valora el flamenco más en el extranjero que en España. Es cierto que aquí somos más los adscritos a este arte, pero no se nos suele considerar artistas de verdad, que es lo que somos. Por eso, los sueldos y las condiciones de trabajo son mejores fuera. Hace falta avanzar para romper con esa precariedad que vive aquí la danza. 

-Ya que has trabajado en estos sitios...¿Ha dejado de ser visto el flamenco como una práctica hiper exótica en países como Japón o Corea?
-Hace muchos años que los flamencos viajan a Asia. No deja de ser algo exótico pero ya hay mucho conocimiento por parte de la gente y, claro, piden mucha calidad. Buscan a profesionales serios. Es algo que les atrae, respetan y, por lo tanto, valoran. Así que exigen lo mismo que en cualquier sitio. Y eso está muy bien, porque son muchos los años que los bailaores viajan a estos países. Hay muchas escuelas y tablaos. 

-¿Hace falta conocer el flamenco más ortodoxo para comprender los caminos que va tomando sobre todo en la actualidad?
-Siempre tenemos que recurrir a los antiguos y mirar un poco hacía atrás para entender el género. Pero luego cada uno crea su identidad. Por eso, el flamenco siempre va evolucionando, aunque muchos digan que no. En la actualidad, la identidad de cada artista es fundamental, por eso hay muchos 'tipos' de flamenco.

-¿Encajas mejor en el flamenco más puro?
-Yo encajo con un flamenco improvisado dentro del tablao. Con la estructura y los códigos que se trabajan en él. Es a lo que estoy habituada, pero también trabajo en compañías con sus coreografías más montadas y sus ensayos previos.

-¿Y en cuál encaja mejor la mujer? ¿Hay ahora más empoderamiento, al igual que ocurre a términos generales en la sociedad?
-No siempre ha habido hueco para la mujer en los tablaos. Justo el flamenco tiene una parte muy machista que se identifica en parte en las letras. Pero en la actualidad, por suerte, esto va poco a poco cambiando. Vemos más mujeres que salen al escenario y que tienen la necesidad de bailar. Se normaliza el hecho de que hayan compañías de mujeres o grupos solo de mujeres. De todos modos, aún queda camino, porque sigue habiendo una parte bastante machista en este arte.

-Entre tus actuaciones más destacadas del último año está tu performance junto a Amaia Romero. ¿Cómo fue trabajar con la vocalista, en un momento, en el que todo lo que hace produce gran expectación?
-Amaia fue muy agradable. Es encantadora y me pareció una gran profesional. Es muy fácil trabajar con ella porque al juntarnos en los ensayos, todo salió bastante acorde a lo que las dos queríamos, que era hacer algo muy íntimo, aunque luego estábamos muy separadas en el escenario. La verdad que fue una experiencia muy bonita.

-Castellón es una provincia con alta tradición musical, pero más propensa a unos géneros que a otros. ¿Encontraste en su momento las herramientas necesarias para empezar?
-A Castellón le faltaba y le falta enseñanza de flamenco. En efecto, en el Conservatorio de Castelló no hay estudios de danza española. A nivel de educación está bastante atrás. Pero es cierto que luego, a nivel cultural, se están haciendo cosas muy interesante. Sí se está contando con diferentes géneros. Desde el festival de Danses de l'Antiga Corona d'Aragó, a los que hay de jazz o de blues. También se está contando bastante con el flamenco, con pequeños circuitos de música y de danza. Eso sí, antes se hacían unas jornadas de flamenco que ahora no. Estaría bien retomarlas. 

-¿No te animarías alzar una escuela por aquí cerca? 
-Más bien entre mis planes de futuro está especializarme por València o Castellón. Hacer oposiciones para el Conservatorio de Danza de València y seguir actuando en el tablao, que es el trabajo que me gusta. Pero sobre todo me apetece eso, un tiempo para la docencia. Me parece muy atractivo coreografiar y dirigir. He estado mucho tiempo viajando y siempre me ha gustado dar clases. Además, así se evoluciona, porque enseñar a unos alumnos me ayuda a organizar todo mi trabajo, mis coreografías y mi técnica. 

-También has hecho varios trabajos en publicidad, en cine y has formado parte de varios videoclips. ¿Miras hacia la multidisciplinariedad? 
-Llevo varios años trabajando en la interpretación pero siempre ha sido algo secundario para mi. Aunque no deja de ser algo artístico y para lo que tomo cursos cada vez que puedo. Me gusta hacerlo también para reciclarme y sentirme a gusto conmigo misma. Ahora tengo entre manos varios trabajos, uno confirmado, pero todavía no puedo decir nada. También en publicidad voy haciendo cosas. Y he tenido que decir a dos videoclips que no, porque estoy embarazada. Ellos me dijeron que no pasaba nada, pero fue decisión propia. De todos modos, mientras me propongan proyectos interesantes siempre voy a estar abierta a participar. Tras unos meses de descanso, en septiembre volveré al trabajo.

-¿Cuesta más hacerse un hueco en el audiovisual o en tu caso ha sido al revés? 
-Para mi ha sido más sencillo que en el mundo de la danza, más que nada porque ha ido de la mano de esta y porque me llegó sin buscarlo. Quizá al vivir en Madrid las cosas fueron más fáciles. La interpretación, desde luego, me llegó de forma inesperada. Yo me fui a la capital a trabajar como bailaora y a seguir aprendido. Pero, como este arte también me ha terminado interesando, he estudiado cursos de interpretación. 


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